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17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Información, "fakenews" y democracia

Sabado, 14 de marzo de 2020 00:00

El interés de parte de los ciudadanos por las informaciones periodísticas ha llegado a su más bajo nivel histórico; esta pérdida de confianza se agudiza por las dudas y falsas noticias.

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El interés de parte de los ciudadanos por las informaciones periodísticas ha llegado a su más bajo nivel histórico; esta pérdida de confianza se agudiza por las dudas y falsas noticias.

Frente a esta realidad, la respuesta colectiva no se hace esperar, con consecuencias muy duras para los medios que se ven obligados a ampliar esfuerzos con iniciativas inteligentes y novedosas para intentar recuperar la confianza perdida.

Una información rigurosa y compartida juega un rol esencial en la sociedad y en nuestras democracias, y garantiza la claridad del debate y el vínculo social, tarea indispensable frente a la expansión de las falsas noticias ("fake news") y a su instrumentalización política.

Los ciudadanos se merecen la verdad y total trasparencia en la información; de allí, el rol fundamental de los medios y sin duda del periodista, que tiene el desafío de honrar su trabajo, investigar, informar y comunicar la verdad.

Cuando el periodismo respeta las reglas de la profesión se edifica la más sólida muralla frente a los riesgos que representan las dictaduras, la manipulación electoral, las falsas noticias.

Información creíble

¿Qué entiende la gente por información creíble? La respuesta es paradójica: cuanto mayor es la desconfianza y la sospecha de la veracidad de la información, aumenta la desconfianza a los medios y a la vez la necesidad de creer en otras alternativas, con el riesgo a provocar corrientes complotistas, populismos, movimientos prefascistas y/o antidemocráticos. Países como Venezuela, Brasil, Hungría o Polonia difunden argumentos peligrosos para desacreditar al periodista de un medio privado, que es un empleado y al que le pagan lo enfrentan a la figura del político, que fue electo. Sostienen que "oponerse a los políticos o sus regímenes es estar en contra de la propia voluntad del voto popular".

La desconfianza también se explica por el asedio de información que recibimos, la falta de diversidad de los temas tratados y la gran distancia entre las necesidades de la gente y los temas y contenidos que tratan los medios.

­Hay urgencia a reaccionar! En ese sentido Francia, llevará a cabo una consulta pública entre periodistas y ciudadanos titulada "Medios y Ciudadanos" con propósito de dialogar, informar y permitir a los ciudadanos que propongan temas de interés común.

¿Cómo nos informamos hoy?

Estadísticas publicadas, resultado de diversas encuestas, demuestran una tendencia tanto en Europa como en EEUU que los medios tradicionales, en particular la TV, son cada vez menos una referencia en materia de información; especialmente, los jóvenes, que se informan a un 18% por la TV, contra un 75% por internet. Privilegian las redes sociales (40% de quienes utilizan internet tienen menos de 35 años). Aquellos que se informan primero, en internet y las redes sociales, consideran que los periodistas son independientes del poder político, (un 70%) y de la presión financiera, un 61%.

La crisis que se vive hoy no tiene precedentes en nuestra época: ruptura de la economía de mercado, desequilibrio de las clases sociales; el proyecto que se inició en el siglo XVIII y que construyó el progreso en nuestras democracias se está fisurando y en nombre de la protección del Estado o de la lucha contra los riesgos o amenazas externas, de allí surge una peligrosa fascinación por regímenes populistas o nacionalistas.

Muchos políticos se ven tentados a limitar las libertades, y la prensa es la primera en verse amenazada.

Cuando el contrapoder de la prensa es delimitado y cuando la independencia de la justicia es puesta en duda (con frecuencia ambos procesos van juntos) se fragiliza la vitalidad de nuestra democracia.

Es el modelo mismo de la actividad y el rol del periodista que están puestos en duda, ya que se vive hoy en el campo mediático de las "fake news" y los medios que las propagan.

En el momento en que la figura del periodismo y de la prensa es mas esencial que nunca, cuando ese trabajo debería colaborar a la función democrática, hoy esta terriblemente desacreditado y cada vez más débil.

La tecnología colabora a la falta de identificación de quienes afirman la palabra, la desinformación, los rumores, los intereses políticos y económicos conducen a la confusión total.

Democracia e información

La democracia, históricamente, está ligada a la libertad de prensa y por eso hay que considerar plenamente todos los desafíos, no solo los cotidianos y sus vicisitudes. La libertad de la prensa no es solo una libertad especial: es la más alta de las expresiones de la libertad, razón por la cual, es la primera libertad reprimida o suprimida por los países de regímenes totalitarios o autoritarios.

La libertad de prensa hoy está atacada por las dictaduras y maltratada por los países que forman parte de las mas grandes democracias del mundo, inclusive en Europa, países como Turquía o

Rusia, que han firmado la Convención Europea de los Derechos del Hombre, no la respetan. La libertad de prensa forma parte esencial de la Convención, hoy se trabaja para implementar las sanciones previstas por los tratados y llevar a cabo la batalla que consiste en defender plenamente las libertades de nuestras democracias. La difusión de falsas noticias, mensajes confusos y/o la falta de libertad, es en muchos casos, financiada por aquellos que pretenden debilitar la democracia y cuanto más débil es el sistema, más alto es el riesgo de caer. La tentación existe.

En los últimos años, más de 67 periodistas murieron ejerciendo su profesión, muertos en los escenarios de guerra, asesinados por los criminales que ellos denunciaban buscando la verdad. Más de 326 periodistas en prisión porque su palabra molesta o no se sometieron a la censura. Muchos países europeos, entre ellos Francia, intervienen cada vez que pueden, para liberar a periodistas encarcelados o privados de libertad y consideran que el diálogo es indispensable para poder obtener los resultados buscados.

Noticia y “fake news” 

Las redes sociales permiten, de alguna manera, que todos se conviertan en autores de noticias mundializadas, permanentes, instantáneas. Pero es nefasto que se asigne el mismo valor a la información seria, producto del trabajo de investigación, y las fantasías creadas por cualquier blogger, o a las propagandas encubiertas que banalizan y siembran confusión.

El relativismo absoluto en el que estamos confrontados hoy es explotado por aquellos que consideran que todo puede ser dicho o que buscan de a poco manipular nuestras democracias. Las cuentas de redes sociales que en un instante se expanden por el mundo, en todos los idiomas, las invenciones para ensuciar a un político, una figura pública, un periodista.

En definitiva, los ciudadanos y los procesos democráticos se ven profundamente alterados por las falsas noticias y la manipulación.

Durante las últimas elecciones presidenciales en EEUU, los americanos fueron víctima de manipulación de la parte de la empresa Cambridge Analítica, cuyo fin es la exploración y análisis de datos de los ciudadanos. No solo sucede en EEUU, sino que casi todas las democracias contemporáneas han mostrado su debilidad y nuestra incapacidad colectiva para ofrecer respuestas a la altura de las amenazas de hoy.

Las plataformas de internet no tienen las mismas reglas, en período electoral difunden falsas noticias en las redes sociales bajo la protección del anonimato.
Los gobiernos pueden y deben ofrecer dispositivos jurídicos para proteger la vida democrática de las falsas noticias.

En Francia un proyecto de ley será presentado en breve. El mismo será sometido a consulta y en ningún caso podrá poner en duda la libertad de la prensa. Las plataformas se verán obligadas a la transparencia sobre los contenidos, a fin de que sea pública la identidad de los auspiciantes y de quienes los controlan, como así también limitarán el monto consagrado a esos contenidos. En caso de propagación de falsas noticias será posible acudir al juez.

Los medios de prensa y los periodistas son esenciales para el buen funcionamiento de la democracia y la libertad.

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