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Central Norte vuelve a Perico con malos recuerdos

Cada vez que el cuervo visitó a Talleres se generaron hechos violentos entre los hinchas, jugadores y dirigentes, en un estadio que pocas veces brindó seguridad al visitante.
Sabado, 04 de mayo de 2019 00:48
Eliseo Valdez, expresidente de Central, fue agredido en Perico. Foto: Walter Echazú

Central Norte sabe que vuelve a un reducto complicado, donde históricamente fue recibido por un ambiente hostil. Y para Talleres no es un partido más: cada vez que va Central Norte le hace sentir la localía de la peor manera posible, y muchas veces con la policía jujeña como cómplice.
El cuervo jugará en el estadio Plinio Zabala mañana en el arranque de un nuevo play-off por el ascenso, y en la previa repasamos algunos hechos que fueron vergonzosos y repudiables. Estos conflictos se remontan a los viejos torneos Confraternidad y se intensificaron cuando se cruzaron en el Argentino B. En el 2001, por ejemplo, la policía jujeña reprimió a los hinchas de Central Norte, para no perder la costumbre. Y el peor antecedente sucedió al año siguiente, en el 2002, cuando se desató una verdadera batalla campal con los jugadores, la policía y los hinchas del expreso periqueño, quienes hasta tuvieron un fácil acceso a la zona de vestuario y agredieron a los jugadores del cuervo. El presidente de Central de aquel entonces, Eliseo Valdez, sufrió fracturas de nariz y tobillo.
Otro recuervo bravo es el de 2007. Central Norte llegó a Perico obligado a ganar para no descender esa misma tarde y minutos antes del partido los hinchas de Talleres ingresaron por el sector de plateas y tiraron bombas de estruendos en el vestuario de Central. Por suerte los jugadores estaban haciendo el precalentamiento en el campo y no hubo heridos. El partido lo ganó el azabache 1 a 0 y nuevamente hubo un duro enfrentamiento entre los cientos de hinchas del cuervo y los efectivos jujeños. 
Pasaron varios años para que se vuelvan a enfrentar en el estadio Plinio Zabala y sucedió en el 2015. Esta vez fue sin público visitante y el partido terminó 0 a 0, mientras que el penúltimo antecedente fue en el 2017, por la Copa Argentina, y pese a jugarse nuevamente sin público salteño la dirigencia del cuervo optó por llevar seguridad privada. Fue triunfo azabache por 2 a 0 y el último gol de Tomás Armella, en offside, desató la locura en el cuerpo técnico de Talleres y hasta varios hinchas se metieron al campo de juego. Los que se llevaron la peor parte aquella vez fueron de la prensa salteña, que estaban ubicados en la platea y fueron agredidos por los hinchas. Por eso es que el actual presidente de Talleres, Enrique Barro, se encargó de aclarar en la semana que tomarán mayores medidas de seguridad para resguardar al plantel de Central y sus dirigentes.
 

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Central Norte sabe que vuelve a un reducto complicado, donde históricamente fue recibido por un ambiente hostil. Y para Talleres no es un partido más: cada vez que va Central Norte le hace sentir la localía de la peor manera posible, y muchas veces con la policía jujeña como cómplice.
El cuervo jugará en el estadio Plinio Zabala mañana en el arranque de un nuevo play-off por el ascenso, y en la previa repasamos algunos hechos que fueron vergonzosos y repudiables. Estos conflictos se remontan a los viejos torneos Confraternidad y se intensificaron cuando se cruzaron en el Argentino B. En el 2001, por ejemplo, la policía jujeña reprimió a los hinchas de Central Norte, para no perder la costumbre. Y el peor antecedente sucedió al año siguiente, en el 2002, cuando se desató una verdadera batalla campal con los jugadores, la policía y los hinchas del expreso periqueño, quienes hasta tuvieron un fácil acceso a la zona de vestuario y agredieron a los jugadores del cuervo. El presidente de Central de aquel entonces, Eliseo Valdez, sufrió fracturas de nariz y tobillo.
Otro recuervo bravo es el de 2007. Central Norte llegó a Perico obligado a ganar para no descender esa misma tarde y minutos antes del partido los hinchas de Talleres ingresaron por el sector de plateas y tiraron bombas de estruendos en el vestuario de Central. Por suerte los jugadores estaban haciendo el precalentamiento en el campo y no hubo heridos. El partido lo ganó el azabache 1 a 0 y nuevamente hubo un duro enfrentamiento entre los cientos de hinchas del cuervo y los efectivos jujeños. 
Pasaron varios años para que se vuelvan a enfrentar en el estadio Plinio Zabala y sucedió en el 2015. Esta vez fue sin público visitante y el partido terminó 0 a 0, mientras que el penúltimo antecedente fue en el 2017, por la Copa Argentina, y pese a jugarse nuevamente sin público salteño la dirigencia del cuervo optó por llevar seguridad privada. Fue triunfo azabache por 2 a 0 y el último gol de Tomás Armella, en offside, desató la locura en el cuerpo técnico de Talleres y hasta varios hinchas se metieron al campo de juego. Los que se llevaron la peor parte aquella vez fueron de la prensa salteña, que estaban ubicados en la platea y fueron agredidos por los hinchas. Por eso es que el actual presidente de Talleres, Enrique Barro, se encargó de aclarar en la semana que tomarán mayores medidas de seguridad para resguardar al plantel de Central y sus dirigentes.
 

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