Uno de los sectores más castigados por la pandemia en Orán es el gastronómico, que hace siete meses tiene las hornallas apagadas, los manteles doblados y las sillas sobre la mesa. El coronavirus vino a traer más miseria, muchas tragedias, a dejar puertas cerradas, familias rotas, a desnudar la verdad de históricas falencias que ahora resultan letales. Pero también, el coronavirus, como toda crisis, puso a prueba la resiliencia de un pueblo que aún arrodillado por sus penas y sus muertes es capaz de tender la mano y acariciar. Prueba de ello es la invaluable iniciativa de dos jóvenes empresarios gastronómicos, que convocaron a la solidaridad de los oranenses y con todos los aportes generosos recibidos, pudieron programar 14 días de cenas para 50 personas que trabajan en la guardia de noche del hospital San Vicente de Paul.
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Uno de los sectores más castigados por la pandemia en Orán es el gastronómico, que hace siete meses tiene las hornallas apagadas, los manteles doblados y las sillas sobre la mesa. El coronavirus vino a traer más miseria, muchas tragedias, a dejar puertas cerradas, familias rotas, a desnudar la verdad de históricas falencias que ahora resultan letales. Pero también, el coronavirus, como toda crisis, puso a prueba la resiliencia de un pueblo que aún arrodillado por sus penas y sus muertes es capaz de tender la mano y acariciar. Prueba de ello es la invaluable iniciativa de dos jóvenes empresarios gastronómicos, que convocaron a la solidaridad de los oranenses y con todos los aportes generosos recibidos, pudieron programar 14 días de cenas para 50 personas que trabajan en la guardia de noche del hospital San Vicente de Paul.
En Facebook se pudo leer: "Desde el Programa de Nutrición del hospital San Vicente de Paúl queremos agradecer a Joaquín Martínez, de "Restaurante Cambalache", y a Emanuel Luna, de "Restaurante Herencia", y a través de ellos a todos los que colaboraron y lo seguirán haciendo en este hermoso gesto de donar la cena durante 14 días para el personal de Salud de guardia de nuestro hospital".
Anoche, cuando Joaquín y Emanuel volvían de dejar las viandas de calabaza rellena gratinada con bebida, pan y postre, El Tribuno conversó con ellos: "Esta idea surge porque hablé con la pediatra de mi hijo y le pregunté qué necesitaba el personal de salud y que si servia que hagamos por ellos lo único que sabemos hacer, que es cocinar algo rico. Pensé que para comer algo es el único momento en el que el personal de salud se saca la máscara. La doctora Campos se emocionó mucho con la propuesta y me dijo que eso sería un mimo al alma. Me puso en contacto con la nutricionista del hospital, y cuando me confirma el hospital que aceptaba la donación, hablé con Joaquín, él se prendió enseguida con la idea, nos contactamos con mucha gente que conocemos en Orán, medios de comunicación, productores, comerciantes y se armó una cadena espectacular de amor y solidaridad. Empezaron a llegar donaciones de verduras, alimentos y el grupo Amigas Solidarias juntó dinero para comprar la carne", contó Emanuel Luna.
Agregó: "Me emocionó mucho todo esto que surgió de la crisis. Una señora jubilada me llamó a buscar una caja de pollo que compraron entre los vecinos del barrio Güemes. Y así un montón. Todos se sumaron. El compromiso es de dos semanas por la noche. Nosotros esperamos que alguien tome la posta de esta iniciativa y puedan seguir brindando este mimo en la cena y el mediodía también a quienes dan todo por los demás".
Aclaró: "Nosotros solo pusimos la iniciativa y el capital humano; pero es la gente de Orán la que logró que esto sea posible con su generosidad. Cocinarle al personal de Salud calmó un poco la amargura que tenemos hace siete meses por no poder trabajar. Somos un rubro muy estigmatizado".
Luna comentó: "Hoy (por ayer) se habilitaron otros rubros en Orán, menos la gastronomía y los gimnasios. Eso nos perjudica mucho, porque le metieron a la gente en la cabeza que salir a comer es contagioso. Estamos muy mal".
Sobre cómo se organizaron con Joaquín, relató: "Nos dividimos para cocinar una semana en cada restaurante. Esta semana es en el restaurante de Joaquín, Cambalache, y cocina su esposa, Soledad López, que es una genia. Quieren en el hospital que les enseñe a cocinar las berenjenas".
Acotó: "La semana próxima me toca a mí en mi restaurante y mi menú es más regional. Las cocineras de Herencia son Raquel, Gisel y Pato y son muy solidarias, no ven las horas de cocinar para el hospital, como dicen ellas. Vamos a tratar de cerrar el ciclo con un un buen asado porque mi especialidad es la parrilla". Y finalizó: "Los invito a los colegas gastronómicos a tomar la posta de esta idea, con la colaboración infinita de los vecinos de Orán".