El proyecto del club Jobi (Jóvenes Buscando una Identidad) está cada vez más cerca de ser una realidad. Hace 10 años, un grupo de vecinas encontró en el hockey una forma de contener a niños, niñas y adolescentes. Ahora, esperan que el Gobierno provincial les ceda un terreno en las inmediaciones del vertedero San Javier.
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El proyecto del club Jobi (Jóvenes Buscando una Identidad) está cada vez más cerca de ser una realidad. Hace 10 años, un grupo de vecinas encontró en el hockey una forma de contener a niños, niñas y adolescentes. Ahora, esperan que el Gobierno provincial les ceda un terreno en las inmediaciones del vertedero San Javier.
El plan de las coordinadoras y voluntarias es recuperar este espacio, que hace las veces de aguantadero, para que se convierta en una cancha profesional, con todas las instalaciones que tienen los clubes.
Funcionarios de la gestión anterior de la Secretaría de Deportes de la Provincia les sugirieron tramitar la cesión del predio en comodato. Hace dos años, comenzaron los trámites con el entonces coordinador de Regularización Dominial y Bienes, del Ministerio de Infraestructura, Tierra y Vivienda de la Provincia, Fernando Martinis.
En ese momento, por falta de capacidad operativa, no lo lograron. Ahora, tras una alianza con la asociación civil Sembrando Esperanzas, están listas para conseguirlo.
Desde Jobi ya solicitaron la cesión al Gobierno provincial y esperan que las nuevas autoridades las convoquen para reunirse y avanzar con las gestiones necesarias. Para contactarse con ellas: en Facebook, GrupoJBI; por teléfono, 3874474867 (Romina Cabrera).
El terreno en el que quieren levantar el club está cerca de unas canchas de fútbol que también fueron cedidas en comodato, en una zona que no es apta para la construcción de viviendas, por la cercanía al vertedero. "El pedazo que solicitamos es una cancha polideportiva, a la que le queremos agregar un quincho, baño, vestuario y todo lo que tiene un club", explicaron.
Aseguraron que se trata de una zona muy conflictiva, en la que hay homicidios, suicidios y violaciones y que está en estado deplorable ya que lamentablemente mucha gente tira la basura ahí: "La idea es reconvertir ese espacio en un lugar lindo, de deporte, de familia".
El terreno está en el límite de los barrios Solidaridad, Gauchito Gil, asentamiento Virgen de Urkupiña y barrio Justicia, en la zona sudeste.
La semana pasada, se preocuparon porque vieron gente que va los fines de semana a rellenar el predio y no saben quiénes son. "Tenemos un informe preliminar del área legal de Tierras, que dice que es de la Provincia y que estaría en condiciones de ser entregado", manifestaron.
"Ya es tiempo"
En 2019, unas 50 chicas, de entre 5 y 25 años de edad, asistieron a los entrenamientos. Lo hicieron en un espacio público que está frente a la comisaría del barrio Solidaridad, que no tiene las dimensiones adecuadas para jugar al hockey y que deben compartir con otros grupos.
Romina Cabrera, coordinadora de Jobi, manifestó que necesitan un lugar para entrenar, para guardar sus cosas, para que las chicas disfruten y lo sientan propio: "Creo que ya es tiempo".
Ellas van a trabajar duro para lograr un espacio para el club: "Queremos que nos den en comodato ese lugar y aprovecharlo al máximo. Es una buena posibilidad para usarlo bien y que se aproveche y ¿quién mejor que nosotras? Cada año que pasa, logramos más de lo que esperábamos con el esfuerzo de todos, sobre todo para las niñas del barrio".
Desde Jobi agradecieron el apoyo institucional que tuvieron desde el comienzo de la Secretaría de Deportes de la Provincia, de periodistas del medio y de iniciativas privadas.
Un camino de esfuerzos y logros obtenidos
Las niñas que jugaban hace 10 años ahora son entrenadoras.
En 2009, Iris Barcath y Romina Cabrera quisieron formar un grupo de contención para resolver, en la medida de sus posibilidades, problemas como el suicidio y el embarazo adolescente, que afectaban a los jóvenes de barrio Solidaridad. Querían ofrecerles un espacio para desahogarse y hacer otras actividades, además de la escuela.
En ese momento, una persona de la comisión directiva de la asociación civil Sembrando Esperanzas les presentó a Florencia Todres, entrenadora de hockey, con la que empezaron a organizar los entrenamientos, junto a su colega Gerardo Rodríguez.
Durante los últimos años, el grupo se fue consolidando: ya tienen camisetas, escudo, cantos y hasta hinchada. Las niñas que iban a los entrenamientos al comienzo del proyecto, se convirtieron en entrenadoras.
A fines del año pasado, las chicas viajaron a Cafayate, gracias a una empresa de turismo. Luego de trabajar en una feria navideña, lograron comprar, después de 10 años, el equipo de arquera.
Un paso fundamental
Florencia Todres, entrenadora y voluntaria, explicó que, para seguir creciendo, necesitan el predio y mejorar su aspecto. “Como lo nuestro es la contención social, lo que nos importa es transformar el concepto que hay sobre ese espacio físico, que es bastante terrible. Tenemos una propuesta, un plan, una idea de lo que queremos hacer y dinero ahorrado para eso también”, aseguró.
“La idea es hacer un lindo predio deportivo. Lo óptimo sería tener una supercancha de hockey, como todos los clubes. Si bien en 10 años nos gustaría competir con todas las líneas, sabemos que lo nuestro es la contención social a través del deporte”, advirtió.
Todres explicó que el tener una cancha les va a permitir trabajar con los chicos que tienen muchas condiciones para el hockey. En la actualidad, los incentivan para que consigan becas y sigan jugando en otros clubes.