El Gobierno tucumano encaró una reestructuración de la fuerza policial provincial para lograr la profesionalización de los efectivos para "sentar las bases de una generación futura enmarcada dentro de los derechos humanos, las garantías constitucionales y la vida en democracia", luego del crimen del trabajador rural Luis Espinoza, por el cual hay nueve efectivos detenidos.
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El Gobierno tucumano encaró una reestructuración de la fuerza policial provincial para lograr la profesionalización de los efectivos para "sentar las bases de una generación futura enmarcada dentro de los derechos humanos, las garantías constitucionales y la vida en democracia", luego del crimen del trabajador rural Luis Espinoza, por el cual hay nueve efectivos detenidos.
Los cambios son impulsados por el Ministerio de Seguridad de Tucumán, a cargo de Claudio Maley, y el proyecto pone énfasis en el nivel educativo y en la capacitación, sobre todo, en derechos humanos y violencia de género. "Ningún oficial jefe y superior podrá ascender a subcomisario o comisario principal si no tiene títulos terciarios o universitarios, además de una capacitación adecuada en derechos humanos, uso racional de la fuerza pública y violencia de género", explicó el subsecretario de Seguridad, José Ardiles.
A partir del plan de la reestructuración de la fuerza policial que impulsa el ministerio, la Ley Orgánica de la Policía de Tucumán pasará a denominarse Sistema Integral de Seguridad Pública de la provincia. "El cambio busca sentar las bases para una generación futura de las fuerzas policiales y penitenciarias, enmarcada dentro de los derechos humanos, las garantías constitucionales y la vida en democracia", recalcó Ardiles.
El secretario de Seguridad, Luis Ibáñez, explicó al finalizar una reunión realizada ayer que "es un trabajo" que iniciaron "hace tiempo y ahora" están en "condiciones de presentarlo para que tomen participación el resto de los poderes y dar inicio al tratamiento".