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El salteño Basualdo, de la emoción de jugar una final al aislamiento por el coronavirus

El oranense Mauricio Basualdo pasó por muchas emociones desde que está en España. Con el Balonmano Benidorm llegó a la final de la Copa del Rey y ya superó el miedo que genera la pandemia. 
Lunes, 30 de marzo de 2020 02:36

Entre las historias de los deportistas salteños que juegan en Europa, la de Mauricio Basualdo (21) tiene matices que se parecen a una montaña rusa de emociones. Llegó a España con muchas ilusiones, en muy poco tiempo jugó su primera final de un torneo oficial y hoy todo eso parece haber quedado muy atrás por la soledad en la que vive debido a la cuarentena que rige en ese país a causa de la pandemia de coronavirus, una imagen que se repite en muchas naciones. 
A fines de enero, el oranense se sumó al Club Balonmano Benidorm para jugar la Liga Asobal, la máxima división del handball español; también para disputar la fase final de la Copa del Rey a la que el equipo de Alicante (comunidad valenciana) accedió por primera vez en su historia. El salteño llegó en un momento histórico para el Benidorm, puesto que superó los cuartos de final, la semifinal y llegó a la final de la Copa del Rey, en la que perdió ante el poderoso Barcelona. 
Hoy toda la actividad deportiva está frenada en España por el coronavirus, y los casos se cuentan de a miles y las muertes se suman de a centenares. 

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Entre las historias de los deportistas salteños que juegan en Europa, la de Mauricio Basualdo (21) tiene matices que se parecen a una montaña rusa de emociones. Llegó a España con muchas ilusiones, en muy poco tiempo jugó su primera final de un torneo oficial y hoy todo eso parece haber quedado muy atrás por la soledad en la que vive debido a la cuarentena que rige en ese país a causa de la pandemia de coronavirus, una imagen que se repite en muchas naciones. 
A fines de enero, el oranense se sumó al Club Balonmano Benidorm para jugar la Liga Asobal, la máxima división del handball español; también para disputar la fase final de la Copa del Rey a la que el equipo de Alicante (comunidad valenciana) accedió por primera vez en su historia. El salteño llegó en un momento histórico para el Benidorm, puesto que superó los cuartos de final, la semifinal y llegó a la final de la Copa del Rey, en la que perdió ante el poderoso Barcelona. 
Hoy toda la actividad deportiva está frenada en España por el coronavirus, y los casos se cuentan de a miles y las muertes se suman de a centenares. 


En diálogo con El Tribuno, Mauricio contó que son pocos los casos que se registraron en Benidorm en comparación con grandes ciudades como Madrid. “No quiero ver las noticias para no hacerme la cabeza. Benidorm es una zona cálida, donde el virus llegó muy tarde en relación con otras ciudades. Sé que hay unos 40 casos en la ciudad donde vivo y unos 500 aproximadamente en la comunidad valenciana. Yo me guío más por las estadísticas que por las noticias”, contó el salteño desde su departamento en Benidorm. 
“Cuando se dio el primer caso positivo no lo podía creer. En el club cortaron todo, íbamos a jugar un partido de la Liga Asobal sin público pero lo terminaron cancelando. Habíamos vuelto de Madrid (sede de la fase final de la Copa del Rey) y varios jugadores nos enfermamos, yo tuve faringitis. Tenía un miedo y nos aislamos quince días”, expresó el oranense. 
Basualdo compartía departamento con dos jugadores del club, uno de Francia y otro de Elche, en España. “Ambos se fueron con sus familias así que tengo el departamento para mi solo”, dijo Mauricio. Para él la opción de regresar a Orán era casi imposible ya que por contrato el club le puede pagar dos boletos de avión, uno ya lo utilizó al ir hacia España. “Si utilizaba el otro yo tenía que pagar los restantes y cada uno sale aproximadamente mil euros”, agregó. 
“Al principio tenía miedo, no había tanta información y justo yo me vengo a la otra punto del mundo. Estaba solo, sí tenía miedo; pero después empecé a entender que a nuestra edad el virus no era tan nocivo. Un día me levanté porque pasaban camiones del Ejército con bocinas anunciando el decreto de estado de alarma, a partir de ahí no podía salir de mi casa, salvo para casos excepcionales. Es todo como una película, no lo esperaba así”, relató Basualdo. 
Mauricio contó que entrena una hora al día, siguiendo el programa físico desarrollado por el Balonmano Benidorm, también recibe algunos consejos de integrantes de Dorrego, su ex club en Buenos Aires. “El resto del tiempo me gusta ponerme a leer y ver series, en especial documentales”, dijo. 
Antes de que el COVID-19 le pusieron un freno a todo, Mauricio experimentó otro tipo de emociones. “La primera semana fue muy frustrante, recibía un montón de información y sentía que lo que me pedían no lo hacía bien, pero me tocó un grupo muy bueno y a la segunda y tercera semana había mejorado mucho en los entrenamientos”, contó el salteño, y reconoció el apoyo que recibió de Pablo Simonet, jugador de la Selección argentina y compañero en Benidorm. 
“Lo de Pablo es excepcional, es lo más impresionate que vi hasta ahora en el handball. Es un muy buen tipo, siempre me apoya, me regaló unas zapatillas y hasta me invitó a comer antes que surja todo esto del virus”, señaló el oranense. 


Sobre la experiencia de jugar la fase final de la Copa del rey, dijo: “Nosotros nos fuimos a Madrid casi sin ropa porque pensábamos que nos íbamos a volver muy pronto. Pero llegar a la final fue un gran logro para mí; fue muy importante para el club haber llegado tan lejos con muy pocas expectativas”. Esa final contra el Barcelona, campeón de las últimas cuatro ediciones de la Copa, fue el partido que más minutos jugó el lateral derecho. Fueron 20 minutos en total.
Aún en la incertidumbre de no saber qué pasará con las competencias, Mauricio ya cumplió el sueño de ser un jugador profesional de handball. Hasta hace unos años atrás disputaba los Juegos Evita, se formaba en Juventud Antoniana de Orán, también en Mitre de nuestra ciudad. Así llegó a Dorrego de Buenos y ya tuvo la experiencia de jugar en una de las ligas más importantes del planeta handball.

Llegar a la Selección, otro desafío

El jugar en el primer nivel mundial del handball le abre a Mauricio la posibilidad de jugar en Los Gladiadores, la Selección argentina. 
“Ese es mi sueño desde que llegue a Buenos Aires. Desde que lo conocí a Manolo Cadenas (entrenador del seleccionado) me puso la idea en la cabeza de jugar en la Selección”, contó Mauricio sobre sus deseos de llegar al equipo mayor argentino. Basualdo ya sabe lo que es vestir la camiseta del seleccionado puesto que el año pasado jugó el Mundial Juvenil en España. 
La chance de llegar a la Selección abre otros desafíos. “Hace poco la Confederación Argentina de Handball pidió mis datos para estar dentro de una preselección para los Juegos Olímpicos del año que viene”, señaló Basualdo. Si bien por ahora es una posibilidad remota, tener continuidad en el handball español podría servirle para llegar al seleccionado.
“Disputar unos Juegos Olímpicos es a los que todo deportista apunta”, agregó Mauricio. La experiencia olímpica ya está presente en la familia Basualdo puesto que José, su hermano menor, jugó con el seleccionado argentino los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires en 2018 y ganó la medalla de bronce. 
 

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