Una decena de familias aborígenes viven detrás de un gasoducto al norte de la ciudad de Embarcacion, entre los cerros y la ruta 34. Se asentaron ahí hace años y nunca contaron con servicios. No tienen luz ni agua. Ni siquiera cuentan con un arroyo o fuente natural de agua cerca. Juntan agua de la lluvia (cuando llueve) o van a buscar el vital elemento de la zona de KyM a más de dos kilómetros de donde habitan. Les piden agua a los vecinos que les convidan en tachos que luego acarrean con mucha dificultad.
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Una decena de familias aborígenes viven detrás de un gasoducto al norte de la ciudad de Embarcacion, entre los cerros y la ruta 34. Se asentaron ahí hace años y nunca contaron con servicios. No tienen luz ni agua. Ni siquiera cuentan con un arroyo o fuente natural de agua cerca. Juntan agua de la lluvia (cuando llueve) o van a buscar el vital elemento de la zona de KyM a más de dos kilómetros de donde habitan. Les piden agua a los vecinos que les convidan en tachos que luego acarrean con mucha dificultad.
Hace mucho tiempo que el cacique Cobos de esta comunidad que se denomina Cobos, como su cacique, pide mediante notas que la Municipalidad de Embarcación le instale al menos un tanque de donde se puedan surtir de agua los vecinos de esta comunidad, que, dicho sea de paso, tienen un montón de niños y varios ancianos.
El verano con sus altas temperaturas en el norte los está golpeando mucho más a ellos por padecer la falta de agua. Tener que caminar con carros y bidones a mendigar a otros vecinos el vital líquido, los desespera.