¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Luisa y sus siete nietos piden ayuda ante un desalojo

La mujer tiene 50 y hace 30 que vive en un terreno que le dieron para cuidar. Desde 2016 espera que la Justicia resuelva su caso, pero no tiene abogada ni adónde irse a vivir.
Lunes, 08 de abril de 2019 02:36

Luisa Rodríguez de Jara tiene 50 años y es madre de seis hijos. Hoy solo quedan en la casa el menor, de 21, y siete nietos. Sobre el camino vecinal que se inicia sobre la ruta 21, kilómetro 1 y termina sobre la ruta 26, Luisa y su esposo levantan su humilde vivienda.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Luisa Rodríguez de Jara tiene 50 años y es madre de seis hijos. Hoy solo quedan en la casa el menor, de 21, y siete nietos. Sobre el camino vecinal que se inicia sobre la ruta 21, kilómetro 1 y termina sobre la ruta 26, Luisa y su esposo levantan su humilde vivienda.

Hace más de 30 años Luisa llegó al lote 9, ubicado al fondo de Finca Valdivia, para cuidar la vivienda de Zenón Rodríguez Patiño. "Mi hermana estaba viviendo acá, se fue y nos avisó que necesitaban que alguien cuide esto. Así nos comunicamos con don Zenón. Incluso fue él quien trajo nuestra pocas cosas", recuerda Luisa, que hoy enfrenta una orden de desalojo. La mujer, que llegó a los 50 trabajando como empleada doméstica, mientras que su esposo lo hacía de albañil, está preocupada ante la posibilidad de que sus nietos queden en la calle. La madre de cuatro de sus nietos es su hija mayor, que padece hipoacusia y por ahora trabaja en el interior. De estos pequeños no tiene la tutela judicial, mientras que los otros tres, hijos de su tercera hija, si están a su cargo, incluso el más pequeño sufre retraso madurativo.

Ahora sin trabajo, Luisa y su esposo recuerdan que los problemas por el terreno comenzaron en 2016, cuando la señora Teresa Mamaní -a cargo de los terrenos de Zenón Rodríguez- les reclamó que abandonen el predio de 50 por 100 metros donde se levanta una vivienda precaria construida con ladrillos y viejas chapas de fribrocemento, con un baño con pozo ciego y dos piezas. Hasta ese momento la familia de Luisa tenía agua, gracias a unos vecinos que le pasaban una conexión y la energía eléctrica estaba habilitada porque don Zenón les había conectado el servicio y lo pagaban "a medias". Luego de que el reclamo se oficializara ante la Justicia, Julia dejó de tener agua en casa. Hace poco también le cortaron la luz. "Cuando comenzó esto fui a la Ciudad Judicial y ahí querían que firme un montón de papeles, pero como no sabía de qué se trataba, me negué. Puse una abogada, pero ahora no me contesta el teléfono. Se llama Miriam pero no me acuerdo su apellido", dijo la mujer, aturdida ante todo lo que le ocurre.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD