El miércoles, una violenta toma de tierras mostró nuevamente la peor cara de la crisis habitacional que existe en la provincia. En un predio ubicado en finca Las Tres Palmeras, más de 300 personas quisieron usurpar parte de las tierras pertenecientes a la comunidad originaria Lules.
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El miércoles, una violenta toma de tierras mostró nuevamente la peor cara de la crisis habitacional que existe en la provincia. En un predio ubicado en finca Las Tres Palmeras, más de 300 personas quisieron usurpar parte de las tierras pertenecientes a la comunidad originaria Lules.
Decenas de personas llegaron al lugar con machetes, palos y carpas, lo que provocó un enfrentamiento con efectivos de Infantería y personas de la comunidad originaria. Se arrojaron piedras, lo que dejó como saldo tres mujeres de las fuerzas de seguridad heridas. También algunos civiles sufrieron lesiones.
Ayer, la tensión entre las fuerzas de seguridad, los usurpadores y la comunidad de Lules persistía. Al menos 30 efectivos de la Policía estuvieron presentes durante la jornada para evitar que se produjeran nuevos incidentes. Las personas que intentaron tomar las tierras estuvieron durante varias horas al costado de la cancha de básquet del barrio Palermo.
David Torres, presidente de la comunidad Lules, manifestó a El Tribuno que ellos no tuvieron nada que ver con las agresiones que sufrieron las efectivos de la Policía. "Lamentablemente ha circulado por los medios que la comunidad se ha comportado de manera violenta y esto no es así", aclaró el representante.
Torres también pidió aclarar que el territorio de la comunidad está contemplado en la ley 26.160, que los "reconoce como poseedores ancestrales, tradicionales y públicos". El presidente de la comunidad afirmó que la Policía llegó al lugar para garantizar el orden y evitar que se usurpen sus terrenos.
"Hemos visto lamentablemente cómo han agredido a miembros de la comunidad y también al personal policial. Han resultado lastimadas algunas femeninas y otro caballero de la Policía. Lamentamos eso porque estaban cumpliendo una orden judicial", expresó Torres, quien expresó que se les pidió a los usurpadores que se retiraran de buena manera.
"Se les mostraron los papeles correspondientes (los que certifican que tienen posesión de esas tierras) para que lo hagan de buena manera. Lamentablemente no accedieron, comenzaron con la agresión y terminó en un desalojo por la fuerza", dijo.
"Hay una realidad que no se puede negar, hay personas muy humildes que no tienen donde vivir. Lamentablemente hay personas del ámbito político que se aprovechan de esta necesidad, con el objetivo de generar algún voto", expresó David Torres.
Para el referente de la comunidad de Lules, las personas que intentaron usurpar esos terrenos están siendo estafadas. Incluso comentó que les están pidiendo dinero para realizar gestiones o para hacer trámites ante el Instituto Provincial de Vivienda (IPV), solo para quitarles un "poquito" de dinero.
Vivir en esas tierras
"Nosotros tenemos actividades de manutención acá. Criamos animales, les damos pastaje y en otros lugares se siembra. En el futuro, podríamos ir haciendo también alguna ocupación; sin embargo, al ser una reserva tenemos el cuidado de estos árboles que son todos bosque nativo protegido", explicó el referente de la comunidad.
La relación de los originarios con el territorio es muy particular. Torres remarcó que cuando les entregaron "estas tierras" se las dieron con la condición de que mantengan la fauna y la flora del lugar. "Ustedes van a ver árboles que ya no se ven en la ciudad de Salta, que solamente se encuentran acá, como el churqui, el chañar, el tala, que eran árboles de recolección", agregó.
Después del entrentamiento, la comunidad denunció que los ocupas ocasionaron un daño terrible porque cortaron a machetazos más de 140 árboles autóctonos. "Ellos decían que esto es un basural, pero lamentablemente al basural lo provocan los mismos vecinos que tiran la basura de este lado", expresó el dirigente.
Al finalizar la entrevista con David Torres, se acercó María, vicepresidenta de la comunidad, para expresar su solidaridad con el personal policial que resultó herido después de los enfrenamientos del miércoles.
"Somos 140 familias las que estamos aquí y nos entristece profundamente esta situación, que hayan resultado heridas las mujeres policías. Somos madres y entendemos el dolor que deben estar sintiendo. Nos duele también que hayan sacado nuestros árboles nativos y querer tomar a la fuerza nuestras tierras", expresó la mujer.