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Sahumar en tiempos de pandemia requiere sumar ritos de decretos

Para contrarrestar la mala energía hay que escribir en un papel todo lo negativo y quemarlo. Luego escribir las intenciones por cumplir y guardarlas hasta el próximo 1 de agosto. 
Viernes, 31 de julio de 2020 11:01

 

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María de los Ángeles Rojas
espectaculos@eltribuno .com.ar

“Antes de meditar, hacer yoga o algún ritual. Después de una discusión. Al adquirir artículos de segunda mano. Al empezar un nuevo trabajo, proyecto o negocio. Durante y después de un resfriado. Antes y después de recibir visitas. Antes de dormir y al despertar. Durante la luna nueva o la luna llena. Cuando la energía se sienta pesada”. Circula por Facebook una imagen con este escrito que indica que son más de las que sospecharíamos las oportunidades para sahumar. 
En Salta emparentamos esta práctica con el 1 de Agosto, cuando la ciudad ofrece un aspecto extremadamente contaminado. Pero esa concentración de partículas pequeñas y suspendidas en el aire no proviene de usinas fabriles, sino de sahúmos. 
En un nivel sutil estos son constelaciones vegetales que regulan los campos electromagnéticos de los espacios físicos, por ello resultan ideales para realizar limpiezas, armonizaciones y activaciones. 
Este 2020, año de cuarentena, de pandemia, de crisis económica generalizada, tan amenazante por sus implicancias de exterminio y devastación, generó un egregor singular que propiciará, tal vez, que más personas se adhieran a esta costumbre ancestral. 
Silvina Benegas, de El Solar de Silvina, comentó a El Tribuno que para este año lo indicado es combinar varios ritos: el sahúmo, la bebida de caña con ruda, la declaración de decretos y el ramo de especias detrás de la puerta.


“Uno tiene que sahumar cuando siente el ambiente muy pesado, cuando no hay armonía en la casa, cuando sentís que se te traban las cosas”, precisó Benegas, quien añadió que la mezcla de incienso, mirra, benjuí y sándalo armoniza todos los lugares en los que haya energía acumulada por estrés o vibraciones ruines. “También destraban los problemas laborales y de salud”, acotó. 
Para sahumar se utilizan gomorresinas como el incienso y la mirra, plantas como el sándalo, flores como la lavanda y bálsamos aromáticos como el benjuí, que se van mezclando para quemarlos. 
Las presentaciones en las santerías son diversas, van desde las bolsitas con ingredientes separados para que el usuario las prepare y las haga arder con carbón vegetal hasta los conjuntos que se adquieren según la intención buscada y que incluyen entre sus compuestos el carbón y por ello se prenden en una hornalla de cocina. 
También se clasifican por intencionalidad. Una defumación completa incluye estoraque, ruda, romero, incienso, mirra, benjuí y alcanfor; un destrabe: almizcle, benjuí, incienso, mirra, romero y ruda; y una limpieza energética: incienso, mirra, romero, ruda y lavanda. 
Por ejemplo, el popular “lava casa” insume once elementos: mirra, lavanda, romero, palo santo, incienso, sándalo, sangre dragón, benjuí, almizcle, amarillo y ruda.
 
El sahúmo

Para iniciar el rito se necesita un cuenco o tinaja de barro o cerámica que aguante la exposición a altas temperaturas u otro recipiente chato que soporte el calor. A estos elementos se les puede agenciar una base de madera para que el calor no queme las superficies donde se los apoye. 
Aunque hay quienes no la necesitan porque usan un sahumador individual con manija. 
Se ponen allí carbones redondos que se consiguen en santerías; sin embargo, Benegas dijo que sirven para la función también los de asado. 
La tradición indica que se ubica una hierba en cada carbón, aunque quienes sahúman con azúcar, tabaco, yerba, canela, copal o palo santo dicen que un solo carbón es suficiente. 
Asimismo a las hierbas que vienen enrolladas se las puede encender sin carbón.
“Incienso, mirra, benjuí y sándalo son los indicados para liberarnos de las ataduras, cambiar las energías, armonizar y abrir todos los caminos. Venimos pasando un año difícil y complicado y vamos a seguir así”, expresó Benegas. 

Los ingredientes

Según la página web BuenaVibra.es el incienso “limpia todas las cargas negativas, transforma lo negativo en positivo y ahuyenta la mala vibra”. Mientras que la mirra “es una gran protección contra la envidia y levanta nuestra energía” y el sándalo resulta “ideal para atraer dinero, estimular la perseverancia y limpiar el ambiente”. 
El sitio World Health Design, por su parte, indica que al benjuí se le asignan numerosas propiedades curativas y terapéuticas. “Se le han atribuido una serie de virtudes para generar un aura de buena energía, alejar todas aquellas energías negativas o que puedan causar un efecto negativo en nosotros, atraer la buena suerte y generar la buena salud”, instruye. 
Según Benegas, para sahumar se inicia desde adentro hacia afuera del local o de la casa y “se va decretando mentalmente paz, tranquilidad, armonía, salud y bienestar para toda la familia”. 


Tener fe

Agregó que además de sahumar siguiendo las mencionadas instrucciones el efecto también depende de la fe y energía de quien lleve el sahumador. Por ello, sugirió prender una vela blanca, cuya función es absorber todos los ánimos que ha limpiado y armonizado a su paso la quema de elementos y dejarla encendida hasta que se agote.
“En el momento de sahumar hay que poner la fe en algo: ya sea aferrarse a orar, a meditar, cada uno tiene su creencia y es momento de fortalecernos nosotros para pasar esta crisis”, advirtió Benegas. 
En internet figura la oración anónima que muchas personas leen en voz alta o rezan de memoria en su interior mientras pasan por los diferentes ambientes con el sahumador. “Que tus manos vayan limpias, para que puedan crear cosas hermosas. Que tus pies vayan limpios, para que puedan llevarte adonde necesites estar. Que tu corazón vaya limpio, para que puedas escuchar sus mensajes claramente. Que tu garganta vaya limpia, para que digas palabras justas cuando se necesite. Que tus ojos vayan limpios, para que puedas ver las señales y maravillas de este mundo. Que esta persona y espacio vayan limpios por el humo de estas fragantes plantas. Y que ese mismo humo lleve nuestras oraciones como una espiral hacia los cielos”. 

Los signos 

Muchas veces ocurren imprevistos durante la preparación, el encendido o el tránsito del sahúmo que no deben ignorarse, según Benegas.
“Cuando revienta el carbón en distintos lugares o cuando el carbón no prende o el sahumerio se apaga automáticamente, siempre tiene que ver con que hay una energía mucho más pesada que la normal. Entonces ahí tenemos que revertirla: volvemos a prender el carbón y seguimos insistiendo hasta que el carbón salga perfectamente bien”, afirmó. El paso del sahumador también tiene sus secretos. “En las esquinas de las habitaciones hay que hacerlo en forma de cruz. En la casa abrir las puertas y ventanas, los placares, sahumar arriba de la cama e ir rezando o decretando lo que uno quiere. También es bueno sahumar el auto”, describió Benegas. Tampoco se deben olvidar los rincones, por debajo de las mesas y pasar especialmente dentro de los placares, cajones o lugares donde se presienta que se puede haber estancado la energía.
“Una vez finalizado el rito, cuando la vela blanca se consuma y el sahumador se apague hay que ponerlos en una bolsa de basura y sacarla de la casa o el negocio”, dijo Benegas. Añadió que se debe tomar caña con ruda “para purificarse espiritualmente y limpiar el interior”.


También recomendó poner el ramo mágico, que “es ideal para quienes no quieren hacer humo ni sahumar”. El ramo se compone de romero, ruda, lavanda, laurel, eucalipto e incienso. “Hay que colgarlo en la puerta, en la parte de adentro, boca abajo. Esos ingredientes se van a ir secando y cuando lo hagan hay que quemarlo”, indicó. Por último, hacer decretos en una hoja de papel blanco. “Todo lo malo que pasó desde el inicio del año hasta la fecha escribirlo en un papel. ‘Estoy negativa, estoy con mucha angustia, siento envidia a mi alrededor’ y quemar ese papel en el sahumerio. Luego escribir los objetivos de acá a fin de año y guardarlo hasta el 1 de agosto del año que viene”, concluyó. 

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