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El drama de Maxi Martínez, el futbolista salteño varado en El Salvador

El hábil exvolante de Gimnasia y Central Norte quedó sin trabajo, sin vivienda y varado en Centroamérica, donde fue a jugar en busca de un porvenir. Lee su testimonio.
Sabado, 02 de mayo de 2020 01:44

Nacido y criado en barrio 20 de Febrero e hincha fanático en Central Norte, club donde jugó, pero forjado desde sus primeros años con la pelota en Gimnasia y Tiro, el dotado volante creativo Maximiliano Martínez hoy está viviendo un drama en el lejano El Salvador, donde se encuentra varado, sin casa, sin club y con un panorama incierto en cuanto a su vuelta a su querida Salta. 

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Nacido y criado en barrio 20 de Febrero e hincha fanático en Central Norte, club donde jugó, pero forjado desde sus primeros años con la pelota en Gimnasia y Tiro, el dotado volante creativo Maximiliano Martínez hoy está viviendo un drama en el lejano El Salvador, donde se encuentra varado, sin casa, sin club y con un panorama incierto en cuanto a su vuelta a su querida Salta. 

Pese a quedarse con un proyecto futbolístico y personal trunco, hoy Maxi lo que más ansía es reencontrarse con su familia. Y le contó todas sus sensaciones y vivencias a El Tribuno en una extensa y emotiva charla telefónica, desde Centroamérica.

Maxi Martínez, formado en la cantera del albo, pero cuyo recuerdo más cercano por los salteños es su paso por el cuervo en el Federal B en 2016, que comenzó a forjar su carrera internacional en el popular Real Potosí, y luego en Independiente de Sucre, de la elite boliviana, llegó con su manojo de ilusiones al Chalatenango de la primera división de El Salvador a fines de año pasado. 

Sin imaginar que una pandemia mundial cambiaría por completo su vida, allí jugó medio semestre hasta que la cuarentena, la paralización del fútbol, la decisión del club de rescindirle contrato argumentando la crisis, y la suspensión de vuelos por parte del Gobierno salvadoreño, lo dejaron a la deriva, sin panorama, sin casa, solo y varado.

El volante salteño hoy solo se sostiene emocionalmente por la compañía de Marco González, un futbolista paraguayo que quedó en la misma situación que él; por la promesa de la Embajada argentina en aquel país de gestionar un vuelo de repatriación, por la solidaridad de una familia de San Salvador y por el afecto recibido por su familia a la distancia y vía videollamadas.

“Estoy esperando que llegue un vuelo de repatriación porque la situación es angustiante. La Embajada dijo que hay que esperar unas semanas por un vuelo, aunque no es seguro, porque todo depende de que el presidente (Nayib Bukele) autorice que aterricen aviones. Desde que hubo el primer caso de coronavirus, se cerró el aeropuerto y las fronteras, no entra ni sale nadie”, relató el futbolista de 27 años, quien, para colmo, tuvo la mala fortuna de que en medio de la pandemia llegara un recambio institucional que lo dejó a la deriva, y un mal accionar dirigencial.

“Al club Chalatenango lo compró gente de Estados Unidos. Antes de la venta, la dirigencia saliente me canceló los meses trabajados y me pidió que les devuelva la llave del departamento. Yo tenía contrato hasta diciembre y la directiva y cuerpo técnico nuevos decidieron rescindirme. De todas maneras, esta nueva CD me ofreció un lugar para vivir, pero yo prefería vivir en San Salvador, con una familia que me acogió, porque me queda más cerca el aeropuerto”, explicó.

Maxi contó su experiencia en un país lejano, y en este contexto complejo de coronavirus: “Lo que me sorprendió fue el alto nivel futbolístico, no es lo que se piensa en Argentina, no es una papita para un argentino jugar acá. Los partidos son batallas. Me fue difícil adaptarme, totalmente diferente a Bolivia. Y el fútbol no crece por los dirigentes amateurs, que toman al jugador salvadoreño como un objeto. Ahora, con la pandemia es desesperante porque estoy lejos de casa, está todo cerrado, no me puedo ir y estoy sin trabajar. El Salvador es un país dolarizado y el gasto es muy grande”, relató. “Hoy el coronavirus en El Salvador se está saliendo de control y me preocupa, porque mientras esto empeore, menos nos vamos a poder ir”, exclamó al final. 
 

"Sé cuánto sufren en Salta” 
En medio de la cuarentena por el coronavirus, entre tantos dramas, el contexto llegó para asestarle un golpe de nocaut a los clubes del Regional Amateur y los jugadores de los clubes salteños son los que peor la están pasando. Maxi Martínez, a la distancia, no se olvidó de sus colegas.

“El fútbol salteño está en decadencia, y con esto, peor. Hoy Central Norte es el estandarte que lo sostiene en cuanto a categoría. Pero no hay que dejar de lado la situación difícil de Juventud y Gimnasia, que yo creo que se van a levantar, pero va a llevar tiempo hasta que se acomoden los clubes que están devastados”, anheló.

“Sería bueno que los clubes y la AFA no dejen solos a los jugadores. Tengo muchos amigos en Juventud y Gimnasia y yo también fui jugador de Regional Amateur, sé lo que sienten ellos, sé cuánto se gana y sé cómo se vive. Sería bueno que no les suelten la mano a los jugadores de Salta, que sé que están sufriendo”, pidió.

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