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15 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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No saquen la fauna de los billetes

Por Juan Rodrigo Walsh y María Celeste Martínez
Domingo, 01 de marzo de 2020 00:00
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Por Juan Rodrigo Walsh y María Celeste Martínez

El nuevo gobierno nacional estudia la eventual inclusión de nuevas denominaciones con mayor valor numérico en los billetes de curso legal; al respecto se ha planteado una polémica, tanto en ámbitos académicos como políticos, respecto del tipo de íconos o imágenes a ser incluidos en los billetes y su vínculo con la identidad nacional. El debate ha cobrado peso a partir de los anuncios del B.C.R.A de discontinuar los billetes con las imágenes de fauna y flora argentina.

La controversia se centra en una mirada casi binaria entre la utilización exclusiva de figuras históricas o próceres como únicos canales de transmisión de la historia y los valores nacionales, frente a otras alternativas que revalorizan los valores de la naturaleza o las especies de fauna y flora que también identifican a nuestro país.

Desde el ámbito universitario deseamos efectuar ofrecer algunas ideas para enriquecer al debate, de manera constructiva y plural, soslayando cualquier intencionalidad política o visión confrontacional originado más en necesidades de coyuntura política, que en una reflexión ponderada de las ideas que subyacen a una u otra postura.

Fauna y Nación

La inserción de fauna icónica de nuestro país en los billetes de circulación oficial argentina, elevamos las presentes reflexiones estimando que las mismas reflejan la importancia de plasmar aspectos referentes al medio ambiente, la diversidad de especies, o la identificación de paisajes de nuestro país, en un medio de alcance masivo y cotidiano, como es la moneda.

Entendemos que esta inclusión también conduce a la construcción de una identidad nacional y a la consolidación de los valores consagrados en la Constitución Nacional, sumando valores y atributos de la naturaleza y el ambiente que cobran creciente trascendencia en un mundo en donde crece la conciencia colectiva respecto de un planeta único y el imperativo de sumarse como sociedad a su cuidado.

Esta visión abarcativa de la naturaleza y sus atributos, también integra la esencia de una "argentinidad" que hoy, a la luz de valores emergentes y una nueva ética solidaria y de equidad con el prójimo y la creación, se encarna con nuevas visiones en tal sentido.

A esta altura de las circunstancias, pareciera que plantear una contraposición entre el uso de imágenes de fauna y flora autóctona y representativo del acervo natural del país y el uso de imágenes de figuras históricas, es falaz, y solo procura plantear visiones antitéticas más propias de una sociedad fracturada y dividida.

A la luz de los valores ambientales y una cosmovisión basada en la sustentabilidad que crece día a día entre los argentinos, no hay razón para que no puedan coexistir en nuestros billetes, las figuras históricas tradicionales de la gesta patria, también junto a especies icónicas de nuestra naturaleza. No hay contradicción alguna entre el respeto y reconocimiento a las figuras históricas que construyeron la Nación, y el tributo y la empatía con elementos de la Naturaleza con los cuales también se construye una identidad nacional y ¿porque no? Una visión de equidad y respeto hacia el ambiente y la tierra, reflejo de una ética y cosmovisión propia de los hombres y mujeres que afrontan el siglo XXI, con el desafío de cuidar el patrimonio común, y la conciencia plena de la importancia que reviste el patrimonio natural para todos.

Aportes a un tema importante

El Instituto de Derecho Ambiental y la Sustentabilidad de la Universidad Católica de Salta, desea acompañar estas reflexiones, apuntando a considerar, además, los siguientes puntos:

. Nación: Lo plasmado en los billetes o las estampillas de correo, tiene una importancia mayúscula, representando un aspecto valorativo que el Estado otorga a lo que allí decide mostrar, ya sea plasmando la cultura de sus habitantes, sus tradiciones folclóricas o artísticas, hitos históricos significativos o figuras señeras en la historia o el desarrollo de una Nación. También es un ámbito para exponer las bellezas naturales que la identifican, o sus flores y animales nativos.

. Próceres: Estas características presentes en la moneda de un país, exteriorizan estos aspectos y los valores que subyacen, ante sus propios ciudadanos y también ante visitantes extranjeros. Las figuras de San Martín o Belgrano, por ejemplo, han sido y son figuras emblemáticas en la moneda argentina por los valores que transmiten, al igual que han sido Gabriela Mistral para los chilenos, o Sor Juana Inés de la Cruz, para los mejicanos.

. Nuestra fauna: Al estar plasmado en un billete de circulación diaria y masiva, resulta cotidiano a todo ciudadano, operando una internalización paulatina de lo que se considera importante a nivel estatal (operan los conceptos psicosociales de habituación, familiarización que implican una internalización paulatina y profunda de conceptos sociales como naturales y aceptados).

En este sentido, la inclusión de figuras emblemáticas de nuestra fauna, flora y paisajes que nos identifican como latinoamericanos y argentinos, también contribuye a construir una identidad nacional y cultural propia, que, además de consolidar las historias fundacionales que hacen a la esencia de cualquier Nación, generan un nexo de afinidad con elementos de la Naturaleza que nos distinguen como Nación, ya sea por su arraigo en el territorio, belleza estética, o representatividad ecosistémica.

. Persona y hábitat: Que los aspectos naturales resultan primarios y comunes a todo ser humano y todo ser vivo. Aquí, quizás nos apartemos de las visiones más convencionales de asociación de la moneda y sus imágenes con la historia política y militar más reciente, tan característico de las naciones jóvenes y en especial de los países latinoamericanos, a partir de la gesta revolucionaria del siglo XIX. Entendemos, tal como lo vienen planteando organismos internacionales, muchos pensadores contemporáneos de la región y del mundo, y que los tiempos actuales son signados por nuevos desafíos, producto de una sociedad postindustrial y una humanidad que posee un vínculo más empático y apreciativo hacia el planeta. En este sentido, el reconocimiento de atributos propios de la belleza natural y los misterios de la diversidad de especies, constituye una nueva forma de ciudadanía global, que, sin descartar o desconocer los arraigos al terruño local, se identifica con una visión más amplia anclada en la sostenibilidad. En consonancia con estos valores, que, aun siendo primarios y acaso sensoriales, se incorporan a los valores sociales básicos de una comunidad, generando un efecto positivo no solo ambiental, sino también social (el respeto por todo ser vivo y el entorno genera denota también un respeto al ser humano).

. Indelegable agenda: Que es indudable que la temática ambiental en la actualidad resulta un elemento indelegable en la agenda estatal, siendo toda medida ambiental base para la formación sostenida de la educación y concientización ambiental. En este contexto los animales plasmados en los billetes de la moneda nacional, fauna representativa de diversas regiones del país, resaltando y respetando el sistema federal; resultando así representativas de todas las provincias, e indirectamente así, de todas las culturas, idiosincrasias y generaciones que habitan en nuestra extensa Nación.

El país real

Las diferentes especies plasmadas en los billetes son representativas de la diversidad de fauna que habita el territorio nacional, así, el guanaco representa la Estepa Patagónica; el hornero además de representar la región Chaco Pampeana, es el Ave Nacional por consenso desde 1928. La taruca representa a la Región Noroeste. El yaguareté, tercer felino más grande del mundo, especie paraguas en términos de conservación, representa a la Región Noreste y Noreste; está declarado Monumento Nacional Natural (mediante Ley Nº 25.463 y diversas leyes y decretos provinciales) y se encuentra en peligro crítico de extinción. La maravillosa ballena Franca Austral, además de representar el Mar Argentino, la Antártida e Islas del Atlántico Sur, también es un Monumento Natural tutelado al amparo de la Ley Nº 22.351. El cóndor andino, majestuosa ave que anida de norte a sur y llega a la franja costera comprendida entre Tierra del fuego y el norte del golfo de San Matías, es su vez categoría vulnerable, resultando por lo tanto muy positiva su valorización a efectos de su conservación.

En el anverso de los billetes se consignan los lugares naturales de hábitat de estos animales, representativos asimismo de las regiones argentinas adonde habitan la diversidad de sus ciudadanos.

La coexistencia de íconos emblemáticos de la naturaleza y su inserción con lugares naturales de nuestro país y con los valores humanos asociados a la materia ambiental, pueden coexistir perfectamente con los valores derivados de la historia humana, que han validado la labor y ayudado al descubrimiento, avance de la ciencia, la concientización, reconocimiento del tema ambiental, conservación del medio ambiente y la integración social en este aspecto.

Así, naturalistas como Francisco Pascasio Moreno (naturalista, explorador, geógrafo, escritor), Florentino Ameghino (naturalista, antropólogo, climatólogo, paleontólogo, zoólogo, geólogo), Juan Bautista Ambrosetti (etnólogo, naturalista), Pedro Scalabrini (naturalista y educador) o el contemporáneo Juan Carlos Chébez (naturalista, conservacionista) entre varios otros, son figuras de orgullos nacional dignas de reconocimiento y difusión. Tengamos presente que en materia ambiental opera el principio de no regresión (mantenimiento y no retroceso de reconocimientos ambientales), resultando un paso negativo en la materia la exclusión total de la fauna autóctona en los billetes.

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