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“Dejo esta canción que nació en tiempos de cuarentena, extrañando a los amigos y agradezco a mis hermanos de la vida y músicos en el escenario: Lucas Ceraso, Diego Pietri, Marcos Lucentti y Seba Rubiolo, que desde sus casas pusieron lo mejor para poder comunicarnos con ustedes a través de la música. Un poco de alegría es lo que intentamos llevar a sus hogares. Por último, Franco Olivetta gracias por ayudarme, siempre presente amigo. La frutilla del postre... gran sorpresa: el video que me envió Doña Jovita y con el cual cerramos la chacarera”, señaló el solista Facundo Toro.
La Chacarera del Silencio pertenece a La Moro, Lucas Ceraso y Facundo Toro.
Hace unos días, falleció Beatriz Cristina Sigaudi (69 años), mamá de Facundo quien dijo “Siento una extraña tristeza, porque ya no sufre más. Hablando con mi papá me decía que ella ya está bien en otro lugar, que esa energía iba a abrirme puertas para que nos ilumine un nuevo sol”.
Facundo es el segundo de seis hermanos, que en su mayoría heredaron el talento de la música y el canto. Sin dudas, la sangre del prestigioso Daniel Toro caló hondo en su árbol geneológico. Este cantor saltó a la fama a fines de la década del 60, y su voz marcó una importante época del folclore nacional.
Claudio es el nombre del hijo mayor, un baladista que atrapa en cada una de sus melodías. Luego, llegó Facundo, con una carrera consolidada en la música popular. Carlos (tercero) tuvo su pico máximo con el trío Gualicho, que gusta mucho entre los amantes de este género. Isabel (cuarta) quizás jamás se sintió atraída por la música, pero disfrutó y disfruta de los logros familiares; se inclinó por la abogacía y hoy ejerce en nuestra provincia. Como si esto resultara poco, Daniela (quinta) es amante de la música lírica, su voz soprano se escucha a menudo en la provincia de Córdoba, donde está radicada desde hace bastante tiempo. También se involucra en el folclore, con una propuesta fresca. Finalmente, arribó Miguel: el “benjamín” de la familia. Con dedos mágicos para la guitarra, el joven, desde hace algunos meses, empezó a abrirse camino como solista.
Retornando, Facundo lleva más de dos décadas desparramando su talento en el folclore, y claramente se ganó un lugar de privilegio en el circuito. Córdoba es su lugar de residencia, donde afronta distintos compromisos laborales.
Algunos aseguran que la carrera de Facundo comenzó en 1994 cuando resultó revelación en el Festi-Front, en Bolivia. Anteriormente, había grabado con su padre, Daniel Toro, a los seis años de edad, y lo acompañó desde la infancia haciendo voces y coro en giras por el país y el exterior.
Los Nombradores
Desde hace más de una década, Facundo, junto al dúo Nacho y Daniel, echaron a volar la propuesta musical Los Nombradores del Alba, que tiene un apego en el territorio nacional.
Aquella fórmula alguna vez lograda por el nombrador: Daniel Toro y Los Cantores del Alba, renació en las voces de Facundo, Nacho Prado y Daniel Campos (hijo de Tutú).
Corría el año 2009 cuando estos cantores decidieron juntarse a compartir acordes y letras más allá de aquellas guitarreadas esporádicas donde eventualmente se encontraban. Así comenzaría un proyecto musical que se prolongó en el tiempo.
Tanto Prado, como Campos y Toro son herederos de la historia musical del país, ya que mamaron desde sus senos familiares acordes y melodías hasta que decidieron dar vida a: Los Nombradores del Alba.