El tenista estadounidense Sam Querrey y su familia quedaron ayer en el centro de la escena, e incluso podría recibir una sanción de la ATP luego que decidió fugarse en un avión privado de Rusia, cuando debía cumplir una cuarentena de 14 días tras haber dado positivo de coronavirus antes de participar en el torneo de San Petersburgo.
El propio ATP 500 de San Petersburgo, en un comunicado oficial, explicó la situación que ocurrió durante la madrugada del miércoles.
“De acuerdo con la normativa de la ATP y el protocolo sanitario del torneo, todos los jugadores que llegan están obligados a pasar la prueba COVID-19, y solo si reciben un resultado negativo pueden acudir al estadio, acreditarse, comenzar a prepararse para el torneo y participar en él. El reglamento de la ATP exige realizar la prueba cada 4 días de estadía en el torneo, a partir del día de llegada. El día de llegada, 7 de octubre, Sam Querrey y su esposa pasaron la prueba, los resultados fueron negativos. La prueba del 11 de octubre de Sam Querrey y su familia dio un resultado positivo, que fue confirmado por una nueva prueba inmediata el mismo día”, explicó el comunicado del certamen.
“De acuerdo con el protocolo ATP y las reglas de Rospotrebnadzor, la principal autoridad rusa que supervisa los eventos públicos, incluidos los deportivos, Sam Querrey fue retirado del torneo y aislado en una habitación de hotel Four Seasons”, agregó.
“Rospotrebnadzor recomendó que el comité organizador del torneo, además de aislar al jugador hiciera un informe médico sobre la salud de Sam Querrey y sus familiares. El torneo organizó la visita de un médico y un pediatra de una clínica privada Sogaz, quienes intentaron dos veces examinar a Querrey, pero fracasaron debido a que el atleta no abrió la puerta de su habitación, ni el 12 de octubre, refiriéndose a que el niño estaba durmiendo, ni el 13 de octubre, a pesar del acuerdo preliminar. El diálogo entre el tour manager y el deportista no condujo a ningún resultado. Por recomendación del Rospotrebnadzor y en caso de confirmación del curso asintomático de la enfermedad se suponía que debía transportar a Querrey desde el hotel al autoaislamiento privado para que la familia no sintiera inconvenientes y no represente amenaza de infección. La organización del torneo ha preparado apartamentos de primera clase para este propósito”, completó.
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El tenista estadounidense Sam Querrey y su familia quedaron ayer en el centro de la escena, e incluso podría recibir una sanción de la ATP luego que decidió fugarse en un avión privado de Rusia, cuando debía cumplir una cuarentena de 14 días tras haber dado positivo de coronavirus antes de participar en el torneo de San Petersburgo.
El propio ATP 500 de San Petersburgo, en un comunicado oficial, explicó la situación que ocurrió durante la madrugada del miércoles.
“De acuerdo con la normativa de la ATP y el protocolo sanitario del torneo, todos los jugadores que llegan están obligados a pasar la prueba COVID-19, y solo si reciben un resultado negativo pueden acudir al estadio, acreditarse, comenzar a prepararse para el torneo y participar en él. El reglamento de la ATP exige realizar la prueba cada 4 días de estadía en el torneo, a partir del día de llegada. El día de llegada, 7 de octubre, Sam Querrey y su esposa pasaron la prueba, los resultados fueron negativos. La prueba del 11 de octubre de Sam Querrey y su familia dio un resultado positivo, que fue confirmado por una nueva prueba inmediata el mismo día”, explicó el comunicado del certamen.
“De acuerdo con el protocolo ATP y las reglas de Rospotrebnadzor, la principal autoridad rusa que supervisa los eventos públicos, incluidos los deportivos, Sam Querrey fue retirado del torneo y aislado en una habitación de hotel Four Seasons”, agregó.
“Rospotrebnadzor recomendó que el comité organizador del torneo, además de aislar al jugador hiciera un informe médico sobre la salud de Sam Querrey y sus familiares. El torneo organizó la visita de un médico y un pediatra de una clínica privada Sogaz, quienes intentaron dos veces examinar a Querrey, pero fracasaron debido a que el atleta no abrió la puerta de su habitación, ni el 12 de octubre, refiriéndose a que el niño estaba durmiendo, ni el 13 de octubre, a pesar del acuerdo preliminar. El diálogo entre el tour manager y el deportista no condujo a ningún resultado. Por recomendación del Rospotrebnadzor y en caso de confirmación del curso asintomático de la enfermedad se suponía que debía transportar a Querrey desde el hotel al autoaislamiento privado para que la familia no sintiera inconvenientes y no represente amenaza de infección. La organización del torneo ha preparado apartamentos de primera clase para este propósito”, completó.