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Lavagna: "El Gobierno fracasó en sus políticas y llega al final de su mandato sin rumbo"

El economista ratificó, además, que no tiene intenciones de ir a una interna e insistió en la vía del consenso para definir al candidato de AF. Criticó sin nombrarlo a Massa por sus coqueteos con los K, elogió a Schiaretti y sostuvo que su triunfo es "un mensaje muy fuerte de disconformidad" hacia Cambiemos. Volvió a pedir que Macri renegocie la deuda con el Fondo.
Jueves, 16 de mayo de 2019 11:51

Como Ulises, Roberto Lavagna resiste "atado a un mástil" los cantos de sirenas que intentan atraerlo hacia un lado u otro de la grieta instalada entre el macrismo y el kirchnerismo de cara al comicio de octubre. La analogía con el personaje de La Odisea, de Homero, no es casual. La utilizó hace poco la ensayista Beatriz Sarlo, pero el economista la reflota en un mano a mano con El Cronista para descartar una vez más la invitación de un sector del radicalismo para sumarlo a Cambiemos, del mismo modo que rechaza en forma categórica cualquier tipo de simbiosis electoral con el kirchnerismo.
Sin oficializar aún si será o no candidato, Roberto Lavagna hace tiempo que habla y se mueve como tal. Y ante la insistencia para que se defina, responde con perspicacia: "Fíjese que Cristina no confirmó tampoco su candidatura y Mauricio Macri pelea porque no lo echen y le pongan otro candidato. Hay tiempo". Aquí, la entrevista:

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Como Ulises, Roberto Lavagna resiste "atado a un mástil" los cantos de sirenas que intentan atraerlo hacia un lado u otro de la grieta instalada entre el macrismo y el kirchnerismo de cara al comicio de octubre. La analogía con el personaje de La Odisea, de Homero, no es casual. La utilizó hace poco la ensayista Beatriz Sarlo, pero el economista la reflota en un mano a mano con El Cronista para descartar una vez más la invitación de un sector del radicalismo para sumarlo a Cambiemos, del mismo modo que rechaza en forma categórica cualquier tipo de simbiosis electoral con el kirchnerismo.
Sin oficializar aún si será o no candidato, Roberto Lavagna hace tiempo que habla y se mueve como tal. Y ante la insistencia para que se defina, responde con perspicacia: "Fíjese que Cristina no confirmó tampoco su candidatura y Mauricio Macri pelea porque no lo echen y le pongan otro candidato. Hay tiempo". Aquí, la entrevista:

¿Qué lectura hace del contundente triunfo de Schiaretti en Córdoba? ¿Qué significa para el espacio de Alternativa Federal?
-Creo que es un triunfo muy importante, primero porque es Córdoba y el peso que tiene esa provincia en el país. Y segundo, porque claramente Schiaretti estaba en el espacio de AF y en su discurso después del triunfo lo ratifica y lo hace con un mensaje sumamente claro y terminante que es: "no queremos estar en la grieta". Y éste fue el punto de partida de buena parte de las cosas que han venido ocurriendo en los últimos meses, incluyendo mi propia presencia en la política, es decir, evitar ser absorbidos por cualquiera de los dos extremos de la grieta y ser capaces de construir una alternativa de consenso.

Schiaretti, sin embargo, buscó provincializar el triunfo, dijo que era apresurado sacar conclusiones nacionales. ¿Usted cree que hay que extrapolar lo que pasó con Cambiemos en Córdoba al ámbito nacional? Se trata de una provincia que fue clave para el triunfo de Macri en 2015.

-Fue "la" provincia, porque fue ahí donde hizo la mayor diferencia, no en provincia de Buenos Aires. Creo que para Cambiemos, al cual hay que agregar las elecciones anteriores, es un mensaje de disconformidad muy fuerte. Podrán interpretarlo o no, algunos siguen diciendo no pasa nada...

Ayer en el Gobierno hablaban solo de la torpeza de no haber unificado candidaturas...

-Sí, pero tampoco hubiera cambiado sustancialmente las cosas, porque detrás de las candidaturas que presentan y demás, está esta idea de "no pasa nada", y sí pasan cosas, y cosas graves en el país: ocho años de estancamiento, los cuatro finales del gobierno anterior, los cuatro de éste. Incluso, más que estancamiento, los últimos dos de caída en forma absoluta del nivel de producción. Para que se entienda fácil, con una inflación que se ha duplicado respecto de lo que era la inflación real, no la ficticia en 2015, absoluta parálisis exportadora, salvo el sector de granos; absoluta parálisis inversora, en realidad hay un proceso de desinversión porque en los últimos años del actual gobierno salieron en forma neta u$s 60.000 millones, eso es desinversión, por lo menos en el país, inversiones que fueron hacia otro lado. Es cierto, las torpezas políticas pueden agrandar una derrota pero la cuestión de fondo es que el Gobierno fracasó en sus políticas y está llegando al final del mandato prácticamente sin rumbo, tratando simplemente de llegar y que los mercados no se descontrolen totalmente. Y eso uno no lo arregla con mejor manejo político en torno a las candidaturas.

En el camino hacia el lanzamiento de su candidatura, que aún no se produce, usted ha marcado como un hito clave las elecciones provinciales y, fundamentalmente, esta de Córdoba que pasó. A Schiaretti se le asigna ahora el rol de gran articulador de Alternativa Federal. ¿Qué expectativa tienen sobre el rol que asumirá el gobernador en el espacio?

-Lo vamos a ir viendo en los próximos días. Ustedes saben que tradicionalmente en el justicialismo, sobre todo en el justicialismo republicano y federal, el peso de los gobernadores ha sido tradicionalmente importante. En este caso hay un gobernador con un triunfo muy contundente y una gestión muy buena, porque no es un triunfo que sale de la nada, es un triunfo de una gestión, incluso, con alternancias de poder, que son las cosas que uno quisiera ver para todo el país y no solo para Córdoba.

La pregunta apuntaba a ese obstáculo que debe vencer todavía AF y que tiene que ver con decidir el mecanismo por el cual va a elegir a su candidato. Algunos quieren interna, caso Massa y Urtubey, y usted propone una candidatura por consenso. ¿Este triunfo de Schiaretti precipita esa definición?

-No es solo esta elección sino que en realidad son los propios pasos legales hasta el 22 de junio, de manera tal que supongo que se irá clarificando en este periodo, no creo que nada sea absolutamente inminente.

¿Usted descarta de plano ir a una interna?

-Uno tiene que definir con claridad para tomar una decisión si quiere ser una alternativa potencialmente ganadora o no. A lo mejor hay quienes buscan quedar colocados para el 2023, hay otros que a lo mejor están en proceso de ver si están dentro de AF o giran hacia el kirchnerismo… si uno lo que quiere presentar es una alternativa ganadora, tiene que ser por consenso. Le explico por qué: el día de las PASO, a las cuales todo el mundo tiene que concurrir, el tema es si concurre en el marco de una interna o con un consenso previo. Acá hay dos candidatos teóricamente fuertes, ambos consolidados en su espacio, sin ningún tipo de interna. El Gobierno y la ex presidenta, si ese espacio del medio concurre en el marco de una interna, ¿qué es lo que van a publicar los medios al día siguiente? Valores puramente indicativos: ex presidenta, 30, 35%; el actual Gobierno, 25 ó 30%; el espacio alternativo 18%, por ejemplo, con el nombre del que sea. Si usted hace eso, ya perdió la elección, porque ahí aparece el voto útil, las actitudes de distintos sectores de la sociedad que dicen, “acá hay que ir a alguno de los dos extremos”. Ese 18% si después uno suma todos los participantes a lo mejor es 25…

¿Y usted está convencido de que la lectura del día después será esa y no la sumatoria de lo que saque el espacio?

-Olvídese, no se va a dar esa lectura, en algún lado va a salir, chiquito, el título va a ser otra cosa. Si uno quiere una alternativa ganadora tiene que buscar un consenso. Yo volví a la actividad sobre esa base, la búsqueda del consenso, y eso no va a cambiar.

Sin nombrarlo, hizo referencia a los coqueteos de Massa con los K. Usted, Pichetto, Urtubey y Schiaretti no quiere saber nada con los K, Massa es ambiguo. ¿Desperfila eso al espacio?

-Eso se lo tienen que preguntar a él, pero no es el espacio. Cada uno tiene una identificación bastante clara de donde está. Por supuesto cuanto antes termina de ordenarse cualquier espacio, mejor. Pero no diría que hay un problema de desperfilamiento, en el espacio hay gente con agendas distintas: no es lo mismo la agenda 2019 que mirando al 2023, o decir “uno de los lados de la grieta está excluido o no tanto, podría ser”. Mi posición es clara: ninguno de los dos extremos de la grieta puede absorber esta alternativa. Y si la absorbe, aunque sea parcialmente, es una cierta muestra de fracaso.

¿Qué relevancia le asigna a los 10 puntos del Gobierno?

-Creo que es parte del juego político preelectoral y una cierta tendencia a ver el gobierno desde una imagen de marketing, una impronta fuerte en torno a ideas que se transmiten fácil, “lluvia de inversiones, brotes verdes, próximo semestre”… que después no se han producido. Sigue habiendo de parte del Gobierno un predominio muy fuerte del marketing más que de la sustancia.

Más allá de eso, muchos plantean la necesidad de un acuerdo económico y social.

-¡Somos los primeros! Presentamos 10 puntos 24 horas antes -que casualidad- que el Gobierno, se llama un Manifiesto de Consenso 19. Si después el Gobierno quiere usar el mismo concepto, lo importante es que sepamos diferenciar entre quien toma las cosas porque cree en ellas y quien las toma como un mero instrumento de marketing.

¿Podrá con la intervención el Gobierno mantener el dólar estable o habrá más turbulencias?

-Hay realidades que uno no puede ocultar, y es que en una economía que lleva ocho años de estancamiento, donde nadie del Gobierno está diciendo como puede ni siquiera arrancar, y donde se sabe que en 2021 y 2022 tiene enormes obligaciones, ¿qué puede pasar? Nada, cosas de corto plazo, momentos de agitación, momentos de calma como el que tenemos en este momento, no puede pasar nada sustancial.

No puede pasar nada sustancial por la positiva, dice usted. Ahora se “resfría” Turquía o pasa algo en otro país emergente...

-Si yo fuera turco diría: “¡Por Dios, paren argentinos porque son ustedes los que están desestabilizando los mercados!”. Las condiciones mundiales para el Gobierno son excepcionalmente positivas, primero porque la economía mundial está creciendo y, segundo, porque las tasas siguen siendo las tasas internacionales ridículamente bajas, son de las más bajas en un siglo y esas son las tasas de partida sobre las cuales después Argentina tiene que después pagar por los créditos. La soja, aun cayendo, todavía está u$s 100 por encima de lo que estaba en 2005.

El Gobierno dice “todas estas turbulencias tienen que ver con Cristina. ¿Son esas las dudas?

-Olvídese de Cristina, del kirchnerismo. Usted prometió “lluvia de inversiones, brotes verdes, expansión en el próximo semestre…” nada de eso ocurrió. ¿Y eso no tiene nada que ver con el juicio que hay hoy? Si a eso usted le agrega el efecto que produce el otro lado de la grieta, seguramente agrega un plus de incertidumbre. Pero es el fracaso del Gobierno a lo largo de ya son cuatro años, ya sabemos que de los cuatro años de gobierno del PRO, tres son de caída del Producto. No hace falta agregarle nada más. Si usted le agrega algo más, las cosas son más complicadas.

El 27 de mayo es la Convención de la UCR y hay un grupo allí que postula alinearse detrás de su candidatura, además de que también se lo invitó a incorporarse a Cambiemos. ¿Qué expectativa tiene de esta cumbre?

-Eso es ir hacia un lado de la grieta, y de la misma manera que somos muy críticos de los que se van para un lado, soy igualmente crítico de los que se dejan atraer por este lado de la grieta. Señores, los de la grieta, hagan lo suyo, tuvieron todas las oportunidades del mundo para intentar cambiar y no han cambiado, entonces, lo que importa es haber sido capaces de armar esta alternativa antigrieta, de haberle dado contenido, esos 10 puntos tienen un contenido muy fuerte, no son algo que uno puede escribir en una servilleta. Los intentos de llevarnos para un lado o el otro… no voy a dar el ejemplo que dio brillantemente Beatriz Sarlo hace un tiempo atrás, con Ulises a quien las sirenas intentaban para un lado o para el otro. Hay que atarse al mástil como hizo Ulises y no dejar que a uno lo atrapen ni de un lado ni del otro, pero sí ser absolutamente abierto a dar la bienvenida a gente que por ahora se ubicó en alguno de los dos extremos porque no tenía nada que les resultara sustantivo. Ahora hay algo.

¿Y cuando van a poder escuchar los que se agreguen la oficialización de su candidatura?

-Eso es una cosa… no es tan necesaria. Fíjese que Cristina no confirmó tampoco su candidatura y Macri pelea porque no lo echen y le pongan otro candidato. Hay tiempo. El haber alcanzado esos consensos agregó mucho, porque no se trata de una palabra vacía, es un paso adelante importante.

“Macri tiene la obligación de correr los vencimientos con el Fondo”


Usted se tomó el trabajo de contestarle al Gobierno los 10 puntos y le pidió que renegocie los vencimientos de deuda aprovechando su buena relación con el Fondo. ¿Le respondieron?

-Me contestó el Fondo. Hoy lo voy a poner de manera un poco más fuerte: yo dije que el Gobierno tiene la posibilidad de… Hoy le voy a decir tiene la obligación de... Porque el Gobierno se jacta tanto de sus relaciones con EE.UU. y el Fondo, se jacta tanto, al punto de que hay algunas fotos que han aparecido en los medios que son más propias de una revista de corazón que de política. Esas miradas, casi enamoradas, entonces, tiene la obligación de hacerlo. Y voy a ser más preciso, tiene la obligación de intentar correr los vencimientos con el Fondo porque, mire qué fácil, recibieron más de u$s 50.000 millones, ahora eso sí, se lo dejaron al próximo gobierno enteritos, esa no es manera de gobernar. Eso, en todo caso, es una manera cortoplacista de gobernar. Entonces, ya que hay una cierta calma, ya que el Fondo dice que el programa va bien y que las relaciones son buenas, creo que tienen que hacer este esfuerzo. Y tienen que reintentar comprar algunos bonos argentinos hasta el periodo 2024 incluido, de manera de abarcar todo el periodo 2020-2023, que son cuatro años y el primer año del gobierno que sigue. De manera tal de permitirle al próximo gobierno, cualquiera sea, empezar a un proceso de hacer arrancar esta economía que lleva ocho años sin crear trabajo y de absoluta parálisis. Y darle al gobierno que sigue el primer año, también, como para formular su política. Entonces digo, ir alargando el período de los vencimientos del Fondo, siempre hay mecanismos porque alguien va a decir “legalmente no se puede…” siempre se puede, hay caminos indirectos como para garantizar deuda, lo importante es correrlos para adelante y, además, hacer alguna compra parcial de bonos, los que vencen desde ahora hasta el 2024 incluido. Eso significa gobernar con una visión de hombre de Estado, de alguien que está pensando no solo en la próxima elección, ni siquiera en la que sigue, sino en cómo uno le deja márgenes de acción a quien sigue. Esto es lo único en serio que se puede sacar hoy de un acuerdo económico y social. El resto de las cosas no… porque buena parte de las fuerzas políticas lo primero que le plantearíamos es “vamos a hablar de crecimiento” y hablar de crecimiento y creación de empleo implica mejorar el bolsillo de los ciudadanos; eso el Gobierno nunca lo va a discutir porque cada vez que se le ha propuesto esto ha sido un no terminante. Entonces, a partir de ahí, esos 10 puntos se caen solos, son nada más que para asegurar el pago de la deuda. Por supuesto que eso hay que hacerlo, pero los argentinos tienen además otro tipo de preocupaciones.

¿Cómo sería una renegociación con el FMI a partir de 2020? ¿En qué términos?

-Lo más seriamente posible, lo que pasa es que si uno desaprovechó un montón de meses porque parte de los vencimientos más importantes son en 2021 y 2022, si usted desaprovechó esa relación “privilegiada”. “carnal” dirían los del 90, ¿por qué lo desaprovechó? O sea, que no solo tienen la posibilidad, tiene la obligación de hacerlo, y si no, no sirve para nada esto de las relaciones tan especiales. ¿Para qué sirve? Sirve si nos sirve al conjunto de los argentinos. Esto de las relaciones carnales ya lo vivimos.

El tema es qué se hace con la plata del Fondo…

-Ahora lo que queda por llegar es muy poco, porque en un mecanismo muy poco usual, mostrando una relación especial, el Fondo desembolsó el conjunto durante este gobierno, cuando lo habitual es un proceso de desembolso progresivo a lo largo de los tres años…

Muchos dicen que el FMI le está financiando la campaña a Macri.

-Si quiere ponerlo así, sí.

 

Desorientación y bronca


Para Roberto Lavagna, los argentinos se debaten hoy entre la tristeza, la desorientación y la bronca, tras ocho años de estancamiento de la economía, que atribuye tanto al fracaso del “estatismo kirchnerista” como a la alternativa “puramente financiera” de Macri.

¿Cómo ve a los argentinos hoy?

-Los veo a algunos tristes, desorientados, deprimidos, y a otros los veo con mucha bronca, que no es un dato menor, porque la bronca siempre puede generar situaciones más agudas es imprevisibles. Y lo otro, es triste, sobre todo para la clase media de ingresos medios para abajo, que está sufriendo tremendamente, la pequeña y mediana industria que está en proceso de destrucción. Lo dijo (el ex jefe del gobierno español) Felipe González el otro día, con la ventaja de quien viene de afuera y tiene más distancia para evaluar las cosas: el estado de espíritu de los argentinos hoy es negativo. Pero esto no es caprichoso; son ocho años de estancamiento absoluto, con inflación creciente, con cero creación de empleo, es mucho tiempo. No hay en la zona del mundo donde hay paz, y estamos nosotros entre esos países, un estancamiento tan prolongado. Y para colmo a partir de dos políticas totalmente opuestas: fracasó el estatismo, la intromisión, la invasión del Indec, de los directorios de las empresas, etcétera. Y falleció, políticamente hablando, fracasó esta alternativa que es puramente financiera, donde nadie que esté en la producción, ni del agro, ni la industria, ni de los servicios, ni de los servicios de alto valor agregado está logrando escapar a ese estancamiento, a esa mediocridad, a esa cosa gris en la cual vivimos los argentinos.

Fuente: El Cronista

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