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El déficit nutricional de yodo en los salteños entró nuevamente en la agenda de noticias.
La Ley 8103, que se aprobó en 2018, y que se reglamentó en septiembre del año pasado obliga a las panaderías de todo el territorio provincial a usar sal yodada para la elaboración de todos sus productos.
Los desórdenes por déficit de yodo afectan especialmente en la región NOA, lo que ha sido reconocida por el Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales. Una ley de 1967, implementada en 1970, ordena la yodación de la sal para consumo humano, aunque aún no se cubren las recomendaciones de ingesta diaria.
"La población debe saber que todos los productos industrializados se elaboran con sal sin yodo. Todo lo que compramos y comemos que está refinado no tiene nada de yodo", dijo la legisladora Isabel de Vita, quien logró que se aprobara y reglamentara la norma para que las panaderías salteñas utilicen la sal yodada.
"La deficiencia de yodo es la principal causa de daño cerebral y retraso mental, hipotiroidismo, afecta el normal desarrollo físico y cognitivo produciendo discapacidad psicomotora, autismo, sordomudez, estrabismo, depresión, ansiedad y hasta bajo rendimiento escolar. En las embarazadas, puede conducir a abortos espontáneos, anomalías congénitas en el feto, con retrasos físicos o mentales irreversibles. Los grupos vulnerables son las mujeres en edad fértil, embarazadas, mujeres en períodos de lactancia y niños en edad escolar", dijo Sonia De Vita que fue quien argumentó el proyecto de ley.
Conciencia
"Es muy importante que esta información llegue a todos para que se tome conciencia sobre la importancia de su implementación. El pan es un alimento diario para los salteños y, si las panaderías utilizan la sal yodada, iremos venciendo al déficit nutricional que tenemos", concluyó Sonia.
El proyecto se convirtió en ley provincial en septiembre de 2018 y se reglamentó a partir de septiembre del año pasado. Obliga a las panaderías de Salta a utilizar sal con yodo en todos sus productos.
"Ya tuvimos acuerdos con la Cámara de Panaderos de Salta y ellos vieron de buen modo el usar la sal yodada. Y hay un compromiso de las partes. Es decir, que las panaderías ya saben de esta ley. Igualmente exhortamos a los órganos de aplicación, que son el Ministerio de Salud y Bromatología de la Provincia, para que hagan respetar la ley", dijo Isabel de Vita.
Con la modificación en la elaboración del pan con sal yodada, se aportaría 95 ppm (partes por millón) de yodo diario. Esta proporción es estimada en base a la Ley 17.259/69 a la que adhiere la Provincia que establece un aporte de 33.3 ppm de yodo por gramo de sal.
"No todo es como dice la gente que en la actualidad dejó consumir sal y bajó significativamente su uso. Lo que hay que dejar de consumir son los productos refinados porque esos son los que utilizan sal sin yodo. Debemos cocinar y preparar nuestros alimentos lo más caseros posible y utilizar para su preparación la sal yodada", dijo Sonia De Vita.
"Esta ley que conseguimos en Salta es pionera en toda Sudamérica", concluyó Isabel De Vita.
La situación en Salta como un considerando
“Ya no se ven los típicos cotudos, como solían decirles antes a las personas con problemas de bocio. Hoy ya casi eso desapareció, pero la situación sigue siendo grave”, explicó Sonia De Vita.
Para detectar la falta de yodo se requiere de un estudio de orina en el que se determinan los índices de consumo de la población.
Sin embargo, y pese a que la región es endémica, no se estipula como un examen de rutina.
Para tener en consideración la situación en Salta hay que remitirse a estudios realizados años antes.
En 2008 desde la Fundación de Endocrinología Infantil de Buenos Aires y el hospital de Niños Ricardo Gutiérrez realizaron un muestreo sobre yodo en Salta. En aquel momento, el estudio se concretó en la ciudad capital de la provincia por su ubicación geográfica.
Se estudiaron los indicadores de 442 alumnos (221 mujeres y 221 varones), de 5 a 14 años de edad, que fueron pesados y medidos en la escuela a la que concurrían.
Se consignó el peso, la talla y el tipo de sal hogareña utilizada. El resultado fue que el 20% de la muestra corría el riesgo de falta de yodo severa.
Las encuestas realizadas por la Federación Argentina de Sociedades de Endocrinología (Fasen) entre 1999-2008 han mostrado una baja concentración de yodo en orina y un alto índice de bocio endémico (5%) en niños en edad escolar, principalmente en las provincias del norte.
El Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales analizó entre 2012 y 2014 la concentración de yodo urinario en mujeres embarazadas y niños en edad escolar de la región NOA, así como el consumo y la calidad de la sal yodada en hogares.
Específicamente en Salta, tanto en escolares como en embarazadas los resultados indicaron que no llegan a cubrir las recomendaciones de este mineral.
Es por eso que las hermanas De Vita hacen énfasis en el cumplimiento de la nueva ley.