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25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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“Hay municipios con problemas financieros y están firmando acuerdos salariales del 35 o 38%”

“Es muy cómodo, después, pedirle a la Provincia; no resiste lógica”, expresó el ministro de Economía, Emiliano Estrada, en un dialogo que mantuvo ayer con El Tribuno.
Jueves, 04 de abril de 2019 02:24

Cuenta que ya le llamó la atención a más de un intendente. El motivo: algunos cerraron acuerdos paritarios similares al del Gobierno provincial (38%), pese a que ya tienen problemas financieros. “Es muy cómodo, después, pedirle a la Provincia; no resiste lógica”, expresó el ministro de Economía, Emiliano Estrada, en un dialogo que mantuvo ayer con El Tribuno. 
El funcionario pidió a los jefes comunales “hacer el esfuerzo de dar la discusión política para hacerles entender a sus trabajadores qué pueden y qué no”. Al enfocar su análisis a la coyuntura nacional, cuestionó las políticas del macrismo. Dio un dato clave: El Banco Central de la República Argentina (BCRA) paga por las letras de liquidez (Leliq) intereses diarios que rondan los 1.800 millones de pesos. Ese monto es similar a la quita de subsidios que hizo la Nación a Salta para el transporte este año. 

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Cuenta que ya le llamó la atención a más de un intendente. El motivo: algunos cerraron acuerdos paritarios similares al del Gobierno provincial (38%), pese a que ya tienen problemas financieros. “Es muy cómodo, después, pedirle a la Provincia; no resiste lógica”, expresó el ministro de Economía, Emiliano Estrada, en un dialogo que mantuvo ayer con El Tribuno. 
El funcionario pidió a los jefes comunales “hacer el esfuerzo de dar la discusión política para hacerles entender a sus trabajadores qué pueden y qué no”. Al enfocar su análisis a la coyuntura nacional, cuestionó las políticas del macrismo. Dio un dato clave: El Banco Central de la República Argentina (BCRA) paga por las letras de liquidez (Leliq) intereses diarios que rondan los 1.800 millones de pesos. Ese monto es similar a la quita de subsidios que hizo la Nación a Salta para el transporte este año. 

Tras la suba del 38 por ciento a los empleados estatales, ¿se definieron cuáles obras se recortarán? 
Estamos definiendo principalmente un nuevo esquema de inicio de obras para no tener que hacer un recorte. Daremos prioridad a las obras que ya están en marcha y las que iban a arrancar en marzo lo harán en mayo o junio; las que iban a empezar en abril pasarán para julio. Ese corrimiento nos genera un ahorro bastante importante. Hay obras que estipulábamos tenerlas listas para septiembre o noviembre, y ahora estarán en diciembre o enero. Trabajamos de esa manera, creativamente, para no tener que recortar la obra pública. 

¿El efecto no es inverso? Por la inflación, los costos suben y luego las contratistas piden redeterminaciones de precios.
Nosotros ya tenemos presupuestadas esas obras con una inflación determinada. Si la inflación va por encima, seguro eso sucederá, los recursos también crecerán por arriba de lo presupuestado. De ese modo habrá una compensación. Sí vemos con preocupación los niveles de recaudación. En enero, en una nota a El Tribuno, advertí ese problema. En febrero subió 16 puntos por debajo de la inflación (37,3 por ciento internanual contra un 53 por ciento de inflación). 
Cuando uno mira la película hacia atrás y con el diario del lunes, lo que observa es que el incremento salarial que dio la Provincia del 37,5% (correspondiente a 2018) fue con un crecimiento de la recaudación del 37,3%. Esto demuestra que cuando uno trabaja con programación financiera puede tener un horizonte real. Ese es el gran cambio que tiene la gestión económica de la Provincia a partir del cambio de Gabinete (noviembre de 2017). Hoy se trabaja con una programación absoluta. Eso es lo que condiciona los acuerdos salariales. En realidad nuestra capacidad de dar un aumento salarial tiene que ver con la proyección de recaudación, no con la inflación. Esto mismo le pasa a cualquier salteño cuando tiene que enfrentar el aumento de un alquiler o la cuota del colegio, mira el sueldo; que para el Estado es la recaudación. Si nuestra recaudación no crece al ritmo de las paritarias, se generan problemas fiscales, que son los que tuvo Salta desde 2014 hasta 2017. En 2018 recuperamos el equilibrio fiscal que no se había tenido en cuatro años seguidos. Queremos sostener eso hacia adelante. 

Con el último incremento salarial a los estatales, ¿qué porcentaje del gasto irá para salarios? Ya estaba cerca del 60 por ciento.
Tenemos estipulado alrededor de un 58 por ciento este año. Esperamos poder mantener esa proporción, porque cuando se supera holgadamente el 60 por ciento se entra en una situación de complejidad. Ulloa en 1995 tuvo la relación de gastos de personal sobre gastos totales en un 69 por ciento. Y ese fue el momento en el que establecieron que la Provincia era inviable. Tenían tres meses de atraso de sueldos y ocho meses de jubilaciones, eso es lo que hay que evitar. Para los años que vienen, el gran diferencial tendrá que ver con esto, con poder sostener una gestión profesional en cuanto a la programación. Tanto en la Argentina y en Salta no hay margen para improvisaciones o errores. Se necesita tener una proyección y una programación seria y puntual porque si no será complejo lo que viene. 

El año pasado se adelantaron a la devaluación con la compra de dólares para pagar vencimientos de deuda ¿Este año se pudo hacer lo mismo?
En los informes que tiene la Secretaría de Programación tenemos establecido un riesgo cambiario en marzo y abril, porque hay un vencimiento fuerte de deuda porque la liquidación de la cosecha creemos que será menor a lo que estipula el Gobierno. Además habrá un corrimiento de los plazos fijos a los dólares. Esto nos daba un escenario del tipo de cambio y empezamos la compra de dólares en enero. Tenemos un 35 por ciento de nuestro saldo de caja en dólares. Durante enero y febrero tuvimos el tipo de cambio planchado, eso nos hizo perder algún tipo de rentabilidad, que rápidamente se recuperó la semana pasada. Ya tenemos los dólares para el vencimiento de julio y de enero del año que viene. Salta está blindada ante un riesgo cambiario en los próximos doce meses. 

¿La Provincia necesita recurrir a financiamiento como la emisión de letras del Tesoro para tener liquidez?
No. Hoy tenemos la liquidez suficiente para afrontar la programación financiera de este año, no vamos a tomar deuda. Fue uno de los grandes logros de nuestra gestión: poder tener superávit fiscal sin toma de endeudamiento y con una baja de la deuda flotante. Cuando empezamos la gestión estaba en 4.000 millones de pesos y hoy está reducida al mes en curso. 

Los intendentes plantearon que necesitan ayuda para pagar los sueldos ¿La Provincia tiene capacidad para contribuir a eso?
Estamos viendo caso por caso. Creemos que no hay una necesidad de resolver una cuestión genérica. Cada municipio tiene que hacerse cargo de lo que puede pagar. No porque la Provincia dé un 38 por ciento, los municipios darán un 38 por ciento. La realidad del municipio capital no tiene nada que ver con La Poma o Payogasta. Cada municipio tiene que hacer un acuerdo salarial en base a su realidad y a sus posibilidades. Yo estoy viendo municipios que están empezando a tener complicaciones financieras producto de la administración y están firmando un 35 o 38 por ciento como si nada. Ya les hice un llamado de atención diciéndoles qué es lo que pretenden o cómo solventarán esos gastos. Porque si la solución es decirle a la Provincia no tengo para pagar, lógicamente eso es muy cómodo, no resiste análisis. Nosotros tuvimos un conflicto docente que lo enfrentamos explicándoles a los maestros cuál era la realidad la Provincia. En ese marco, los municipios tienen que hacer el esfuerzo de la discusión política para hacerles entender a sus trabajadores qué pueden y qué no. 

Ministro hace un año se presentó en Salta el índice mensual de inflación. Después no se publicó más ¿Qué pasó con la medición?
La medición tenía algunos cuestionamientos técnicos que había realizado en su momento el Indec. Se puso a los técnicos a trabajar en una armonización de esa metodología para que tuviera contraste con lo que hace el organismo a nivel nacional. El Indec está elaborando una encuesta sobre los patrones de consumo en las ciudades y hasta tanto esa encuesta no esté publicada, la metodología no cambiará. De ese modo, la discusión con el Indec seguirá siendo la misma, entonces luego lo publicaremos. No se cortó el relevamiento del índice y tiene datos muy similares a los del Indec. 

¿Se puede atribuir a algún patrón principal la caída de la recaudación? ¿Dejaron de tributar las empresas? ¿cerraron más negocios? ¿o hay menor actividad?
La Secretaría de Programación está haciendo un informe y un modelo de simulación para proyectar la incidencia de un punto más de recesión, si cae un punto el campo o el consumo masivo, para ver así el impacto en la recaudación. Siempre la explicación de por qué se entraba en déficit fiscal tenía que ver con eso: cambios en la realidad macroeconómica. El día que asumí dije que eso no podía ser una explicación del déficit fiscal en ningún ámbito. Entonces armamos esta Secretaría, es uno de los grandes valores que quedarán para la Provincia, con cuadros técnicos muy preparados. El otro gran dato a destacar es que desde abril de 2018 hasta marzo de 2019 hemos presentado cuatro cuentas generales del ejercicio. El gobernador Urtubey abrió la Asamblea Legislativa el primero de abril con todas las cuentas al día, todavía tenemos plazo hasta mediados de año para presentar la de 2018. 

Urtubey dijo que el producto bruto geográfico per cápita de Salta representa un 37% del PBI per cápita nacional. ¿Qué políticas se pueden tomar para mejorar, sobre todo en crisis?
Nosotros tuvimos un año de ordenamiento fiscal. Hoy con este escenario, que nos permite no tomar deuda, estamos planteando qué viene para Salta. Vemos la necesidad de inyectar recursos en el sector privado, en emprendedores de toda la provincia y generar puestos de trabajo. No solo en Salta sino en la Argentina, estamos viendo que el Estado agotó su capacidad de ser el empleador. Si no empezamos a tener una mirada hacia el sector privado, será muy complejo poder resolver problemas estructurales. El sector privado está en declive constante desde hace tres años. Hay una caída de la recaudación y los Estados empiezan a desfinanciarse. Pensar en darles soluciones a la pobreza y al desempleo desde el Estado, incorporando empleados estatales, no tiene sentido. Se avizora que el Estado tendrá menos posibilidades y herramientas. El año pasado, desde el Ministerio de Economía, creamos el programa de Finanzas Inclusivas. Hoy estamos trabajando con dos fundaciones, Prosoco, del Padre Martearena, y Promujer, que es una entidad internacional. Trabajamos con microcréditos con la metodología que desarrolló (Muhammad) Yunus, en la India. Somos la primera provincia que tiene al microcrédito como política de Estado, al microcrédito real, no al que da crédito chico a gente sin recursos, que es lo que se entiende generalmente. Tenemos más de mil microcréditos desde noviembre. 

¿Cuál es su diagnóstico de la economía nacional?
A la economía nacional la veo mal desde hace mucho tiempo. Veo el mismo patrón que en el 2016: un modelo económico que no tiene rumbo. Una política monetaria que está basada en una olla a presión que va conteniendo dólar e inflación, con tasas hiperelevadas, que están fundiendo a todas las pymes e inhabilitan que el consumo masivo se recupere. No hay una mirada puesta en el mercado interno ni en la gente. El grave problema que tiene la política monetaria es la bola de nieve que se generó con las Lebac en su momento y hoy con las Leliq. El stock de Leliq, la cantidad de papelitos que tienen los bancos, es equivalente al 70 por ciento de la base monetaria. Como estas Letras son la contracara de los plazos fijos, la gente deposita, los bancos ponen ese dinero en Leliq en el Banco Central. Primero significa que el BCRA está perdiendo plata a mansalva, alrededor de 1.800 millones de pesos por día en intereses. Después que alguien me explique que de verdad hay que sacar Fútbol para Todos, recortar jubilaciones y otras cosas más, cuando te estás gastando 1.800 millones de pesos por día. Salta, por ejemplo, tuvo un recorte de 1.800 millones de pesos en subsidios al transporte este año. Con un día de pago de intereses, nos podrían haber dado un subsidio. La gente ya no está renovando los plazos fijos. Si se profundiza esa desconfianza del sistema bancario, habrá un retiro de plazos fijos. Los bancos le dirán al Central que no pueden renovar más las Leliq y eso automáticamente incrementa la base monetaria. Si los bancos, que tienen esos papeles, dicen que no los quieren más, hay que darles pesos. Esto te propagan rápido la base monetaria y se dispararía la inflación. No hay ningún plan congruente para resolver esto. No hay ninguna explicación sensata sobre cómo honrará el Central esa deuda. Uno mira y dice: esto se tiene que licuar con inflación o defaultear esa deuda. Con lo cual hay un escenario complejo. Además, el Gobierno no tiene ninguna herramienta para salir de la recesión ni para generar empleo y crecimiento. Un país con todo esto y adicionar un 100 por ciento de deuda sobre el PBI, te deja en las puertas de los finales de los 90. 
 

 

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