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“Hacemos algo productivo con material destinado a la basura”

Alejandra “Pipi” Bosch, gestora cultural y poeta creadora de la única editorial del país que recicla plástico para hacer tapas de libros de poesía.  
Martes, 23 de julio de 2019 11:52

Alejandra “Pipi” Bosch es gestora cultural y poeta. Junto a Cristián Lehmann y Julián Bosch desde 2016 están al frente de Ediciones Arroyo, la única editorial del país que recicla plástico para hacer sus tapas y que reutiliza un material altamente dañino para el planeta convirtiéndolo en un bien cultural. Realizan su labor sin cobrarle a los autores de su catálogo, entre los que pronto estará el tartagalense Mario Flores.
En su paso por Buenos Aires, Bosch recibió a El Tribuno en una pizzería porteña, habló de la importancia del reciclado, su tarea en las escuelas y la futura publicación de autoras de Brasil, en formato bilingüe, entre otras cosas. 

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Alejandra “Pipi” Bosch es gestora cultural y poeta. Junto a Cristián Lehmann y Julián Bosch desde 2016 están al frente de Ediciones Arroyo, la única editorial del país que recicla plástico para hacer sus tapas y que reutiliza un material altamente dañino para el planeta convirtiéndolo en un bien cultural. Realizan su labor sin cobrarle a los autores de su catálogo, entre los que pronto estará el tartagalense Mario Flores.
En su paso por Buenos Aires, Bosch recibió a El Tribuno en una pizzería porteña, habló de la importancia del reciclado, su tarea en las escuelas y la futura publicación de autoras de Brasil, en formato bilingüe, entre otras cosas. 

¿Cómo surge el proyecto de Ediciones Arroyo, basado en la creación de libros artesanales y sustentables?

Ediciones Arroyo nace en mayo de 2016, en la comuna de Arroyo Leyes, en la provincia de Santa Fe. Yo trabajaba en los barrios del cordón oeste de la capital de la provincia, enseñando a reciclar basura domiciliaria, usando las técnicas del tejido para elaborar objetos de uso doméstico, como alfombras, canastos, costureros, camas para mascotas, en fin, tejíamos plástico, cuando por un error, surgió la idea de usar los sachets de leche para tapas de libros.
Una alumna juntó una bolsa de consorcio llena de sachets y los abrió. Entonces, en vez de tener un material para ser recortado y tejido, tuve una cantidad impresionante de hojas de plástico, rectángulos de 30 cm x 22 cm, en una bolsa. Cuando me los dio, pensando que me servirían para tejer, quedé perpleja y no dije nada. Me llevé el material a mi casa y ahí quedó. Al otro día, me levanté y les dije a mi marido y a mi hijo, que iba a fabricar tapas de libros de poesía con ese material plástico. Toda la idea de la editorial surgió por ese error de mi alumna. Esa mañana dijimos que serían dos poemas por libro, que íbamos a pedir material inédito, que serían tapas bordadas, eso se modificó, hoy son intervenidas de diferentes maneras, y que haríamos de nuestra editorial, un proyecto de trabajo familiar. 

Y avanzó la idea...

Claro. Me comuniqué esa semana, con los primeros diez poetas por medio del Messenger, y de todos recibí un sí. La propuesta fue siempre bien recibida, hasta el día de hoy, nunca tuvimos una negativa de parte de algún poeta, todo lo contrario. Hoy en día, recibo material a mi e-mail, casi todas las semanas y pedidos de poetas de todo el país que quieren que hagamos sus ejemplares de “Dos Poemas”.
Después, vino la idea de hacer un festival anual, para sellar el trabajo y transformarlo en algo más que el trabajo editorial, propiamente dicho. Decidimos que todo lo que produzca Ediciones Arroyo, sería con la intencionalidad de difundir la poesía argentina que se escribe hoy. El festival vino a sumar, la cuestión presencial y de relaciones humanas.

Son la única editorial en el país que recicla plástico para hacer sus tapas, ¿cómo se da este proceso, por qué lo llevan a cabo, desde el respeto al medio ambiente?

Aprendí a reciclar plástico, en la ciudad de San Pablo, Brasil, en los 90. Yo me había ido a vivir allá y trabajaba con unos amigos en ese rubro. Era una movida general en la ciudad, la del reciclado y yo aprendí todo allí en esos años. Después, en Espíritu Santo, a donde me mudé, conocí mucha gente que trabajaba las artesanías en cooperativas de trabajo y allí también seguí desarrollándome como recicladora. Cuando volví al país, en el 2000, ya tenía en mente trabajar en el reciclado de la basura que producimos, todos los días en nuestros domicilios y que, sacamos a la calle y nos olvidamos de que la generamos con nuestros consumos. Pude dar clases de tejido, que es mi primer oficio y reciclado de plástico, durante siete años en Santa Fe, capital. Trabajé en las escuelas, en las vecinales, con jóvenes y adultos mayores. Después, cuando la editorial salió a la cancha, me dediqué por completo a ella. Así, uní mis dos oficios, el de artesana recicladora y poeta.

Sería vital que ese reciclaje suceda en toda la Argentina ¿tienen planeado dar talleres para replicar esta técnica, avanzar en algún momento en la utilización de papel reciclado y ser 100% sustentables?

Sería sumamente importante que todos nos diéramos la posibilidad de asumir con responsabilidad la tarea de transformar el plástico que usamos a diario. No trabajamos con papel, porque el papel, no es un problema gravísimo para el planeta, como lo es el plástico. Igualmente, hace un tiempo, comenzamos a armar tapas de libros, también con las cajas de leche y papel de diarios pintados. Con Cristián Lehmann, mi compañero e ilustrador de Ediciones Arroyo, damos clases en las escuelas primarias y enseñamos a editar libros en esos talleres, usando plástico y cajas. Los niños se entusiasman muchísimo con ese trabajo de reaprovechamiento de algo que va a ir a parar a un basural, si nosotros no lo tomamos y hacemos algo productivo y de uso, con ello.

Respecto de su catálogo, ¿cómo está compuesto, con qué criterio seleccionan a los autores?

El catálogo de Ediciones Arroyo es muy federal y seguirá ese camino. Empezó con poetas santafesinos y solamente dos, Villa y Lezcano de otras provincias. Después, llegaron de Rosario (Santa Fe), Córdoba, Entre Ríos, Santiago del Estero y la provincia de Buenos Aires. Trabajo actualmente en un libro para Sofía de la Vega que es de Tucumán. También estoy por hacer un libro de Micaela Godoy que es de La Plata. Estamos muy felices también porque se sumará Mario Flores, el primer salteño de nuestro catálogo.
Además, trabajo hace un año, una nueva colección, también de dos poemas, pero de poetas brasileñas, que viven en Río de Janeiro y esos libros serán bilingües e ilustrados por Julián Bosch, el otro ilustrador de Ediciones Arroyo. La primera poeta brasileña de nuestro catálogo es Valeska Torres. Tengo en carpeta otras cinco poetas más y en la segunda mitad del año me voy a dedicar a ese proyecto de extensión, porque pensamos viajar a llevar libros a Brasil y presentar el proyecto allá.

¿Y cuáles son sus planes para el año próximo?

Para 2020, tenemos pensado publicar dos o tres poetas por cada provincia argentina y viajar por el país, llevando los libros y mostrando el proyecto integral de la editorial. Y, por supuesto, nos encantaría llegar a Salta y a otros lugares con nuestros libros.
El festival de invierno del próximo año, será con ese criterio, vamos a invitar a poetas de otras provincias, tenemos muchas ideas para la editorial y queremos ponerlas en marcha. Vale recordar, que no cobramos las publicaciones y que todos los gastos de viajes, impresiones, materiales y el armado completo del festival, en sus dos ediciones anuales, se sustenta con la venta de pan casero, que fabricamos en casa y salimos a vender diariamente. 
No abrimos convocatorias, dado que sería imposible cumplir con todos los poetas, vamos aceptando lo que nos mandan por iniciativa de los poetas y pedimos algún material que nos interesa de algún poeta en particular.
 

 

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