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Juicio a una exmonja: declaró una psicóloga de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina

A través de una videoconferencia, la psicóloga Liliana Rodríguez, contó que los primeros contactos con Zarza fueron vía telefónica y por redes sociales.
Miércoles, 06 de noviembre de 2019 12:30

El juicio seguido contra la exmonja Valeria Vanesa Zarza (46), imputada por abuso sexual simple continuado y abuso sexual gravemente ultrajante continuado, en concurso real, continuó hoy con la declaración de dos testigos. La audiencia unipersonal se desarrolla en la Sala I del Tribunal de Juicio y está a cargo del juez Javier Aranibar.

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El juicio seguido contra la exmonja Valeria Vanesa Zarza (46), imputada por abuso sexual simple continuado y abuso sexual gravemente ultrajante continuado, en concurso real, continuó hoy con la declaración de dos testigos. La audiencia unipersonal se desarrolla en la Sala I del Tribunal de Juicio y está a cargo del juez Javier Aranibar.

A través de videoconferencia declaró desde La Plata la psicóloga Liliana Rodríguez, de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina. La profesional señaló que Zarza se comunicó con la red a fines de 2015, a través de Facebook y, a partir de ese momento, le ofrecieron acompañamiento psicológico y asesoramiento legal. La consulta de la exmonja fue en relación a la denuncia por abuso sexual que radicó contra un sacerdote de la congregación Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, a la cual ella pertenecía.

La testigo explicó que la red tiene más de un centenar de miembros que atravesaron situaciones traumáticas en ámbitos eclesiásticos. Dijo que actualmente tiene la personería jurídica en trámite y que resulta dificultoso obtenerla dado que los sobrevivientes residen en diferentes puntos del país e incluso en el exterior. 

Precisó que su rol profesional consiste en ofrecer acompañamiento psicológico a través del contacto permanente con los afectados y la articulación con otros profesionales del país, pero aclaró que no realiza terapias personales.

La red también ofrece asesoramiento legal a cargo de Carlos Lombardi, especialista en derecho canónico.

Liliana Rodríguez contó que los primeros contactos con Zarza fueron vía telefónica y por redes sociales. La conoció personalmente en octubre de 2018, en La Rioja. Dijo que en esa oportunidad decidió viajar para asistirla por la situación de riesgo que estaba atravesando. Refirió que cuando se entrevistó con la exmonja advirtió que claramente se trataba de una persona que había pertenecido a una comunidad religiosa y que, al salir, había quedado desarticulada para enfrentar las cuestiones cotidianas de la vida civil. Se la veía aislada y era consciente de los riesgos que corría por haberse retirado de la comunidad de la manera en que lo hizo. Se la veía preocupada por sus exhermanas religiosas y se esforzaba por acomodar su vida al “afuera”.

La testigo hizo alusión luego a situaciones de hostilidad que atravesó Zarza y que la notificación sobre su calidad de imputada en otro juicio fue un impacto muy fuerte.

Consultada por el fiscal, la profesional afirmó que no tuvo casos de víctimas de abuso sexual que luego resultaran acusadas por el mismo delito como victimarios o victimarias. Señaló que el 98 por ciento de los sobrevivientes con los que tiene contacto la red fueron víctimas de curas. Precisó que conoce un solo un caso donde la denunciada es una monja, en Mendoza.

La profesional dijo que no notó rasgos de mendacidad en el discurso de Zarza. Precisó que obtuvo esa conclusión a partir de la escucha, que es una de las herramientas de abordaje que tienen los profesionales en psicología, y aclaró que no le realizó tests psicológicos a la exmonja porque no corresponde al rol de acompañante que desempeña dentro de la red. Explicó que este es un modo de intervención diferente al del psicólogo tratante.

Finalmente sostuvo que, según su parecer y experiencia, no se puede afirmar contundentemente que una víctima de abuso sexual tienda a repetir esa conducta con otras personas.

Para hoy también estaba prevista la declaración de un médico psiquiatra que trató a Valeria Zarza en CABA.


El juicio


En la primera jornada del juicio a la exmonja Valeria Zarza, la víctima, Milagros Salas, confirmó sus acusaciones y agregó hechos. Ayer, declararon un psicólogo, un licenciado en criminalística, un policía y dos integrantes de la comunidad religiosa Discípulos de Jesús de San Juan Bautista. Salas es sobrina del padre Josué (Sergio Salas), estrecho colaborador del cura Agustín Rosa, fundador del Instituto -suspendido por decisión del vaticano-, sacerdote carismático y presuntamente sanador.
Rosa está acusado de abuso sexual gravemente ultrajante, entre otras personas, por Zarza. La mujer temió por su vida y debió dejar la provincia cuando fue identificada como una de las referentes del numeroso grupo de exintegrantes de la congregación que decidió denunciar a Rosa. También está acusado de reducción a servidumbre y lavado de dinero, tanto en la justicia canónica, donde obran más de cincuenta testimonios, como en la justicia penal.

El juicio en contra de Rosa todavía no tiene fecha gracias a que un juez del tribunal de impugnación, de apellido Figueroa revocó la elevación. Goza de libertad condicional y hasta consiguió permiso para salir del país.

La exmonja Valeria, enfrenta una acusación por abuso sexual simple continuado y abuso sexual gravemente ultrajante continuado. Fuentes cercanas a la causa opinan que la importancia del rol de Zarza dentro de la acusación a Rosa motivó el armado de la contradenuncia. "Quisieron sacarla de la cancha e intimidar a otros denunciantes. Esta causa nunca debió haber llegado a juicio oral", dijeron.

El fiscal Sergio Obeid pidió una ampliación del peritaje psicológico realizado a la imputada. Zarza -que siempre estuvo a disposición a la justicia no se negó- por lo que el examen se completó la mañana del martes. El psicólogo que había actuado declaró que nunca había examinado a la exmonja como posible victimaria, sino como víctima en la causa del llamado "padre fundador", Rosa.

La mujer aseguró que las veces que vio a la denunciante -entonces una nena- en la iglesia, estaba acompañada por su madre o por su padrastro.

Que solamente una vez la vio sola, cuando una religiosa que no era Valeria Zarza la llevó a comprarle zapatillas por pedido de su tío, el padre Josué. La razón de que no fuera Valeria surge de su propia declaración.

Según el testimonio de Zarza, ella discutió con Josué después de entregarle una considerable cantidad de dinero de un retiro, porque el sacerdote le negó fondos para una medicación imprescindible y urgente a un integrante humilde de la congregación. Luego, Josué le pidió a ella que llevara a su sobrina a comprarse calzado deportivo, con parte de ese dinero. Ante la negativa de Valeria, la insultó.

Según la testigo, la sobrina del padre Josué tenía una relación estrecha con otras dos hermanas de la congregación pero no con Valeria y que sin embargo, llamaba "tía" a todas, incluso a ella.

De Valeria Zarza, refirió que estaba "como aislada de las demás", y que la superiora "recomendaba no hablar con ella". Luego, aseguró que a la biblioteca donde Milagro Salas afirma haber sido abusada por Zarza solamente tenían acceso los miembros masculinos de la congregación.

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