Ya sea en las primeras horas de la mañana o con el sol otoñal de la tarde, las plazas de Salta tienen un encanto único. Con árboles centenarios, rosales y jazmines, que se mezclan con obras de arte al aire libre, estos espacios verdes se convierten en los escenarios elegidos para turistas y salteños.
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Ya sea en las primeras horas de la mañana o con el sol otoñal de la tarde, las plazas de Salta tienen un encanto único. Con árboles centenarios, rosales y jazmines, que se mezclan con obras de arte al aire libre, estos espacios verdes se convierten en los escenarios elegidos para turistas y salteños.
Cargadas de historias, envueltas de un colonial, otras con edificios contemporáneos o vinculadas al espacio político que las vio nacer y las rodea, las plazas de la zona centro de la ciudad de Salta son espacios para recorrer y disfrutar.
La plaza 9 de Julio es un sitio cotidiano para los salteños. Muchos la recorren sin saber demasiado de su historia y su riqueza artística. Otros, quedan encantados por sus árboles gigantes, el verde, los bebederos, la fuente y la escultura central, que se presenta como el monumento a Arenales, sin dar más detalles.
Buscando conocer su riqueza, y acompañados por Gabriel Miremont, museólogo y secretario de Cultura de la Ciudad de Salta, recorrimos estos lugares.
La primera parada fue en la plaza 9 de Julio. Allí está la estatua que reivindica a José Antonio Álvarez de Arenales, un militar argentino de origen español que luchó en las guerras por la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Chile y Perú. El 1 de enero de 1824 fue nombrado gobernador de Salta. Falleció en 1831. En mayo de 1959 sus restos fueron depositados en el Panteón de las Glorias del Norte.
“Es una de las plazas más elogiadas del país, ya sea por su forestación o por el escenario que la rodea con edificios históricos con las recovas coloniales. Este resabio de la arquitectura colonial del siglo XVII y sigue siendo un ejemplo de cómo se debían fundar las ciudades en América, con el Cabildo y la Iglesia Matriz. Alrededor se ubican el Museo de Alta Montaña, el Centro Cultural América y el Teatro Provincial”, detalló Miremont.
El museólogo destacó la gran riqueza que ostenta la plaza con una serie de obras de arte. La más grande de ellas es el monumento a Arenales con la figura de 14 mujeres al pie. “Estas catorce mujeres representan a las 14 provincias que existían en ese momento. Este monumento se colocó en el 1900, reemplazando a la antigua pirámide escalonada que marcaba el punto fundacional de Salta”, contó Gabriel, quien sumó al listado de obras magnificas la fuente de agua que se ubica sobre el lateral de la calle Mitre.
En 1910 el intendente Agustín Usandivaras decretó la instalación de una fuente de agua en el extremo sur de la plaza y de esculturas de bronce, que fueron diseminadas por todo el parque y que eran de origen francés. “Esto se convierte en un museo al aire libre. La fuente es una obra de los talleres de Val Dome, lo mismo que a copia del Niño de la Espina que se ubica sobre calle Caseros”, detalló.
El Niño de la Espina, Spinario o Fedele es una estatua de bronce helenística, que data de alrededor del siglo I AC, que se exhibe en los Museos Capitolinos de Roma. Representa a un muchacho sentado mientras se quita una espina de la planta del pie izquierdo. Se cree que el Niño de la Espina se creó a partir de dos estatuas que se ensamblaron en el siglo I, un cuerpo helenístico y una cabeza posterior, ya que el pelo en lugar de caer sobre el cuello permanece en la posición que correspondería a una estatua que estuviera de pie. La obra de la plaza 9 de Julio está hecha en hierro fundido, al igual que los copones de flores y las estatuas de niños corriendo de la calle Mitre.
Los bebederos tienen otra historia. Son obras de un artista italiano que en los años ‘30 produjo una serie de obras, muchas de ellas ubicadas en el parque San Martín. “Son parte de la vida social de Salta, son espacios vividos por la gente”, expresó Gabriel.
Los forestación de la plaza 9 de Julio es otra riqueza única que se puede ver sobre las veredas, que están decoradas de naranjas ácidas. En su interior, los árboles centenarios que se llenan de flores en primavera expanden un perfume único y especial.
La historia que la rodea va de la mano con el crecimiento de la Ciudad de Salta. En sus primeros años, luego de la fundación, esta plaza era el parador de las carretas y en su centro, donde hoy se levanta el monumento a Arenales, había un aljibe que abastecía a los pocos pobladores de aquellos primeros años. Con la construcción del Cabildo, la ciudad comenzó a tener un orden político y este espacio que hoy disfrutan de recorrer los salteños y turistas fue tomando otro perfil, más relacionado con la vida social.
La plaza Belgrano o “Junio”
La esquina de Belgrano y Balcarce, una esquina con historia. Ahí fue herido Martín Miguel de Güemes, cuando la plaza aún no existía y la avenida Belgrano era un barranco, por el que corrían las aguas de las lluvias. El 7 de junio de 1821 fue la fecha trágica para los salteños y su lucha por la Independencia. Hoy, la plaza Belgrano recuerda esa esquina con una placa de bronce. En el centro se levanta la estatua de Manuel Belgrano( 3 de junio de 1770 - 20 de junio de 1820). “Si uno lo piensa esta plaza debería ser la plaza Junio”, reflexionó Gabriel Miremont.
Este punto de la ciudad también cuenta con una fuente de agua que por ahora no está funcionando y se rodea de edificios contemporáneos como el Palacio de Usandivaras, que data de 1913, que perteneció a Félix Usandivaras, quien ejerció importantes cargos públicos como concejal, intendente municipal y luego presidente del Senado. Hoy allí funciona un hotel. Sobre la calle Güemes se levanta la sede de la Policía de la Provincia, además de edificios más modernos, como los las torres de vidrios donde funcionan algunas sedes bancarias.
La plaza Güemes o de la Legislatura
“Esta es una plaza extraña porque si bien tiene el nombre de Güemes no tiene ningún monumento al héroe sino al fundador de Salta, Hernando de Lerma, que no tuvo un buen final en España luego de la conquista”, recordó Gabriel Miremont.
Esta espacio comparte la misma impronta que el resto de los espacios verdes de Salta, donde coexiste una gran mezcla de árboles. “Victoria Ocampo solía decir que en la naturaleza todo queda bien. No hay mezclas feas y esta plaza es un ejemplo de esta gran mezcla de la naturaleza, con palmeras, pinos y araucarias, Incluso algunas moreras”, detalló el museólogo.
La mayoría la conoce como la plaza de la Legislatura, y también se la reconoce por el tradicional café de Los Tribunales, sobre la esquina de Mitre y Rivadavia y frente a la estación de servicio del Automóvil Club Argentino (ACA). Un edificio de los 40, muy emblemático similar a un chalet californiano.
“El ACA se ganó un espacio aquí junto a la Legislatura, que además ofrece una arquitectura de eclecticismo italianizante, con dos leones fundidos en el ingreso. Esto fue mandado a construir por Gabriel Güemes. Tuvo tres arquitectos y se finalizó en 1902. Quizás sea esta la relación que tiene con en nombre de la plaza”, destacó Gabriel y detalló que el centro de la plaza es un mástil, que algunos historiadores sostienen que fue colocado el árbol fundacional de la época de la conquista.
“Esta plaza sigue vive. Acá los sábados se presenta una feria artesanal y juegos infantiles. Esta plaza no es institucional sino comunitaria, donde las familias pueden dar un paseo y los chicos incluso pueden llegar a andar en bicicleta”, analizó.
Llenas de rincones para descubrir, estas plaza céntricas e históricas de Salta ofrecen una verdadera muestra de arte y de forestación, donde disfrutar del verde y la cultura. “Es muy bueno poder descubrir estos lugares y mirar para arriba y ver todo el arte que nos rodea”, sintetizó el secretario de Cultura de la Ciudad de Salta.