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Luego de que le negaran la práctica, una mujer logró ligarse las trompas

Una joven salteña quiso dar a conocer su caso para visibilizar lo que viven muchas chicas. Pidió a profesionales de la salud no dudar de las decisiones de las personas con capacidad de gestar.
Jueves, 23 de enero de 2020 02:03

Luego de que en septiembre de 2018 en el hospital San Bernardo le negaran el acceso a la ligadura de trompas de Falopio, María (27) -nombre ficticio- logró acceder a esta práctica la semana pasada en una clínica privada.

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Luego de que en septiembre de 2018 en el hospital San Bernardo le negaran el acceso a la ligadura de trompas de Falopio, María (27) -nombre ficticio- logró acceder a esta práctica la semana pasada en una clínica privada.

Mientras se recupera de la operación, la joven quiso contar su historia para visibilizar los obstáculos que existen en el acceso a esta intervención y pidió a los profesionales de la salud no dudar de las decisiones de las mujeres en cuanto a su salud sexual y -no- reproductiva.

"Yo siempre supe que no quería tener hijos", contó María, quien hace dos años, en cuanto tuvo obra social, le dijo a su ginecólogo que le ligara las trompas. "A él mucho no le cerraba. Me preguntó si estaba segura", recordó. Cuando el médico accedió a hacerle la práctica, le dijo que le cobraría por aparte. Como ella no tenía ese dinero, el profesional le ofreció operarla en el hospital público, donde trabaja.

Según la Ley nacional 26.130, de 2006, que garantiza el acceso a las intervenciones de contracepción quirúrgica, las obras sociales y las prepagas tienen que cubrir todos los gastos de la operación.

Con la fecha de la cirugía fijada para la semana siguiente, María fue al San Bernardo a llevar los estudios prequirúrgicos. Allí la entrevistaron cinco médicos, quienes tras una escena patética le cancelaron el turno para la cirugía.

Uno de ellos le dijo que era muy joven, otra expresó sus opiniones personales, otra señaló que faltaba una valoración psicológica. "Ponían en duda mi decisión", recordó.

La Ley 26.130 establece, como requisitos para la práctica, ser mayor de edad -mayor de 16 años, tras la reforma del Código Civil- y firmar el consentimiento informado.

Al darse cuenta de que habían vulnerado sus derechos, María hizo un reclamo administrativo en el hospital. El gerente de atención a las personas le dijo que no le responderían por el supuesto maltrato recibido.

La mujer llamó al 0800-222-3444, de Salud Sexual y Procreación Responsable, para reclamar. Le pidieron sus datos, articularon con el Ministerio de Salud Pública y al día siguiente la llamaron de la cartera provincial para avisarle que le conseguirían un turno en el hospital.

Mientras tanto, ella fue al Polo de las Mujeres (República de Siria 611), donde hizo la denuncia judicial.

Cuando fue al hospital a buscar los papeles para adjuntar a la acusación le dijeron que le harían la intervención dentro de dos días: "Les dije que no. Tenía un viaje planeado y me daba miedo operarme ahí con esas personas, por toda la situación que había vivido antes".

En octubre de 2018 un fallo requirió al entonces gerente del hospital que garantizara la práctica y que capacitara a su personal en materia de violencia de género.

A través de una amiga, María se contactó con un médico particular, con el que otras personas habían logrado operarse.

El profesional le dijo que para que la obra social autorizara la práctica tendría que inventar un diagnóstico. "Si pongo que te querés ligar las trompas por que sí no nos van a autorizar nunca la operación", recordó que le dijo.

La semana pasada se concretó la cirugía que tanto esperaba. La intervención fue ambulatoria, y seis horas después de haber ingresado al sanatorio se fue a su casa. "Tanto lío, por algo tan sencillo", expresó.

Para María es importante visibilizar su caso: "Yo sabía de la ley, fui y me pasaron por encima. Me quedé muda y la pasé mal", recordó.

"La gente que recurre a la Salud Pública, por lo general, es de bajos recursos, no tiene una educación básica y no conoce sus derechos", analizó.

La joven señaló que, cuando las mujeres acuden a pedir la ligadura de trompas siempre les preguntan cuántos hijos y cuántos años tienen. Pidió que no se las juzgue y que no se pongan en duda sus decisiones.

María, que participa en foros digitales sobre estos temas, reveló que para los varones es mucho más fácil: "Los hombres van, dicen que se quieren hacer la vasectomía y les ponen la fecha de inmediato. No les preguntan si quieren ser padres, si están seguros...".

Aseguró que esto se debe a que la sociedad es "superpatriarcal": "Acá es terrible... Cuando fui a hacerme los análisis (prequirúrgicos), me preguntaban por qué lo hacía. Cuando explicaba que me quería ligar las trompas, me decían: "Tan chica, sin hijos...'". Después de la operación, una enfermera opinó: "Hubieras probado con unito (sic)".

María valoró el apoyo que tuvo de su mamá en todo momento y lamentó que muchos de sus familiares estuvieran ofendidos por su decisión. "A mi papá le costó un montón... Mis abuelos y mi familia paterna están reenojados. Mi abuela está ofendidísima y, después de que me operé, no me llamó. Cuando los vi, todos miraron para otro lado. Les duele porque son conservadores y religiosos", señaló.

"Siempre lo tuvo claro"

Ana -nombre ficticio-, la mamá de María, aseguró que, cuando su hija era niña nunca jugó a ser mamá: "Ella era maestra, doctora, directora, secretaria, oficinista... Ella siempre lo tuvo claro".

La mujer lamentó que sea difícil conseguir turnos en el San Bernardo a través del 0-800-4444-111 para prácticas relacionadas con la salud sexual, como la colocación de un dispositivo intrauterino (DIU).

"Dicen que no hay turnos, que no está el ginecólogo, que el jefe de Ginecología no autorizó una interconsulta porque están ocupados... Tenés que conocer a alguien para acceder a un turno", manifestó.

Ana advirtió que es muy importante que las mujeres que no desean ser madres, sobre todo aquellas que atraviesan situaciones de vulnerabilidad, accedan a las prácticas que le garantizan no quedar embarazadas: "Estamos trayendo hijos que no queremos, las infancias son tristes y este mundo es cada día más terrible".

Ana consideró que el Observatorio de Violencia contra las Mujeres tendría que contabilizar a las personas que se ligan las trompas para darles visibilidad a las que eligen no gestar.

Un caso de violencia

Desde el Observatorio de Violencia contra las Mujeres (OVcM) orientaron a María por la violencia contra la libertad sexual y reproductiva de la que fue víctima y mencionaron su caso en el informe anual de 2018.
La abogada Tania Kiriaco, quien entonces era directora del OVcM, informó que este caso fue el primero que recibieron porque se le negara la práctica a una persona, aunque aseguró que hay varias situaciones como esta.
Kiriaco explicó que los médicos ejercen violencia de género al obstaculizar el acceso a la práctica. Que no tienen hijos, que son jóvenes, que se van a arrepentir más adelante o que lo piensen mejor son algunas de las excusas.
Lamentó que mujeres tengan que recurrir a la Justicia, “cuando ese es un derecho que tienen por ley”.    
 

 

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