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Se generaliza la alarma por los casos de COVID-19 en la frontera

Tras el primer contagio en Mosconi, el intendente Isidro Ruarte decidió volver a fase 1. Este fin de semana en Tartagal retornaron las ferias con gran presencia de vendedores boli vianos..
Miércoles, 17 de junio de 2020 03:02

El notable incremento en los casos de COVID-19 que se vienen registrando en Bolivia, sobre todo en Yacuiba, generalizó la alarma en las localidades fronterizas del departamento San Martín. Allí se focalizaron las medidas preventivas en las últimas horas ante la proyección de un aumento de los casos. Así por ejemplo en Mosconi, donde se detectó el primer caso el pasado domingo, se determinó el retorno a la fase 1, es decir que se restringieron todas las actividades excepto las esenciales, según una resolución del intendente Isidro Ruarte.

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El notable incremento en los casos de COVID-19 que se vienen registrando en Bolivia, sobre todo en Yacuiba, generalizó la alarma en las localidades fronterizas del departamento San Martín. Allí se focalizaron las medidas preventivas en las últimas horas ante la proyección de un aumento de los casos. Así por ejemplo en Mosconi, donde se detectó el primer caso el pasado domingo, se determinó el retorno a la fase 1, es decir que se restringieron todas las actividades excepto las esenciales, según una resolución del intendente Isidro Ruarte.

En tanto, en Tartagal, miles de personas se apiñaron el fin de semana en la feria de la plaza Moto Méndez. La aglomeración no observó el distanciamiento social necesario y muchos vecinos se alarmaron porque había mucha gente que vino desde Bolivia a instalar sus puestos.

En la mayoría de los casos no respetaron el distanciamiento social ni el protocolo preventivo en esa plazoleta, ubicada en la salida norte de la ciudad. Allí, particulares, monotributistas y cuentapropistas venden ropa, calzados y todo tipo de mercaderías usadas o de segunda mano.

Es una suerte de feria de las clásicas que se ven en la ciudad de Salta, pero que funciona en un espacio abierto, al mejor estilo mercado persa, donde es posible encontrar todo tipo de indumentaria usada. También hay puestos de choripanes y donde se puede tomar una merienda al paso.

Si bien los puesteros trataron de mantener las medidas, como permanecer con barbijo o tener siempre a mano alcohol en gel, la gran cantidad de gente que se acercó al lugar, en una jornada prácticamente primaveral como fue el domingo pasado, desnudó las falencias en cuanto a los controles de las fuerzas de seguridad.

Puesteros extranjeros

Pero además de eso, los propios feriantes se mostraron muy preocupados porque a la feria, que ocupa un amplísimo predio, se sumaron no menos de cien vendedores provenientes de San José de Pocitos y de Yacuiba, localidades donde la situación por la pandemia es totalmente preocupante ya que en las últimas horas se confirmaron 14 nuevos casos, sumando así 42 en total.

Es que la realidad de la pandemia en el país hermano puso en alerta a los propios tartagalenses, quienes insistieron ante la comuna para poder instalar sus puestos como antes, a lo que las autoridades municipales accedieron siempre y cuando se respeten las normativas en cuanto al distanciamiento social vigente.

Una mujer, conocida vecina de Tartagal que tiene otro trabajo y vende ropa de vestir y de cama usada para yapar su jornal, explicó que "había mucha gente que vino de Bolivia a vender, al punto que había una chica que se decía representante de ese grupo, que era claramente boliviana que andaba por toda la feria verificando nadie sabe qué cosas".

 

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