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Zona oeste: el 49% trabaja en negro y solo el 6% fue a la universidad

Distintos factores de riesgo conviven en asentamientos y barrios cercanos al Grand Bourg.La falta de educación y el empleo precario son los principales indicadores de vulnerabilidad.
Jueves, 27 de junio de 2019 02:27

Falta de acceso a la educación y trabajo en negro son las principales problemáticas sociales en la zona oeste alta y baja de la capital salteña, que comprende los barrios Palmeritas, Palermo, Costanera, Asunción, Villa Primavera, Santa Lucía y Grand Bourg, entre otros. Así lo establece un estudio realizado por el Programa Comunitario del hospital San Bernardo.

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Falta de acceso a la educación y trabajo en negro son las principales problemáticas sociales en la zona oeste alta y baja de la capital salteña, que comprende los barrios Palmeritas, Palermo, Costanera, Asunción, Villa Primavera, Santa Lucía y Grand Bourg, entre otros. Así lo establece un estudio realizado por el Programa Comunitario del hospital San Bernardo.

Según indica el trabajo, unas 107.000 personas residen en esa zona. Solo el 6% tiene estudios superiores, mientras que el 58% de los mayores de 15 años que vive en contextos precarios no empezó la secundaria. Además, en el 49% de los hogares hay personas con trabajo en negro y el 56% de los mayores de 15 no tienen obra social.

Citlali Doljanín, antropóloga del Programa Comunitario, explicó que realizaron el estudio con muchas variables sociodemográficas y que los mayores factores de riesgo y vulnerabilidad tienen que ver con la falta de educación. "La zona tiene solamente tres colegios secundarios que funcionan turno mañana y tarde". Relató que incluso tomaron en cuenta el colegio Scalabrini, que no está en el lugar pero al que asisten muchos chicos de la zona.

El resto de los establecimientos son vespertinos. "Para una zona con una población tan grande tres colegios secundarios es muy poco", analizó, con respecto a las posibilidades de acceso a la educación.

Con relación al bajo porcentaje de habitantes con estudios superiores, detectado en el sector de Grand Bourg, puntualizó: "No hemos detectado mayor índice de personas que tengan formación superior, en lo que nosotros hemos entendido como contexto socioeconómico popular y precario, entonces ahí ya tenemos un factor de vulnerabilidad muy fuerte que es el tema de la educación".

Contrastes

El estudio indagó también en el aspecto laboral. "El sector analizado abarca desde Grand Bourg hasta el barrio Palmeritas y asentamientos aledaños. Pudimos ver de forma muy clara un contraste. Cuando nosotros hicimos el desagregado por contexto socioeconómico, observamos que la mayoría de hogares con personas que trabajan en negro se encuentran en los contextos precarios y populares", indicó Doljanín.

La especialista destacó que se percibe claramente que el trabajo informal tiene horarios laborales muy complicados. "Mamás que tienen que salir a trabajar de noche, niños que se quedan solos, que están mucho tiempo en la calle sin que se los esté atendiendo, alimentando, cuidando, mirando. Muchas personas trabajan como manteros, y estos son factores que vulnerabilizan mucho la situación de la familia", describió Citlali Doljanín.

Prevención de enfermedades

El relevamiento determinó también que en el 30% de los hogares hay pacientes con hipertensión arterial, en el 27% personas con diabetes y en el 15% con sobrepeso u obesidad. 
Además, se estableció que el 48% de la población es sedentaria, es decir no hace ejercicio físico. El 27% fuma habitualmente y el 53% de los hogares están próximos a microbasurales.
Facundo Iñíguez, médico cardiólogo que participó de la iniciativa, detalló: “En todas partes del mundo la población con bajos recursos económicos es la más vulnerable. El acceso a la salud, la educación y la cultura tienen mucho que ver. Hay algunas poblaciones que lograron, a pesar de ser económicamente no muy pudientes, un buen nivel cultural y la salud un poco más elevada. En muchos casos una baja condición económica viene de la mano de un bajo nivel educativo y cultural, y es lo que genera muchísimas enfermedades que son muy fáciles de prevenir”. 
Añadió que desde el hospital San Bernardo apuntan a “la educación como un arma para prevenir enfermedades”. 
“Hay jóvenes que se ven obligados a trabajar y no pueden estudiar. No cuentan con recursos para, por ejemplo, comprar alimentos para una nutrición adecuada, que por ahí son más costosos. No toda la gente puede adquirirlos, entonces limitan la dieta a lo económico, que es el fideo, el arroz, la papa, todos los farináceos y eso en realidad no nutre las personas. Si a un niño en crecimiento lo alimentas toda la vida con harina, su cuerpo y su mente no se van a desarrollar igual que otra persona que come en forma saludable, frutas y verduras. La idea es tratar de enseñar, con lo que tenemos, a hacer lo mejor posible”. 
 
 La feria de la salud

Humberto Pineda, jefe del Programa Comunitario, sostuvo que al observar la vulnerabilidad en la población de la zona oeste comenzaron a plantearse qué dispositivos, dentro de sus posibilidades como hospital, podían brindar a la comunidad. 
“Montamos la feria de la salud. Es decir, ante diferentes patologías llevamos un equipo de especialistas para poder darle alguna solución a la problemática, ya sea hipertensión, desnutrición, diabetes, violencia, contaminación. Buscamos cubrir esas demandas. Para ello habilitamos los consultorios ambulatorios en la comunidad y damos turnos en nuestra institución”, hizo hincapié.

 Conformación

Según la antropóloga Citlali Doljanín, el proceso de conformación de la zona oeste puede resumirse en tres etapas. La primera fue la creación de los barrios más antiguos, sólidos, donde los vecinos han podido organizarse y conseguir los servicios, como Villa Primavera, Santa Lucía y Asunción. Una segunda fue la formación de barrios que están en una condición intermedia, como Costanera y Palermo. Luego se armaron otros barrios, como Palmeritas, y asentamientos que van dependiendo de los barrios que se consolidaron primero. 
“Quisimos trabajar con la población joven de tal manera que ellos puedan empezar a tener un protagonismo en su barrio. Ellos conocen lo que pasa en su barrio, pero el objetivo es que puedan conocerlo en términos generales de números y relacionar eso que ellos conocen con factores de riesgo y determinantes sociales de la salud”, destacó.
De esta manera, en el marco de un proyecto denominado “Jóvenes cuidadores y promotores de salud”, estudiantes secundarios de la zona oeste recibieron capacitaciones. 
“Aprendieron, por ejemplo, qué tiene que ver la falta de un trabajo estable con la prevalencia a ciertas enfermedades. Fueron capacitados sobre nutrición, las causas de la hipertensión y la diabetes. Se analizó qué se come en las casas, y cómo podemos comer mejor sin gastar más plata”, manifestó.
Otro de los objetivos fue que el personal profesional médico del hospital San Bernardo pueda conocer la realidad de los pacientes de la zona. “En el estudio nosotros también hemos identificado cuál es la población usuaria, a través de una pregunta, que era si usted o alguien de su familia asistió en el ultimo año al hospital San Bernardo. El 50% de la población del contexto precario y popular es usuaria de este hospital”, finalizó. 

 

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