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Ruth Bravo, una salteña de Selección

La Chule hace historia en Francia, al ser la primera de estas tierras en jugar para Argentina en el Mundial femenino que comienza hoy. Su padre quería que fuera modelo, su madre la apoyó y hoy es la subcapitana del equipo nacional. Conocé su historia.
Viernes, 07 de junio de 2019 02:31
Ruth Bravo traslada el balón luciendo la casaca y los colores de Argentina.
La Chule, junto a sus padres y hermanos.
La Chule, junto a sus padres y hermanos.

Mezclada entre otras 23 jugadoras que sueñan con lo mismo, está Ruth. Ella es la salteña que, sin proponérselo, comenzó a marcar un antes y un después para el fútbol femenino de nuestra provincia. 
Lejos de los flashes y de los primeros planos, luchando siempre desde atrás, como esta disciplina misma de mujeres, rompiendo barreras y marcando un hecho que será recordado por siempre, emerge la figura de ella, Ruth Bravo Sarmiento, quien a partir de hoy soltará su sueño de ser campeona del mundo en Francia con la Selección argentina.
Esta es la historia superadora de la “Chule”, un apodo impuesto por su abuela. Así le dicen a la futbolista nacida en Salta y con fuertes raíces de estas tierras.
Ruth hederó los genes de jugadora de su madre, Liliana, quien dejó su Anta querido cuando era niña para vivir en nuestra ciudad. “A mi me gustaba jugar a la pelota de chica, lo hacía por hobby, en esa época no había fútbol femenino”, inicia su recuerdo la mamá de Chule en diálogo con El Tribuno desde Magdalena, donde residen los Bravo-Sarmiento. 

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Mezclada entre otras 23 jugadoras que sueñan con lo mismo, está Ruth. Ella es la salteña que, sin proponérselo, comenzó a marcar un antes y un después para el fútbol femenino de nuestra provincia. 
Lejos de los flashes y de los primeros planos, luchando siempre desde atrás, como esta disciplina misma de mujeres, rompiendo barreras y marcando un hecho que será recordado por siempre, emerge la figura de ella, Ruth Bravo Sarmiento, quien a partir de hoy soltará su sueño de ser campeona del mundo en Francia con la Selección argentina.
Esta es la historia superadora de la “Chule”, un apodo impuesto por su abuela. Así le dicen a la futbolista nacida en Salta y con fuertes raíces de estas tierras.
Ruth hederó los genes de jugadora de su madre, Liliana, quien dejó su Anta querido cuando era niña para vivir en nuestra ciudad. “A mi me gustaba jugar a la pelota de chica, lo hacía por hobby, en esa época no había fútbol femenino”, inicia su recuerdo la mamá de Chule en diálogo con El Tribuno desde Magdalena, donde residen los Bravo-Sarmiento. 


“Yo no quería que jugara, porque la golpeaban mucho, le decía que no lo haga”, contó Lili. Pero Ruth no hacía caso. Y desarmaba sus muñecas para jugar a la pelota, con la cabeza o la ropita del juguete. “Hacía una pelota con lo que podía”, agregó su mamá.
Si Liliana no estaba convencida de que su hija se dedicara al fútbol, menos su padre, Oscar, hoy militar retirado. Él deseaba ver a su hija en el mundo del modelaje. Pero Ruth le ganó la pulseada, “desde chiquita”, como ella misma contó en un raid por los principales medios nacionales. Y sin importarle lo que le decían: “Cuando era chica me decían marimacho, andá a jugar a las muñecas”. Ruth no les dio pelota precisamente.
Con su familia vivía en uno de los departamentos que están frente a la plaza del barrio San Remo. De la mano de su madre bajaba y corría detrás de una pelota, por lo general, con los amigos varones de su hermano Pablo. Ruth es la cuarta de cinco hijos.

La Chule, junto a sus padres y hermanos.

La actual jugadora "número 8" de la Selección dejó la provincia cuando tenía ocho años, a fines de los 90. A su papá lo trasladaron adonde hoy reside la familia. Magdalena es una pequeña localidad ubicada a 49 km de La Plata y 108 de Capital Federal. 
Ruth llevó consigo sus ganas de seguir pateando una pelota. También se destacó en otros deportes, pero para hacer lo que más amaba debió seguir otras órdenes, como la de aprender folclore, una cultura bien nuestra que también practican José, Verónica y Marcia, sus otros hermanos. 
“Su padre decía, esta tiene que ser modelo, lo decía un poco en broma. Es que Ruth es rubia y de ojos claros. Pero cuando fue creciendo la veía que le gustaba jugar a la pelota y bueno, se resignó. Hoy está pendiente de ella todo el tiempo, ahora se fija cómo juega”, dijo Liliana. 
Luego de su fiesta de 15 años, Chule aceleró su carrera en Estudiantes de La Plata. Y tres años después le llegó su primera citación en la Selección juvenil. Una grave lesión le impidió jugar el Mundial Sub-20 en Japón. Se alejó casi dos años del fútbol pero volvió, porque el amor siempre es más fuerte. Regresó a Estudiantes y más tarde pasó a Boca Juniors, donde jugó hasta el año pasado. Y mediante un representante le llegó una oferta para jugar de manera profesional en España.


“Mi hija luchó mucho para llegar a donde está, le costó mucho. Viajaba todos los dias de Magdalena a La Plata, venía tarde, se quedaba sin colectivo por quedarse a entrenar. Lucho por su sueño, y lo logró”, contó emocionada Liliana.
En Madrid, Ruth acaba de lograr el ascenso con el Deportivo Tacón. Después del Mundial decidirá dónde continuará su pasión, porque ya evalúa varias propuestas. 
Chule tiene a la mitad de su familia en Salta, en el barrio Grand Bourg, también en Pichanal y Joaquín V. González. Su profesión y los caminos de la vida le impidieron volver a las tierras de Güemes. “Pero sabe que su familia es salteña y que nuestras raíces son de ahí, yo voy seguido y Ruth seguramente también volverá algún día”, cerró Liliana.
La familia Bravo Sarmiento va a estar prendida a la TV Pública el lunes, cuando la Selección femenina debute frente a Japón, en el grupo F. Y desde Salta tendrá a muchos hinchas más, alentándola.

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