La falta de acceso al agua potable en las comunidades del norte provincial es uno de los problemas que quedaron expuestos con la muerte de niños que llevó al Gobierno de la Provincia a declarar una emergencia social y sanitaria. Distintos sectores alertaron que quizás sea este uno de los puntos más difíciles de afrontar. Cavar pozos o generar sistemas para juntar lo que cae en cada lluvia están entre las salidas que se vienen evaluando.
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La falta de acceso al agua potable en las comunidades del norte provincial es uno de los problemas que quedaron expuestos con la muerte de niños que llevó al Gobierno de la Provincia a declarar una emergencia social y sanitaria. Distintos sectores alertaron que quizás sea este uno de los puntos más difíciles de afrontar. Cavar pozos o generar sistemas para juntar lo que cae en cada lluvia están entre las salidas que se vienen evaluando.
Raúl Antonio Martínez, ingeniero que trabajó más de 40 años en temas relacionados con el agua, señaló que es más probable encontrar una solución de largo plazo con estrategias para almacenar que en las napas.
"Estoy viendo en distintos medios la problemática generada por la desnutrición de estas comunidades, que se ve agudizada por la falta de fuentes de abastecimiento que puedan proveerles agua potable segura. Veo que, con mucho voluntarismo, piensan que esto se resuelve con pozos, o sea con agua subterránea", indicó Martínez.
Relató que hace ya muchos años, primero AGAS y luego La Dirección de Obras Sanitaria, exploraron esta alternativa, pero en casi todos los casos con resultados negativos por el alto contenido de sales de esos acuíferos.
"Se usaron molinos de viento, bombas a mano, electrobombas con grupos electrógenos y también equipos desalinizadores por ósmosis inversa. Todos ellos terminaron siendo abandonados, en la medida que no contaron con personal capaz de mantenerlos y repararlos", recordó el profesional.
Raúl Antonio Martínez, que también es referente de la masonería en Salta, trabajó en AGAS y en Obras Sanitarias, donde fue gerente general. También fue gerente de Aguas de La Rioja. En Perú asesoró a empresas municipales de agua. En ese país también fue presidente de una multinacional que ganó la primera licitación para la privatización del servicio de aguas y dirigió Aguas de Tumbes, en el límite con Ecuador.
Contó también que nació en Ibarreta, Formosa, donde creció sin servicio de agua potable y abastecido con agua de lluvia que se guardaba en una cisterna con un aljibe.
"Opino que el modo más sencillo de resolver este problema sería con sistemas de recolección y almacenamiento de agua de lluvia y para ello sugiero visitar la comunidad menonita asentada en el Oeste paraguayo, que se abastece con esta modalidad", dijo Martínez.
En enero la Provincia anunció que la Nación financiaría la colocación de 2 mil "cosechas" de agua de lluvia en el Chaco salteño.
El especialista destacó también que el Inenco (Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional) de la UNSa también ha diseñado un sistema de desalinización del agua con energía solar. "En nuestra provincia hay experiencia suficiente para resolver el tema del acceso al agua potable y debe aprovecharse", sostuvo.