Las farmacias no son formadoras de precios, más bien son víctimas de un sistema cartelizado por cuatro empresas distribuidoras (Disprofarma, Rofina, Farmanet y Global Farm), controladas por laboratorios, que manejan la industria de los remedios en el país y que llevaron, por ejemplo, a que los precios de los medicamentos subieran un 252% desde diciembre de 2015.
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Las farmacias no son formadoras de precios, más bien son víctimas de un sistema cartelizado por cuatro empresas distribuidoras (Disprofarma, Rofina, Farmanet y Global Farm), controladas por laboratorios, que manejan la industria de los remedios en el país y que llevaron, por ejemplo, a que los precios de los medicamentos subieran un 252% desde diciembre de 2015.
El incesante incremento en los valores de los remedios se agravó desde el segundo trimestre de 2018, cuando la moneda argentina empezó su devaluación. Es que el precio de los medicamentos está atado al dólar.
A la par de esa inflación, que dejó muy atrás a los salarios, las farmacias empezaron a ver la caída en sus ventas.
Desde la Cámara de Propietarios de Farmacias de Salta, Francisco Puló dijo a El Tribuno que el año pasado la comercialización local de remedios, en unidades, se precipitó un 8% por debajo del 2017.
"Ese porcentaje se repite en lo que va de este año", advirtió el referente farmacéutico.
Explicó que a pesar de la suba de precios de los remedios las farmacias salteñas empezaron a perder ingresos.
"No estamos facturando lo que necesitaríamos para poder cubrir nuestros costos", aseguró Puló.