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Sin plan económico y un dólar que vuela

Viernes, 16 de octubre de 2020 02:39

Quiero referirme a las recientes medidas anunciadas por el ministro de Economía de la Nación, la mayoría busca un estimulo para que los exportadores - especialmente los productores agropecuarios- aceleren sus liquidaciones y lograr que entren dólares al país que tanta falta nos hacen.

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Quiero referirme a las recientes medidas anunciadas por el ministro de Economía de la Nación, la mayoría busca un estimulo para que los exportadores - especialmente los productores agropecuarios- aceleren sus liquidaciones y lograr que entren dólares al país que tanta falta nos hacen.

Cumplir con este objetivo será muy difícil en un esquema de recesión, desconfianza y cepo cambiario; es más, podríamos decir que al día siguiente del anuncio, el dólar en sus distintas formas seguía subiendo y el Banco Central vendió US$150 millones provocando una disminución de las pocas reservas que nos quedan, una reacción poco saludable para una economía tan frágil como la nuestra.

La baja de tres puntos en las retenciones a las exportaciones especialmente de la soja para apurar el ingreso de divisas no fue el incentivo para este fin, ya que las agremiaciones agrícolas aclararon que no existía retención abusiva de stocks y que las liquidaciones están dentro del promedio histórico que realizan los productores.

Recordemos que el negocio de los agricultores rota una vez al año y que debe disponer del producido de la cosecha durante los 12 meses del año, razón por la cual la va particionando y forma parte de su plan de negocio

Pero estos anuncios han dejado varios resultados y el más importante está relacionado con la cotización del dólar en sus distintas versiones; por un lado podemos afirmar que las devaluaciones del tipo de cambio no van a ser en base a una tablita como las que teníamos hasta ahora, sino que serán con un criterio más subjetivo pensando en darle competitividad a nuestras exportaciones y achicar la brecha de las diferentes cotizaciones

Esto requiere un grado de análisis, pensando que cada aumento del valor de la divisa tendrá efecto inflacionario, razón más que válida para ser prudentes; pero para mantener un dólar competitivo las autoridades de Economía y del Banco Central coinciden en que son necesarias estas minidevaluaciones acompañadas con el cepo a la compra de dólares, el aumento de la tasa de interés para reducir el circulante de nuestra moneda y los depósitos en pesos atados a su cotización, para evitar que los inversores sigan comprando esta divisa.

Ante estas disposiciones podemos opinar que estas medidas sirven para el corto plazo, ya que en ningún momento se analizó cómo aumentar los ingresos para disminuir el déficit fiscal; es decir, que se seguirá gastando más de lo que se recauda y esa diferencia será financiada con emisión monetaria y títulos de deuda pública con las consecuencias que ya todos conocemos, mayor inflación.

Seguimos sin encontrar un camino; quizá el Gobierno estará esperando el arreglo con el FMI que, como lo anunciaron, mantendrá una relación amistosa con nuestro país para elaborar un plan de gobierno, pero por ahora solo conocemos medidas en el corto plazo buscando nichos para aumentar las reservas que, con la experiencia y las variables macroeconómicas que tenemos, se pronostica un probable fracaso de las mismas que no dan certidumbre ni confianza a la economía, con riesgo de una inminente devaluación del tipo de cambio nominal, es decir del dólar oficial.

Brecha y manotazos

La brecha cambiaria es la diferencia en la cotización del dólar oficial y el dólar blue u otros tipos de dólar como el contado con liqui.

Vemos cuál es la situación financiera de nuestro país: el Banco Central cada vez tiene menos reservas, generando mayor incertidumbre sobre la marcha de la economía, y a esta realidad le sumamos que el dólar blue trepó a $171. La cuenta es muy fácil: más pesos y menos dólares; esto significa que con la gran cantidad de pesos en circulación, si le agregamos la gran emisión monetaria para pagar el exceso de gastos y los montos de intereses que tenemos que pagar por la colocación de títulos públicos, más el cepo a la compra de divisas, la ecuación es clara, pronosticando: aumento del precio del dólar blue, ya que actualmente no tiene techo.

Ante este escenario de pérdida de reservas, aumento del precio del dólar con una mayor brecha en la cotización del dólar oficial y otras cotizaciones como el blue y con las medidas implementadas por el Gobierno para revertir esta situación, parecería que tratan de ganar tiempo con el agravante de que al peso en este escenario no lo quiere nadie y sin conocerse un plan de estabilización y crecimiento, nos preguntamos ¿cuándo podría haber una fuerte devaluación? ¿A cuánto llegará?

Con las restricciones a la compra de divisa, con una inflación reprimida con los sistemas de control de precios máximos de alimentos, de tarifas de alquileres y con un nivel de actividad estable sin crecimiento, se puede salir del paso, pero no es sustentable este modelo en el mediano plazo y que una devaluación es inminente

Para sostener el tipo de cambio y seguir con devaluaciones parciales por ahora la receta es ajustar más el cepo cambiario; aunque de hecho con la gran cantidad de normativas vigentes ya se cumplió, con el peligro de que si aumentan especialmente para los importadores se corre el riesgo de que las mercaderías importadas se vendan al precio del dólar paralelo, obviamente significa aumentar la inflación cambiaria que se debe evitar.

Hoy el valor blue de la divisa esta en valores más altos que los necesarios para tener un tipo de cambio real competitivo, pero la falta de confianza y la incertidumbre por la falta de un programa macroeconómico que normalice las variables monetarias y fiscales. La volatilidad del dólar es consecuencia de la falta de confianza y de plan económico; hay riesgo inminente de devaluación -por la gran cantidad de dinero en circulación y las próximas emisiones para pagar el exceso de gastos y de intereses- y con anuncios que solo sirven para ganar tiempo ya que las reformas estructurales para reacomodar la economía e iniciar un proceso de reactivación y crecimiento todavía no las conocemos -y esperamos que se realicen pronto-.

 

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