Con muchos síntomas, pocos o ninguno se puede transitar la infección por SARS-CoV-2.
inicia sesión o regístrate.
Con muchos síntomas, pocos o ninguno se puede transitar la infección por SARS-CoV-2.
El juez de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial, Sala I, Gonzalo Mariño, relató su experiencia luego de recuperarse de la COVID-19 y retomar sus tareas en Ciudad Judicial.
"El efecto del virus es muy diferente de acuerdo con la persona. Uno no es parámetro", señaló el magistrado, al comparar lo que vivió él con la situación que atravesó un familiar cercano.
Mariño no sabe cómo se infectó, pero supone que no fue en Tribunales.
Un sábado, a fines de agosto, un día después de que hubiera comenzado la feria extraordinaria debido al aumento de casos en la ciudad de Salta, comenzó a tener algún malestar.
Al día siguiente, ya se sentía muy mal, con un dolor generalizado en el cuerpo que lo obligó a recostarse luego del mediodía.
Consultó a un médico, quien consideró que podría ser gripe, y siguió con su apoyo telefónico y el de la obra social desde el lunes hasta el jueves. El dolor del cuerpo era intenso y permanente. Hasta entonces no tenía otro síntoma.
Como podía tratarse de una gripe y él tiene más de 60 años, por lo que es considerado como un paciente de riesgo frente a la COVID-19, el viernes le hicieron un hisopado nasofaríngeo, que por la noche arrojó el resultado de detectable para SARS-CoV-2.
Ese día ya no sentía malestar en el cuerpo, aunque a partir de entonces y por unos 10 días sufrió una agitación rápida, que no había experimentado antes.
Luego de esto y durante unos cinco días más, tuvo una sensación de desgano total. A partir de entonces, se sintió "perfecto", según dijo. El 17 de septiembre, casi 20 días después del primer síntoma, le dieron el alta.
Mariño contó que un familiar cercano tuvo el mismo dolor intenso que sintió él en el cuerpo durante cinco o seis días, pero, cuando ya se sentía bien, hizo fiebre alta. Mediante diagnóstico por imágenes, se le detectó una neumonía bilateral y tuvo que internarse por cinco días en una clínica, hasta que pudo volver a su casa.
"Es una cosa muy extraña este virus", observó el juez y consideró que cada cuerpo reacciona diferente ante la infección.
Si bien ya se recuperó de la COVID-19 y los próximos días se hará el test para saber si tiene anticuerpos, Mariño señaló que el protocolo de bioseguridad en el trabajo sigue siendo igual que antes, con uso de barbijo y alcohol para lavarse las manos: "Es como si no hubiese estado infectado".
Mejor, en el despacho
Mariño está exceptuado de trabajar de manera presencial debido a la edad, pero durante casi todo el tiempo que va de la pandemia estuvo en su despacho, donde se siente más cómodo porque tiene los elementos para laborar a mano.
Cuando se decretó el primer aislamiento en Ciudad Judicial, a mediados de marzo, el juez se llevó expedientes para avanzar desde su casa, pero en un momento se le terminaron y tuvo que ir a buscar más. Unas semanas después, decidió quedarse a trabajar en la oficina.
Mariño aseguró que el Poder Judicial no cerró nunca y que los magistrados podían ir, aunque estaban dadas todas las condiciones para trabajar en remoto. "Estoy exceptuado por la edad, pero decidí estar acá porque uno se da cuenta de que las partes necesitan una respuesta efectiva", evaluó.
"En la medida en que uno se siente bien, debe tratar de poner todo el empeño para que esto salga adelante. El virus vino para quedarse, no para irse, y es nuestra obligación hacerlo", agregó.
Mariño aseguró que sabe las dificultades que atraviesan muchos abogados debido a las restricciones que impone la pandemia: "Estoy en la Justicia desde hace más de un año y medio y conozco las situaciones que pasa un colega porque ejercí la profesión hasta hace poco tiempo".
.
.