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Ayer hubo dos cortes de ruta, uno en la 34, otro en la 86

En la 34 los desocupados de Cornejo retomaron su protesta pidiendo obras. En Lapacho I, por desborde de la depuradora.
Jueves, 27 de febrero de 2020 02:03

Nuevamente, ayer hubo un corte en la ruta nacional 34 a la altura de Coronel Cornejo, en jurisdicción de General Mosconi.

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Nuevamente, ayer hubo un corte en la ruta nacional 34 a la altura de Coronel Cornejo, en jurisdicción de General Mosconi.

Un número de 80 personas entre vecinos, desocupados e integrantes de la UTD bloquearon el tránsito exigiendo que se les haga parte de los recursos que se entregaron en General Mosconi a raíz de las inundaciones.

Recordaron que tampoco se han cumplido los puntos del petitorio que acercaron al Gobierno provincial la pasada semana.

La protesta, recurrente por cierto, solo sirvió para hacer más agrias las protestas de los ocasionales conductores que transitan por esta vía nacional, la única que conduce a través de todo el departamento San Martín y desemboca en Salvador Mazza, en la frontera con Bolivia.

Es que en lo que va de febrero los desocupados van cortando la ruta en cuatro ocasiones, en distintos días y por un número indeterminado de horas, lo que provoca la ira de los responsables de vehículos, que soportan temperaturas de cerca de 40 grados al sol y varados sin tiempo.

Un caso distinto en la 86

Por su parte, aborígenes de la comunidad Lapacho I bloquearon ayer el paso en la ruta nacional 86 a unos 5 kilómetros al este de Tartagal, debido al desborde de la planta depuradora.

La comunidad Lapacho I se asentó ayer en el km 3 de la ruta 86, nuevamente, dado que ya protestaron varias veces y por el mismo problema en anteriores ocasiones.

Las autoridades de la comunidad anunciaron a los medios presentes que no permitirán el inicio de clases si la empresa a cargo del mantenimiento de la depuradora no brinda una solución definitiva al problema.

Este medio viene haciendo notas al respecto desde no menos de un década.

La planta quedó obsoleta por el crecimiento de la población de la ciudad de Tartagal, se colmata y los líquidos son vertidos crudos al cauce del río del mismo nombre.

Una amenaza latente, además, es que la estructura ceda por los años de uso que tiene y termine devastando el curso de agua que sirve para riego de varias fincas establecidas a lo largo de su curso y que llega hasta Tonono, 25 kilómetros aguas abajo, justo después de juntarse con el río Caraparí, que viene de Salvador Mazza.

 

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