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“Claro que tenemos que resguardar el trabajo, pero para los asalariados de todo el país”

Entrevista con Matías Lobos, Subsecretario de Control y Vigilancia de Fronteras del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Domingo, 07 de abril de 2019 00:03

“No todo lo que se hizo siempre, si está fuera de la ley, tiene que seguir haciéndose”. En esos términos, el subsecretario de Fronteras de la Nación, Matías Lobos, defendió el proyecto impulsado por el Ministerio de Seguridad y la AFIP para convertir el contrabando de Aguas Blancas en un negocio legal, en el que los comerciantes radicados en el departamento de Orán puedan ser importadores y contribuyentes dentro de un régimen simplificado, y que los bagayeros actuales se conviertan en trabajadores de frontera, registrados y aportantes. “Claro que tenemos que resguardar el trabajo, pero para los asalariados de todo el país”.

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“No todo lo que se hizo siempre, si está fuera de la ley, tiene que seguir haciéndose”. En esos términos, el subsecretario de Fronteras de la Nación, Matías Lobos, defendió el proyecto impulsado por el Ministerio de Seguridad y la AFIP para convertir el contrabando de Aguas Blancas en un negocio legal, en el que los comerciantes radicados en el departamento de Orán puedan ser importadores y contribuyentes dentro de un régimen simplificado, y que los bagayeros actuales se conviertan en trabajadores de frontera, registrados y aportantes. “Claro que tenemos que resguardar el trabajo, pero para los asalariados de todo el país”.

Luego del violento incidente que tuvo como destinataria a la ministra Patricia Bullrich, el Gobierno decidió extender hasta mayo el plazo para aplicar el nuevo sistema, y anunció una campaña de concientización.

Licenciado en Ciencias Políticas y dirigente de Cambiemos, Lobos dijo, en una entrevista con El Tribuno, que el Plan Fronteras Seguras se enmarca en el “Modelo de gestión integral de fronteras en puntos calientes” que lleva adelante el ministerio, y destacó que también incluye el fortalecimiento del control en los pasos internacionales de Aguas Blancas y Puerto Chalanas, a través de la vigilancia de la Gendarmería Nacional y del sistema tecnológico de vigilancia inteligente de fronteras (Sitevif), inaugurado recientemente, que permite la detección de movimientos en la frontera a través de radares y cámaras de última generación.

Lobos asegura que bagayeros y comerciantes apoyan la iniciativa, y que de esta forma se excluirán a los capitalistas del contrabando ajenos a Orán; que los microimportadores participarán de una actividad legal y que los bagayeros no perderán su trabajo.

El incidente del lunes, con la agresión que sufrió la ministra de Seguridad en Aguas Blancas, causó sorpresa en Salta, porque se trató de un hecho inesperado. Pero, además, resulta difícil de entender, para quienes conocemos la frontera, esta iniciativa de convertir a los bagayeros en importadores...

Sabemos que es necesario seguir explicando el sistema que estamos proponiendo. El lunes 1° de abril pusimos en marcha esta campaña, que apunta a normalizar lo que hoy no lo es. En primer lugar, se trata de una resolución conjunta de AFIP, Aduanas, el Ministerio de la Producción, el Ministerio de Seguridad y avalada por el Gobierno de Salta y los municipios de Aguas Blancas y Orán. Se trata de poner en un sistema de legalidad lo que hoy se desarrolla en la ilegalidad. El bagayeo es una actividad intensa que abre la puerta al contrabando.

El bagayeo se asocia, necesariamente, con la economía en negro y se desenvuelve en una trama compleja, muy particular, con códigos propios, y desde hace décadas...

Sabemos que los trabajadores de frontera necesitan trabajar; hemos hablado con las autoridades provinciales para desarrollar en Aguas Blancas y Orán una actividad que asegure al trabajador de frontera su fuente de ingresos y conforme un régimen comercial que resulte conveniente para el comerciante y el importador de Orán.

¿Cómo funcionaría, concretamente?

El comerciante tiene desde ahora la posibilidad de ser importador e ingresar legalmente mercadería al país, pero siempre y cuando tenga domicilio en el departamento, y después está la figura del transportista, el trabajador de frontera llamado bagayero; este puede seguir trabajando, pero tiene que estar reportado por un importador que lo habilite para ingresar la carga.

Suena un poco voluntarista. La zona de frontera, y Orán en particular, sufren un problema muy pronunciado de desempleo o empleo irregular, que en términos reales supera el 50% en materia de degradación laboral. Resulta difícil imaginar este blanqueo que usted describe... El contrabando es negocio, porque es en negro y por eso existe.

El importador tiene que ser una persona que pueda registrarse como tal. Esto lo hemos conversado con comerciantes de Orán y Aguas Blancas. Así va a reemplazar al capitalista que viene de afuera. Y por otro lado, el transportista, el que pasa la mercadería, va a tener un registro legal y seguirá haciendo la misma tarea que ahora, solo que en lugar de hacerlo para un capitalista de afuera lo hará para un comerciante de Orán, y, seguramente, muchos de esos trabajadores de frontera podrán convertirse en importadores. Queremos que se cumplan los requisitos que el Estado argentino prevé para cualquier importador en la Argentina. Ojalá se entienda el esfuerzo que está haciendo todo el Estado argentino para simplificar el régimen aduanero para que todo ande como corresponde.

Parece difícil si se considera que tenemos un país con un 40% de su economía en negro, y que en el área de frontera, la economía en negro funciona a pleno... Blanquear la economía en una zona con alta vulnerabilidad social parece complicado.

No podemos mirar para otro lado. Como Estado nacional argentino no podemos hacer de cuenta que no pasa nada. Claro que tenemos que resguardar el trabajo, pero para los asalariados de todo el país. Y cuando hay contrabando a escala, eso se traduce en fuente de trabajo que se pierden en el interior. Por eso proponemos este sistema, que intenta mantener la actividad dentro de la ley. Nos habíamos acostumbrado a que en Aguas Blancas haya ilegalidad. Y no tenemos por qué mantener esa costumbre. Hay que llevar legalidad y control a la frontera.

Entre los bagayeros, el rechazo y la desconfianza son notorios...

Vamos a trabajar con las cámaras empresarias y con los trabajadores de frontera para explicar, aclarar y lograr que el sistema empiece a ser aceptado. No necesariamente lo que se hizo siempre es lo único que puede hacerse. Y hay cosas muy alentadoras. Tanto la Cámara como los trabajadores de frontera expresaron por escrito su voluntad de generar un sistema de legalidad.

¿Y los cascotazos?

La novedad siempre provoca miedos, reacciones y cuestionamientos. Hay que concientizar...

¿Habrá una prórroga, como pidieron los bagayeros?

Nosotros habíamos pensado en quince días, el juez federal nos pidió flexibilidad y que lo extendiéramos a un mes. Entonces en abril vamos a trabajar fuertemente para instalar el sistema. Facilitar la adaptación, explicar los trámites. Cuando algo se desconoce, hay miedo al cambio... pero todos nos piden legalidad. Cuando vean que su trabajo de transportista no está en riesgo van a tomarlo de otro modo. 

¿Por qué solo en Aguas Blancas?

Nos pareció que la zona más caliente por este fenómeno de la ilegalidad era Orán, pero es una experiencia que, si nos permite regularizar la frontera, se puede replicar en otros puntos. Siempre hay que empezar por algún lugar.

Hay muchas personas que tienen doble domicilio, en Aguas Blancas y Bermejo ¿No es un obstáculo para ellos? 

Si la persona es residente en Orán o Aguas Blancas no hay problema.

¿Aunque se duplique la residencia, como pasa con los que votan en los dos países?

No creo que sea un obstáculo. En toda la frontera hay situaciones de ese tipo, y no creo que el doble domicilio altere esto.

¿Se aplica solo para los que ingresan mercadería; no para los que la sacan?

Sí, porque es un régimen de importación simplificado. Estamos hablando de los rubros textil y calzado, y de mercadería que viene de Bolivia a la Argentina.

En la frontera se señala a este escenario de ilegalidad como la boca de entrada para las ferias americanas, un negocio de enorme volumen que se asocia al trafico de cocaína, armas y personas...

Esta es una pata de un plan mucho más amplio, el de Fronteras Seguras. Este fue anunciado el primero de abril, y en Orán hemos inaugurado un sistema de sensores de alta tecnología para monitorear en tiempo real todos los puntos estratégicos. También se modernizó el paso de chalanas para facilitar el control aduanero. Para el Ministerio, trabajar en la seguridad de las fronteras es prioridad absoluta, porque sabemos que se trata de lugares propicios para delitos graves. Consideramos imprescindible mejorar el control aduanero y migratorio para mejorar la seguridad de la frontera. Para resguardar al país y a los habitantes de estas áreas.

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