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Galerías de fantasía infantil en la muestra de “El revés del reino”

Se trata de los trabajos de la última publicación del Taller Azul. Se puede visitar, de 9 a 13, en el Museo Histórico del Norte.
Miércoles, 22 de enero de 2020 12:57

 

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Marita Simón
El Tribuno


Si algo caracteriza al Taller Azul es la creatividad. Y a su “inventora”, Silvia Katz, esta artista multifacética salteña que lleva 31 años en la tarea de despertar y sacar de los chicos esa fantasía única, irrepetible, extraordinaria. Los años de trabajo de su taller de arte hablan de las generaciones que pasaron por ahí, y que seguirán pasando, seguramente.
Es que el proyecto de Katz es un imán para los chicos que tienen entre 5 y 14 años, algunos un poquito más, pero también pegan fuerte en escuelas de arte del país. Como el libro de 2011 “Con su permiso pintores”, que forma parte del material bibliográfico de la carrera de Psicopedagogía de la Universidad de Lomas de Zamora. Es el peso de la mirada infantil y la voz de los chicos, no como simples receptores de la creación de los adultos, sino como protagonistas de sus propias creaciones.
Justamente bajo este concepto, Silvia Katz fue invitada a la Ciudad de México para ofrecer, este jueves, una charla taller para docentes, mediadores, ilustradores, bibliotecarios, promotores, padres, jóvenes y público interesado en conocer el proceso de su proyecto. El encuentro, denominado “Niños autores y el oficio de hacer libros”, lo desarrollará IBBY México. Esta institución civil sin fines de lucro está afiliada a International Board on Books for young people, que propicia un mejor entendimiento entre los pueblos a través de la literatura infantil, y garantizar el acercamiento de la infancia a los libros.
Hace poco menos de un mes, la artista y sus alumnos presentaron su libro número 23, “El revés del reino”, inspirado en la canción de María Elena Walsh, en la que 60 chicos dejaron su mirada de las cosas, desde un punto de vista puramente personal y libre, a través de dibujos y frases.

 

La libertad de expresión
Con un formato pequeño, casi “de bolsillo”, como se hizo el de 2012, Katz y los chicos plantean en este último libro diferentes aspectos, entre ellos cómo se ve cada uno en el “revés del reino”, un mundo de sueños donde se cumplen los deseos (por ejemplo, uno de los chicos plantea comer queso aunque es intolerante a la lactosa, y otro tiene un celular, porque aún no le está permitido).
“Comenzamos jugando, pero con la idea de ampliar ese horizonte, entendiendo que nada es perfecto, que tenemos ‘muchos mundos’ con los que convivimos y que el nuestro es solo una pequeña burbuja, pero que tenemos la posibilidad de imaginar otros”, explica a El Tribuno.
Silvia, que hizo una experiencia artístico-sensorial con adultos, afirma que aunque fue enriquecedora, “me engancho más con mi niño interior, que está muy activo y se lleva bien trabajando con chicos. En el Taller Azul concurren hasta los 14 años, edad en la que comienzan a tener otros intereses, otra búsqueda en lo artístico”.
En las tres décadas de trabajo, Katz sostiene un ritmo y metodología única en Salta, que es trabajar el dibujo y la pintura con la literatura que concluye en un libro, lo que lo hace distintivo. “Tras la crisis de 2001 fue imposible editar en los dos años siguientes, no obstante hicimos el mismo proceso de trabajo y sacamos un ejemplar único para el que hasta fabricamos el papel. Lo enmarcamos, es decir que lo único que varió fue ese resultado final”, recuerda.
Cuenta además que los diez primeros libros, pese al esfuerzo de búsqueda editorial para que se conozca el proyecto en el resto del país, no despertaba el interés de distribuidores en Buenos Aires. “Hasta que el primero de los tres diccionarios que hicimos, ‘El pequeño ilustrado, diccionario biciclopédico’, fue nota en el diario Clarín, y se dio una explosión de interés. Cuando estás en el interior es muy difícil la cuestión de la distribución, pero en 2011 la exquisita editorial infantil Calibroscopio hizo que los libros del Taller Azul lleguen a todo el país, así como algunas plataformas digitales”.
Ahora comienza un nuevo ciclo creativo. “Cuando vuelva de México seguramente ya tendré lo que vamos a plantear para este 2020 como temática para el próximo libro”, anticipa.

 


 

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