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Prohibidos y permitidos de peluquearse en familia durante la cuarentena

El estilista Sebastián Stone recomendó cuidados capilares con productos naturales. También ofreció tips para cortarse el cabello sin producir una “desgracia”.
Martes, 28 de abril de 2020 13:05

Javier Guanca (32) es operario en una fábrica de cerámicos y siguió en su puesto desde el 20 de marzo, cuando se impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio para frenar la propagación del Covid-19. 
El sábado pasado, 36 días después, el cabello ya le había ganado su amplia frente y cuando se colocaba el casco y las antiparras protectoras podía sentir el pelo escociéndole la piel. Por ello, tomó la máquina de cortar cabello de su suegro, vio unos tutoriales por YouTube y se arriesgó. ¿El resultado? Su cabeza parecía un campo de golf arreglado por dos jardineros que habían seguido instrucciones diferentes. “Opté por raparme, porque había quedado espantoso. Parece que hay que tener pulso y manejar bien las velocidades del aparato”, comentó Javier a El Tribuno sobre su experiencia. 
Canas por doquier, tres colores diversos en el nacimiento, el medio y el largo de las melenas teñidas, flequillos que sobrepasan los ojos, rulos que han perdido su esplendor. Aunque la mayoría está cumpliendo la cuarentena en su hogar y solo sale para aprovisionarse y por ello podría relajarse en el look que porta, los malestares en torno del aspecto personal tientan a echar mano de tijeras y tinturas. 
En diálogo con este medio, el estilista Sebastián Stone alentó a no peluquearse de forma autónoma y mucho menos a hacerse un flequillo o corte radical en esta época en que las peluquerías están cerradas. Advirtió que detrás de cada profesional hay años de estudios en figurinismo, es decir, el reconocimiento de la morfología y las medidas de ojos, nariz, orejas, bocas y frentes para determinar un look favorecedor que destaque los rasgos de cada cliente. 
“El 90% de los peluqueros les pedimos a nuestros clientes que no se corten el cabello solos. Siempre vemos si tienen una cabeza redonda, ovalada o chata y otras características que permiten dar en la tecla con el corte de cabello. Si tienen una buena frente para un flequillo, si no hay remolinos o se parte al medio”, expresó Stone. Añadió que antes de “arrojarse al vacío” y poner en práctica el “hacelo vos mismo” hay que recordar que el pelo crece solo un centímetro por mes. 
“O sea, que si se corta hoy la persona va a tener que esperar entre tres a cuatro meses para recuperar el largo que tenía al principio. Para ese momento vamos a estar todos circulando con normalidad y el que se mandó la macana va a estar con el pelo o el flequillo mal cortado y deberá mantenerlo atado”, comentó. 
Luego dijo que los flequillos son muy delicados también por la serie de factores a sopesar para decidir si van a ser recto, en degradé o lucir como una ve invertida. También incide en la decisión el hecho de que el flequillo se ajuste a los tiempos que pueda dedicarle el cliente de acuerdo con su profesión y actividades cotidianas. 

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Javier Guanca (32) es operario en una fábrica de cerámicos y siguió en su puesto desde el 20 de marzo, cuando se impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio para frenar la propagación del Covid-19. 
El sábado pasado, 36 días después, el cabello ya le había ganado su amplia frente y cuando se colocaba el casco y las antiparras protectoras podía sentir el pelo escociéndole la piel. Por ello, tomó la máquina de cortar cabello de su suegro, vio unos tutoriales por YouTube y se arriesgó. ¿El resultado? Su cabeza parecía un campo de golf arreglado por dos jardineros que habían seguido instrucciones diferentes. “Opté por raparme, porque había quedado espantoso. Parece que hay que tener pulso y manejar bien las velocidades del aparato”, comentó Javier a El Tribuno sobre su experiencia. 
Canas por doquier, tres colores diversos en el nacimiento, el medio y el largo de las melenas teñidas, flequillos que sobrepasan los ojos, rulos que han perdido su esplendor. Aunque la mayoría está cumpliendo la cuarentena en su hogar y solo sale para aprovisionarse y por ello podría relajarse en el look que porta, los malestares en torno del aspecto personal tientan a echar mano de tijeras y tinturas. 
En diálogo con este medio, el estilista Sebastián Stone alentó a no peluquearse de forma autónoma y mucho menos a hacerse un flequillo o corte radical en esta época en que las peluquerías están cerradas. Advirtió que detrás de cada profesional hay años de estudios en figurinismo, es decir, el reconocimiento de la morfología y las medidas de ojos, nariz, orejas, bocas y frentes para determinar un look favorecedor que destaque los rasgos de cada cliente. 
“El 90% de los peluqueros les pedimos a nuestros clientes que no se corten el cabello solos. Siempre vemos si tienen una cabeza redonda, ovalada o chata y otras características que permiten dar en la tecla con el corte de cabello. Si tienen una buena frente para un flequillo, si no hay remolinos o se parte al medio”, expresó Stone. Añadió que antes de “arrojarse al vacío” y poner en práctica el “hacelo vos mismo” hay que recordar que el pelo crece solo un centímetro por mes. 
“O sea, que si se corta hoy la persona va a tener que esperar entre tres a cuatro meses para recuperar el largo que tenía al principio. Para ese momento vamos a estar todos circulando con normalidad y el que se mandó la macana va a estar con el pelo o el flequillo mal cortado y deberá mantenerlo atado”, comentó. 
Luego dijo que los flequillos son muy delicados también por la serie de factores a sopesar para decidir si van a ser recto, en degradé o lucir como una ve invertida. También incide en la decisión el hecho de que el flequillo se ajuste a los tiempos que pueda dedicarle el cliente de acuerdo con su profesión y actividades cotidianas. 

Tratamientos caseros

Según Stone hay que aprovechar para hacerse tratamientos de hidratación durante este periodo de no participar de eventos sociales, atender al público en forma masiva o sacarse fotografías. 
“Lo bueno ahora es que hay tiempo para recuperar la melena, para que se vea mucho más suave e hidratada. El ser humano siempre tuvo muy poco tiempo, y cada vez menos por las exigencias del ámbito laboral. A muchas mujeres les gusta hacerse mechas en el pelo porque están de moda y porque son benéficas en varios sentidos, pero no tenían espacio en sus agendas para hacerse un baño de crema, o dos o tres, dependiendo del daño del cabello, es decir, si es virgen, está teñido completamente o decolorado con mechas”, especificó. 
Así, recomendó aplicarse dos o tres veces a la semana un preparado con productos que probablemente haya en las alacenas de las casas para aprovechar sus principios activos. 
De acuerdo con sus indicaciones se debe poner en un bol una cucharada de aceite de oliva, otra de miel, una yema de huevo, una palta y una banana peladas. Luego pisar todos los ingredientes hasta que se fundan. A continuación, hay que lavar el pelo con dos champús neutros para que quede higienizado y secarlo con toalla refregándolo hasta que esté un 80% seco. Después dividir la melena en cuatro y colocar el emplasto. 
“De la oreja hacia abajo, de los medios hacia las puntas, con un masaje lento y suave con mucha delicadeza para que el pelo empiece a tomar brillo y suavidad. En las puntas hacer masajes circulares para que las cutículas se abran y entren los principios activos de los productos”, dijo Stone, quien recomendó este tratamiento para cabellos con daño mecánico (es decir, sobre los que a menudo se usan planchitas o buclera o son peinados con el secador de pelo) o procesados químicamente (o sea, que se les aplicaron mechas o tintura). 

Sebastián Stone, estilista: 

“El que se mandó una macana va a estar con el pelo o el flequillo mal cortado y deberá mantenerlo atado”.

 

Consejos para rebajarse las puntas en casa

En relación con las clientas que debían hacerse tintura cada 15 o 20 días señaló que las está incentivando a que dejen de teñirse. “Aquella que se tiñó por error y no paró más o que no tiene muchas canas está en el momento de dejar de teñirse y pensar en una iluminación”, sintetizó. Consultado por los cortes masculinos, mucho más difíciles de disimular porque cobran un aspecto desalineado, señaló que los familiares pueden animarse a rebajarlos. “Recomiendo para que no se compliquen, agarrar una sola medida de la máquina, en caso de que tengan una máquina de cortar el pelo. Puede ser el número dos o uno, como para rebajarlo todo alrededor, y para la parte de arriba, la cúspide alta de la cabeza, agarrar una tijera -que en lo posible no sea de mango de plástico, ni de cortar papeles o telas, sino una tijera metálica normal- para recortar las puntas”, indicó. 
Si los “clientes de urgencia” en el hogar son niños Stone estableció que previamente hay que hacer juegos de rodeo con ellos. 
“Hay que hacerles ver a los niños que tienen que estar quietitos durante el proceso de corte. Hacer un juego como momia candado para que se queden inmóviles y se les pueda cortar el pelo sin lastimarlos. En ese caso sí podemos usar una tijera con puntas redondeadas para no lesionarlos. Por lo general, en el salón pasa que se mueven mucho y uno quiere cortar recto y salen mal las cosas”, explicó Stone. Agregó que también es correcto familiarizarlos con las tijeras y máquinas para cortar el cabello y hablarles para que entiendan que el procedimiento no implica dolor porque no se los va a lastimar. “Una vez iniciado el corte se los puede entretener con el celular o la tablet. En muchos casos se les corta dormidos. Esa sería una muy buena opción para los más inquietos”, concluyó.
 

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