La tragedia de Sol comenzó cuando a los 10 años que se fue de vacaciones a Paraguay con su papá y no regresó.
El juicio por restitución tuvo un revés en las aspiraciones de reencontrarse con ella de parte de su madre, Guadalupe Salas.
En un juicio celerísimo la justicia paraguaya no dio lugar al reclamo argentino y una mamá salteña se quedó finalmente sin su hija.
A pesar de que ella denunció en la Justicia la retención indebida de la niña e inició acciones legales para que la restituyan desde el vecino país le cerraron las puertas.
La madre de la niña dijo anoche a El Tribuno que este revés judicial pergeñado entre gallos y medianoche en el vecino país muestra a las claras que la ley argentina es débil.
“En solo ocho meses allí tuvieron sentencia, mientras que yo reclamo hace mucho más por el despojo de mi hija sin obtener respuesta alguna en mi propio país”.
“Ni piensen que voy a bajar los brazos, voy a continuar luchando para que se me restituya a mi única hija y que se formalice la detención de mi expareja y padre de la niña por los delitos cometidos”.
Los argumentos de la Justicia paraguaya no convencen a nadie menos a una madre desesperada.
“Es una causa por abuso sexual simple y quedó en la nada porque como no me devuelven a mi hija ella no pudo declarar, su padre le niega hasta el derecho a la justicia”.
Ella está en Paraguay y la Justicia de ese país le dio respuestas casi inmediata a su ciudadano, y yo aquí sin haber podido ser parte de ese supuesto juicio.
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La tragedia de Sol comenzó cuando a los 10 años que se fue de vacaciones a Paraguay con su papá y no regresó.
El juicio por restitución tuvo un revés en las aspiraciones de reencontrarse con ella de parte de su madre, Guadalupe Salas.
En un juicio celerísimo la justicia paraguaya no dio lugar al reclamo argentino y una mamá salteña se quedó finalmente sin su hija.
A pesar de que ella denunció en la Justicia la retención indebida de la niña e inició acciones legales para que la restituyan desde el vecino país le cerraron las puertas.
La madre de la niña dijo anoche a El Tribuno que este revés judicial pergeñado entre gallos y medianoche en el vecino país muestra a las claras que la ley argentina es débil.
“En solo ocho meses allí tuvieron sentencia, mientras que yo reclamo hace mucho más por el despojo de mi hija sin obtener respuesta alguna en mi propio país”.
“Ni piensen que voy a bajar los brazos, voy a continuar luchando para que se me restituya a mi única hija y que se formalice la detención de mi expareja y padre de la niña por los delitos cometidos”.
Los argumentos de la Justicia paraguaya no convencen a nadie menos a una madre desesperada.
“Es una causa por abuso sexual simple y quedó en la nada porque como no me devuelven a mi hija ella no pudo declarar, su padre le niega hasta el derecho a la justicia”.
Ella está en Paraguay y la Justicia de ese país le dio respuestas casi inmediata a su ciudadano, y yo aquí sin haber podido ser parte de ese supuesto juicio.