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Eva, la primera salteña con síndrome de Down en la UNSa: "A la universidad le falta adaptarse"

Tiene síndrome de Down y cursa Ingeniería en Recursos Naturales y Medio Ambiente en la universidad pública.
Domingo, 21 de abril de 2019 00:37

Ser pionera siempre implica más esfuerzo que seguir las huellas de alguien que ya hizo un camino. Esta es la situación de Eva Godoy Ortín (20), quien es la primera persona -y mujer- con síndrome de Down que estudia una carrera universitaria en la Universidad Nacional de Salta (UNSa).

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Ser pionera siempre implica más esfuerzo que seguir las huellas de alguien que ya hizo un camino. Esta es la situación de Eva Godoy Ortín (20), quien es la primera persona -y mujer- con síndrome de Down que estudia una carrera universitaria en la Universidad Nacional de Salta (UNSa).

Hace dos años, Eva empezó a cursar Ingeniería en Recursos Naturales y Medio Ambiente casi sin problemas, hasta que este año, como no había rendido los exámenes finales de algunas materias, no pudo empezar a cursar las correlativas. Solo asiste a una asignatura, de forma condicional, lo que perjudica su trayectoria académica.

Al considerar que se vulneraban los derechos de Eva, su mamá, Adriana Ortín, y su papá, Juan Godoy, acudieron al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) para denunciar la situación, tras dos años de gestiones infructuosas ante la Facultad de Ciencias Naturales y el Rectorado de la UNSa.

En una mediación entre las partes, las autoridades universitarias se comprometieron a avanzar y esta semana se cumple el plazo para que cumplan con lo pactado.

La madre y el padre de Eva contaron a El Tribuno que consideran la posibilidad de acudir al Poder Judicial para que se respeten los derechos de su hija.

"Los compromisos son sencillos, entiendo yo, en la medida que se tenga en cuenta que es el cumplimiento de la Ley de Educación Superior y de la Ley de las Personas con Discapacidad", explicó Patricia, señalando la normativa que respalda su reclamo. "En eso nos basamos. La lucha de otros para hacer esas leyes nos ha servido a nosotros para que Eva hoy pueda llevar adelante su carrera", agregó.

"Esforzarse más"

Al hablar con El Tribuno, Eva comentó que le afectan algunas actitudes de los profesores: "Algunos profes no me adecúan los exámenes. Estoy muy afectada, muy triste pero estoy superando muchas de esas cosas".

Como un mensaje para estos docentes, dijo: "Para mí, pueden esforzarse más con los contenidos, lo necesario para adecuar mis exámenes; con temas adecuados, con preguntas y respuestas adecuadas. A la universidad le falta adaptarse".

Cuando terminó el secundario en el colegio San Rafael Arcángel, que tenía orientación en Ciencias Naturales, Eva quiso empezar Ingeniería en Recursos Naturales y Medio Ambiente: "Elegí esta carrera porque admiro mucho a mi mamá. Me encanta esta carrera y quería estudiar. Me encanta la universidad. Quiero estudiar mucho y esforzarme más", aseguró.

Relató que, cuando se reciba, quiere hacer una escuela con talleres y actividades para jóvenes con diferentes discapacidades, "con programas con contenidos mínimos para hacer las cosas bien y con profesores de apoyo para los chicos".

Aseguró que tiene amigos en la UNSa, que la acompañan y la apoyan siempre en lo que hace.

“Tal vez sea el primer caso, pero no el último”

La madre y el padre de Eva consideran que la UNSa transita un proceso necesario.

Si bien no les gusta mucho la exposición que tienen al reclamar por los derechos de Eva, Adriana y Juan consideran que es importante que esto se visibilice para abrir el paso a quienes quieran seguir el camino iniciado por su hija.

“Hace 30 años no pensábamos que (las personas con síndrome de Down) pudieran terminar un secundario y ahora son muchos los que los han culminado. Ahora les toca la universidad. Esto es un proceso”, analizó Adriana. 

“Tal vez el de Eva sea el primer caso, pero no va a ser el último”, apuntó. “Seguramente muchos chicos quieran seguir una carrera y la universidad tiene que ponerse al frente de esto”, agregó.

“Eva decidirá si se recibe, si trabaja... Son cuestiones en las que hay que ir ganando terreno. Si Eva se recibe y quiere trabajar de su carrera, lo podrá hacer. Esto es progresivo. En este momento, hay muchos chicos con síndrome de Down trabajando y creo que eso ha sido un crecimiento importante”, mencionó Adriana.

Juan consideró que el proceso que tiene que recorrer la UNSa y todas las universidades que lo lleven adelante es largo, pero necesario. Planteó que el caso de su hija quizás es el punto de inflexión que da inicio a ese recorrido. 

“Los desafíos son permanentes. Eva está dispuesta y está haciendo un desafío ante una institución que debe cumplir los derechos que le son propios”, aseguró. El hombre agradeció al Inadi por haber propuesto la etapa de la mediación, “como el mecanismo fácil y ágil de solución de esta discusión”.

Adaptaciones

Algunas cátedras de la Facultad de Ciencias Naturales adecuaron los exámenes para Eva, quien pudo promocionar o aprobar por examen final. Otras no se adaptaron y, así, perjudicaron a la joven, que no puede avanzar en su carrera por el régimen de correlatividades.

Adriana explicó que los profesores deben adaptar la metodología de la toma de exámenes y también la de la enseñanza: “Si hay un proceso facilitador para Eva de enseñanza, seguro los chicos comunes también se van a beneficiar; en el sentido de hacerlo simple para el entendimiento, no simple en el contenido”.

Explicó que una de las formas de adecuar, es tomarle un examen en dos partes o hacerle preguntas que ella pueda responder en forma sencilla: “Son adaptaciones que tienen que ver con la forma de preguntar, que sean claras las consignas. Esas cosas necesita Eva para avanzar en su carrera. Hay cátedras que ya lo hicieron y evidentemente leyeron y se interiorizaron sobre cómo podían ser las adaptaciones”.

Adriana dijo que hay mucha bibliografía sobre esto en internet y que hay países mucho más avanzados en el tema, como España y Brasil. “La información está”, afirmó. 

“Espacio para todos”

El titular del INADI, Álvaro Ulloa, destacó que la UNSa haya aceptado una medicación con Eva Godoy Ortín y sus padres.

“Según la ley de educación superior, la única exigencia para ingresar a la universidad es haber terminado el colegio secundario. Los tratados internacionales para las personas con discapacidad firmados por Argentina garantizan el acceso a la educación a lo largo de la vida”, explicó.

“Hace años Eva no hubiera terminado el colegio, hoy es probable que pueda graduarse en una carrera de grado. Detrás de ella van a ser cada vez más chicos los que busquen ingresar, con distinto tipos de discapacidad, y esto es algo bueno. Es generar espacio para todos”, sostuvo.

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