El doctor Marcelo Caro, subgerente del hospital San Vicente Paúl, de Orán, junto al equipo de trabajo del área de servicios desarrollaron un modelo ya probado en otros países y que actualmente se usa incluso en otros ámbitos para descontaminar ambientes.
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El doctor Marcelo Caro, subgerente del hospital San Vicente Paúl, de Orán, junto al equipo de trabajo del área de servicios desarrollaron un modelo ya probado en otros países y que actualmente se usa incluso en otros ámbitos para descontaminar ambientes.
Estudios recientes han demostrado que la radiación de onda corta ultravioleta es capaz de eliminar los virus COVID-19, MERS y SARS a nivel hospitalario, mejorando así la limpieza del área de cuidados intensivos, las salas de medicina general y hasta las habitaciones individuales.
Desde hace varios años, la luz UV ha sido ampliamente usada para esterilizar pequeños flujos residenciales, así como también grandes flujos en proyectos comerciales e industriales. Pero hoy es un método efectivo para prevenir la propagación de COVID-19 y en países como China ya se están usando sistemas con lámparas UV para prevenir la infección y contribuir como solución práctica en la lucha contra la propagación del virus. Dependiendo de la longitud de onda, el efecto de los rayos UV puede ser más o menos efectivo contra diversos microorganismos al destruir los ácidos nucleicos y el ADN. La lámpara UV desarrollada en el orden local fue puesta ya en funcionamiento en la sala COVID-19 para el cuidado tanto de pacientes como del personal de salud.