La avenida interurbana entre Mosconi y Tartagal es otra obra en el norte que quedó inconclusa, sin esperanzas de reactivación por ahora.
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La avenida interurbana entre Mosconi y Tartagal es otra obra en el norte que quedó inconclusa, sin esperanzas de reactivación por ahora.
Por su mal estado ya se cobró la vida de varias personas, pero la inseguridad por falta de vigilancia policial pone en vilo a quienes, como alternativa a la ruta nacional 34, pretenden utilizarla con la idea de evitar las grandes unidades de transporte que transitan entre Tartagal y General Mosconi por esa ruta nacional.
Pero la alternativa entre esas dos localidades es una tierra de nadie donde se produjeron accidentes fatales, robos y asaltos violentos que tienen especialmente como víctimas a mujeres aunque no fueron las únicas. El último hecho se produjo la semana anterior cuando una jóven de General Mosconi regresaba de su trabajo en Tartagal en pleno día y fue abordada por motochorros que recorren esa avenida de 7 kilómetros de extensión, la derribaron de su ciclomotor con intenciones de robarle, provocándole golpes y fracturas a raíz de la violenta caída. En horas de la noche el riesgo es aun mayor tanto para motociclistas como para automovilistas, porque es una boca de lobo y por las dificultades de su traza -con curvas y contracurvas pronunciadas-, quien transita por esta vía debe necesariamente bajar la velocidad, circunstancia que los delincuentes aprovechan para hacer de las suyas.
El proyecto que no fue
La avenida interurbana Mosconi-Tartagal fue anunciada junto al parque industrial de esa segunda localidad en el año 2010 y un año más tarde se inició su construcción.
La idea era que dado el gran flujo de vehículos chicos entre las dos localidades -autos, motos, motocicletas y bicicletas- estos la utilizaran en lugar de la ruta nacional 34, por la que transitan grandes unidades como ómnibus y camiones de gran porte que hacen el comercio internacional desde y hacia la frontera, a lo que se suma el transporte interurbano.
La avenida interurbana parte desde la plaza Hipólito Yrigoyen de General Mosconi por la avenida Juan XXIII y concluye en el acceso sur de Tartagal; la nueva vía de conexión además abriría otro frente urbano en toda la zona oeste de Tartagal y Mosconi.
El presupuesto inicial de la avenida era de 27 millones de pesos; comprendía dos manos de 7 kilómetros de extensión y un sistema de iluminación a los que se sumaban las dos alcantarillas sobre los arroyo El Gritón y Lomitas. La avenida sería utilizada solo por vehículos livianos y al llegar al acceso sur de Tartagal finalizaría con una rotonda de circunvalación.
Pero a casi una década del inicio de la obra nunca se concluyó; cuenta con una sola mano -por tanto solo por costumbre se la llama avenida- no tiene sistema de iluminación y el trazado es tan accidentado que ya se produjeron accidentes fatales.
La última víctima de robo
La semana anterior, Patricia, una mosconense de 36 años que regresaba desde Tartagal a su casa fue abordada por motochorros, y según expresó en los medios locales que la entrevistaron "tenían tonada de colombianos, no era gente de la zona ni argentinos".
La chica fue auxiliada por otras personas que transitaban por la ruta cuando cayó del rodado del que los delincuentes la voltearon con intenciones de robarle sus pertenencias. Por los golpes que sufrió fue trasladada al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal.
Pero no es el único caso, ya que meses atrás quien había sido amenazado por sujetos a bordo de una motocicleta de gran porte con tonada extranjera fue Juan Ángel Espinosa, un periodista de Tartagal que también trabaja en medios de Mosconi.
A pesar de los reiterados pedidos por parte de legisladores provinciales por San Martín para que se concluya la obra y se la dote de seguridad con el patrullaje de personal policial o la instalación de algun destacamento más cercano, la avenida interurbana entre Mosconi y Tartagal representa más peligro aún que la nacional 34.