Somos naturaleza. Sobre la base de esta premisa pueden pensarse la arquitectura y las ciudades desde un nuevo paradigma. Con una mirada holística, integradora. Con la humildad que requiere saberse parte de un sistema mayor, que nos sostiene y hace posible la vida. Una ciudad viva, donde habitar, es eso. Si logramos volver a reconocernos como sujetos naturales ya no estaremos fuera. ¿Acaso no atravesamos los mismos procesos que el resto de los seres vivos y somos parte de un ciclo ecológico que sigue en movimiento?
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Somos naturaleza. Sobre la base de esta premisa pueden pensarse la arquitectura y las ciudades desde un nuevo paradigma. Con una mirada holística, integradora. Con la humildad que requiere saberse parte de un sistema mayor, que nos sostiene y hace posible la vida. Una ciudad viva, donde habitar, es eso. Si logramos volver a reconocernos como sujetos naturales ya no estaremos fuera. ¿Acaso no atravesamos los mismos procesos que el resto de los seres vivos y somos parte de un ciclo ecológico que sigue en movimiento?
En su búsqueda constante de dar sentido a la arquitectura y el diseño, Mónica Cohen encontró la biomímesis (bio = vida; mímesis = imitación), una disciplina que invita a repensarnos y a sentirnos como parte de la naturaleza, a reconocer la sabiduría en su modus vivendi, para replicarla.
Pionera en nuestro país, esta arquitecta comparte sus saberes y reflexiones en su libro “Insperience. La naturaleza del diseño”, publicado por DDW Publishing. Va un atisbo de lo que es la biomímesis y la búsqueda de la autora de crear diseños sustentables, diseños humanos que actúen como la naturaleza.
Esta disciplina se sostiene sobre la base de tres elementos esenciales o pilares:
* Reconexión. Implica conectarse nuevamente con el mundo natural a través de los sentidos, investigar nuestros vínculos con él, recuperar nuestro vínculo emocional.
* Ethos. Palabra griega que significa “comportamiento” y de la que deriva la palabra “ética”. Es una conexión intelectual con el mundo natural. “Un diseño ético será un diseño responsable, adecuado a las condiciones en las que está inmerso”, define Mónica.
* Emulación. Es encontrar el patrón de diseño de la naturaleza, su principio, sus características y estrategias para aplicarlas al diseño humano.
Estamos transitando una crisis en muchos sentidos, y la relación del hombre con la naturaleza (su uso y abuso) es una faceta más. Pero crisis también es oportunidad.
La biomímesis también propone un método para trabajar interdisciplinariamente junto con un biólogo. Es una filosofía práctica con cuatro fases. La primera es investigar, es decir, recolectar la información y analizarla. La segunda es descubrir el momento de salir a la naturaleza y detectar estrategias que podremos aplicar en soluciones futuras. La tercera es crear, y se trata ya de encontrar las soluciones innovadoras, basadas en los pasos anteriores, a través de un brainstorming interdisciplinario, para luego traducir el lenguaje biológico al lenguaje del diseño. Por último, evaluar, que implica chequear información, metas, parámetros para asegurarse la correcta implementación.
Vida para la vida
Es una invitación ética a crear con respeto hacia la naturaleza. Mirarla desde los procesos y las funciones, tomarlas como lecciones de diseño, herramientas inspiradoras y principios de vida. Esta forma de diseñar intenta cuidar los recursos naturales y distribuirlos, no extraerlos. El objetivo es buscar esa vida que crea condiciones propicias para la vida. Así, la ciudad podrá convertirse en un ecosistema, basado en proyectos regenerativos y desde una mirada que integra otras disciplinas.
La propuesta es un cambio cultural y la biomímesis podría ser un método. Pero también se suman los conceptos de biofilia (la conexión emocional del hombre con la naturaleza), del “wellbeing” en edificios ecológicos; todos conceptos que llevan a la misma necesidad de reconexión con el mundo natural.
"Que es ni más ni menos que tener una experiencia en la naturaleza pero replicándola en interiores y exteriores urbanos. Incorporar naturaleza en hogares y lugares de trabajo, sumar huertas comunitarias, plantas que atraen mariposas y aves, flora nativa”, dice. Tenemos la oportunidad de revertir o empeorar la situación. El primer paso, propone Mónica, es que queramos convertirnos en una sociedad que desee caber en el planeta y habitarlo.