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El boxeo salteño desde la mirada de dos exponentes

Rubén Osvaldo Condorí y Víctor Hugo Paz, glorias del pugilismo salteño en diferentes épocas, opinaron sobre la actualidad de la disciplina.
Martes, 05 de mayo de 2020 02:35

Rubén Condorí fue uno de los grandes boxeadores que tuvo la provincia en las décadas de los 70 y 80. 
A diferencia de aquellas épocas en las que el boxeo atraía multitudes al Salta Club, Condorí remarcó a qué se debe el poco interés que hubo en los últimos años por parte del público salteño.
“Se debe a que muchos técnicos han desaparecido, los tiempos han cambiado, son pocos los que enseñan boxeo. Hay poco movimiento en promotores que traten de hacer las cosas bien para levantar el boxeo, la gente necesita del boxeo para así ver el talento, varios valores que quedaron truncados”, remarcó Rubén Condorí.
Por su parte, Víctor Hugo Paz, otro gran exponente del boxeo salteño, fue campeón argentino y sudamericano y aspirante al título mundial de los livianos junior (perdió en Salta con el coreano Yong Soo Choi), opinó:
“Está muy alicaído el nivel, no solo provincial, sino nacional e incluso internacional, pero seguramente van saliendo figuras. Acá en Salta, si bien es cierto que se trabaja en el boxeo, se respira y transpira boxeo, los que están a cargo, en las escuelas municipales de box, no se pusieron guantes ni para invierno y están a cargo de las escuelas municipales. Ellos les dan unos pesos a los profesores y el resto queda en el camino, se ve más por el interés propio que por el interés del boxeador. Nombrame un boxeador salteño que lo hayan acompañado en la carrera profesional, hacen los festivales y nunca salen figuras y si salen no los apoyan”, sostuvo Paz, quien, además, agregó: “Se llenaron los bolsillos los que nunca se subieron a un ring, ahora son pseudos dirigentes”. 
Justamente, Rubén Condorí también dio su perspectiva de las escuelas municipales de box: “Las escuelas sirven para sacar valores pero no hay peleas, no hay continuidad, en el 70 y 80 al menos había cuatro festivales por mes, había que estar todo los días entrenando y guanteando”.
Condorí, quien en julio de 1986 peleó por el título del mundo CMB (supermosca) con el mexicano Gilberto Román recordó sus inicios y su carrera.
“Me inicié a los 14 y guanteé hasta los 48 años. Fui campeón argentino, sudamericano y peleé por el título mundial supermosca en el Delmi, pero mi primera casa fue el Salta Club. Peleé con grande boxeadores, había que estar bien físicamente y mentalmente. Le di mucha dedicación al boxeo, en esos tiempos los promotores y el técnico eran claves, más el aliento de la gente. Tengo que agradecerle a Dios, mi padre, por el talento que me dio porque uno nace con el talento, a algunos se les despierta más temprano a otros más tarde pero siempre sale, tiene que explotar en cualquier momento”.
Por su parte, El Gauchito Paz también relató su recorrido y nombró a los grande personajes que lo acompañaron. 
“Mis inicios fueron en el año 1985 en el mítico Salta Club, estoy muy agradecido con Miguel Ángel Herrera, quien es el que me permitió entrenar de la mano de Lorenzo Tapia, mi primer técnico. Empezamos a transitar un lindo camino en lo deportivo, en 1990 me fui a vivir a Buenos Aires donde transcurrió gran parte de mi carrera, tuve como entrenador a el Gallego Pradeiro, para mí un orgullo ya que fue técnico de Víctor Galíndez. Con Pradeiro en 1998 fuimos a Los Ángeles y estuvo en mi rincón, nada más ni nada menos que Rafael García, quien luego le vendaba las manos a Mayweather. Son recuerdos inolvidables para mí”, dijo.
 

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Rubén Condorí fue uno de los grandes boxeadores que tuvo la provincia en las décadas de los 70 y 80. 
A diferencia de aquellas épocas en las que el boxeo atraía multitudes al Salta Club, Condorí remarcó a qué se debe el poco interés que hubo en los últimos años por parte del público salteño.
“Se debe a que muchos técnicos han desaparecido, los tiempos han cambiado, son pocos los que enseñan boxeo. Hay poco movimiento en promotores que traten de hacer las cosas bien para levantar el boxeo, la gente necesita del boxeo para así ver el talento, varios valores que quedaron truncados”, remarcó Rubén Condorí.
Por su parte, Víctor Hugo Paz, otro gran exponente del boxeo salteño, fue campeón argentino y sudamericano y aspirante al título mundial de los livianos junior (perdió en Salta con el coreano Yong Soo Choi), opinó:
“Está muy alicaído el nivel, no solo provincial, sino nacional e incluso internacional, pero seguramente van saliendo figuras. Acá en Salta, si bien es cierto que se trabaja en el boxeo, se respira y transpira boxeo, los que están a cargo, en las escuelas municipales de box, no se pusieron guantes ni para invierno y están a cargo de las escuelas municipales. Ellos les dan unos pesos a los profesores y el resto queda en el camino, se ve más por el interés propio que por el interés del boxeador. Nombrame un boxeador salteño que lo hayan acompañado en la carrera profesional, hacen los festivales y nunca salen figuras y si salen no los apoyan”, sostuvo Paz, quien, además, agregó: “Se llenaron los bolsillos los que nunca se subieron a un ring, ahora son pseudos dirigentes”. 
Justamente, Rubén Condorí también dio su perspectiva de las escuelas municipales de box: “Las escuelas sirven para sacar valores pero no hay peleas, no hay continuidad, en el 70 y 80 al menos había cuatro festivales por mes, había que estar todo los días entrenando y guanteando”.
Condorí, quien en julio de 1986 peleó por el título del mundo CMB (supermosca) con el mexicano Gilberto Román recordó sus inicios y su carrera.
“Me inicié a los 14 y guanteé hasta los 48 años. Fui campeón argentino, sudamericano y peleé por el título mundial supermosca en el Delmi, pero mi primera casa fue el Salta Club. Peleé con grande boxeadores, había que estar bien físicamente y mentalmente. Le di mucha dedicación al boxeo, en esos tiempos los promotores y el técnico eran claves, más el aliento de la gente. Tengo que agradecerle a Dios, mi padre, por el talento que me dio porque uno nace con el talento, a algunos se les despierta más temprano a otros más tarde pero siempre sale, tiene que explotar en cualquier momento”.
Por su parte, El Gauchito Paz también relató su recorrido y nombró a los grande personajes que lo acompañaron. 
“Mis inicios fueron en el año 1985 en el mítico Salta Club, estoy muy agradecido con Miguel Ángel Herrera, quien es el que me permitió entrenar de la mano de Lorenzo Tapia, mi primer técnico. Empezamos a transitar un lindo camino en lo deportivo, en 1990 me fui a vivir a Buenos Aires donde transcurrió gran parte de mi carrera, tuve como entrenador a el Gallego Pradeiro, para mí un orgullo ya que fue técnico de Víctor Galíndez. Con Pradeiro en 1998 fuimos a Los Ángeles y estuvo en mi rincón, nada más ni nada menos que Rafael García, quien luego le vendaba las manos a Mayweather. Son recuerdos inolvidables para mí”, dijo.
 

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