Brisa Belén del Milagro Tejerina (20), es una joven salteña que sabe lo que es luchar y lo que significa esforzarse. Desde los primeros meses de vida, a causa de un terrible incendio, tuvo que superar pruebas de toda índole que fortalecieron no solo su voluntad, sino también su espíritu. Tanto, que estuvo en lo más alto del podio del atletismo nacional y provincial adaptado en más de una oportunidad, y también ganó muchos amigos y gente que la admira.
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Brisa Belén del Milagro Tejerina (20), es una joven salteña que sabe lo que es luchar y lo que significa esforzarse. Desde los primeros meses de vida, a causa de un terrible incendio, tuvo que superar pruebas de toda índole que fortalecieron no solo su voluntad, sino también su espíritu. Tanto, que estuvo en lo más alto del podio del atletismo nacional y provincial adaptado en más de una oportunidad, y también ganó muchos amigos y gente que la admira.
Tiene pasión por los deportes y se ha dedicado de lleno al lanzamiento de bala, carrera de velocidad y natación. Como a todos los argentinos, la cuarentena a causa de la pandemia de coronavirus afectó su vida cotidiana y limitó sus prácticas. Sin embargo, recibe clases por zoom, para no perder el ritmo.
En diálogo con El Tribuno, la joven deportista contó: “En mi casa sigo entrenando, aunque de verdad extraño las pistas. El profesor Omar Cruz, del Legado Güemes, nos da clases de gimnasia por zoom y así estamos pasando la cuarentena”.
Las llamas que hace casi dos décadas afectaron gran parte de su cuerpo, no lograron consumir sus ganas de vivir ni acallaron sus sueños. Brisa cursa el tercer año del secundario en un colegio de la capital y asegura que continuará capacitándose, porque quiere ser profesora de Educación Física y Deportes Especiales. “Me gusta la docencia. En San Pedro, cuando el profesor tenía que hacer algo, yo me quedaba a cargo de los chicos”, recordó con entusiasmo.
Su preparación en tiempos normales es intensa. Ella vive en barrio Fraternidad, en zona sudeste, y cuenta que tiene que tomar dos colectivos para llegar a sus prácticas en el Legado Güemes, ubicado en otro extremo de la ciudad. Hay días que viaja menos, ya que lo hace en el estadio Padre Martearena.
Brisa es entusiasta, positiva, dicharachera y extrovertida. Le sobran energías. Esta postura frente a la vida es el resultado de su fortaleza espiritual y del acompañamiento incondicional de sus abuelos, a quien llama cariñosamente papi y mami. Porque de hecho lo son. Su “papi” antes de fallecer hace unos tres años, era su fiel compañero, su compinche. “Lo amé y lo amo tanto, que hasta le puse una medalla que gané junto a él y la llevó en su cajón. Se llamaba Roberto”, recordó Brisa, quien también trabaja en la Secretaría de Deportes de la comuna capitalina.
Su mami, Mirta Corbalán, es sin lugar a dudas su guía, su apoyo y de ella heredó sus ganas de vivir y de luchar. Le enseñó a no tener miedo y a superar los complejos y el qué dirán. “Siempre con la frente en alto, mi hijita”, asegura que le repitió siempre, desde niña.
Su vida cotidiana la alterna con controles de por vida en el hospital Garraham, de Buenos Aires. Ella los realiza con naturalidad y periódicamente desde que obtuvo el alta ambulatoria, desde muy chiquita.
Brisa fue creciendo entre Buenos Aires, por cuestiones médicas; San Pedro de Jujuy, por razones laborales de su familia, y en su Salta natal. En esta última ciudad reside de forma permanente desde hace tres años, pero si hay algo que añora de la vecina provincia es la actividad deportiva que allí se desarrolla.
“En Salta hay muy pocas actividades en cuanto a los deportes especiales, se nota además escaso acompañamiento de la familia. Debería ser mucho mayor que en San Pedro, por ser una provincia tan grande e importante, pero lamentablemente no lo es. Falta alegría, entusiasmo y acompañamiento de los padres. Tal vez, la cosa cambie por el bienestar de los chicos”, contó Mirta.
Brisa, desde que comenzó su carrera deportiva hace más de cinco años, no paró de ganar en lanzamiento de bala, carrera de 200 y 150 metros, entre otras disciplinas. Viajó a diferentes puntos del país para competir. Sus mayores logros los alcanzó en Chaco, en 2018, donde obtuvo una medalla de oro en carrera de 200 metros y de plata en lanzamiento de bala. "Por otra parte estoy participando en Miss Belleza Nacional, aquí en Salta la Linda, y quiero hacer modelaje", resaltó la salteña.
Por estos días solo piensa en volver a la pistas de atletismo, en terminar el secundario y volcarse definitivamente a su pasión, el deporte, a través de una carrera profesional. Y no hay dudas que lo logrará.