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En los comercios de barrio, la gente compra solo lo esencial

Vendedores aseguran que bajó el consumo: se buscan productos y alimentos para el día. Cayó la venta de gaseosas y alcohol, mientras se sostiene la búsqueda de fideos y arroz.
Miércoles, 12 de agosto de 2020 00:57

En una recorrida por mercaditos y quioscos de las zonas sur y sudeste, vendedores comentaron a El Tribuno que las ventas cayeron mucho y relataron que la gente compra solo lo indispensable para el día. Advirtieron que, sobre todo, bajó el consumo de gaseosas y alcohol, entre otros productos no esenciales.

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En una recorrida por mercaditos y quioscos de las zonas sur y sudeste, vendedores comentaron a El Tribuno que las ventas cayeron mucho y relataron que la gente compra solo lo indispensable para el día. Advirtieron que, sobre todo, bajó el consumo de gaseosas y alcohol, entre otros productos no esenciales.

Algunos comerciantes contaron que les fían a sus clientes de confianza y otros lamentaron que no tienen margen para hacerlo, ya que necesitan volver a hacer las compras para el día o la semana siguiente.

En una verdulería, anotan los fiados en el celular y borran los nombres de sus vecinos a medida que cancelan las deudas. "La gente piensa bien qué verduras va a comprar y siempre elige lo que es más económico por ser de temporada", relató una mujer. "Quizás hace la compra de la semana y calcula bien", agregó su compañero.

Otro verdulero coincidió en la observación: "Llevan lo básico nomás".

En una pollería, contaron que venden lo del día y explicaron que muchos vecinos optan por ir a buscar carne a los supermercados cercanos para poder pagar con tarjeta de crédito, una posibilidad que ellos no ofrecen.

En una carnicería, había solo un cliente poco antes del mediodía. El encargado dijo que todo está "muy tranquilo", señalando con la mano un salón casi desierto. Confesó que le fía solo a los más conocidos.

En un mercadito, aseguraron que las ventas cayeron mucho en comparación con la situación prepandemia.

"Bajó el consumo de gaseosas y alcohol, sobre todo", explicó el dueño y comentó que la gente lleva alimentos esenciales, como fideos y arroz. En un archivo Excel, en su computadora, anota los nombres de quienes le piden fiado.

Tarjeta alimentaria

Una comerciante, que abrió su local poco antes de la pandemia, reveló que vende más cuando a sus clientes les cargan la tarjeta Alimentar y que luego, el resto del mes, las ventas caen.

El programa de asistencia alimentaria se implementó en los primeros meses de gestión del Gobierno nacional, como una forma de paliar la crisis socioeconómica que venía de la gestión anterior. Este forma parte del plan "Argentina contra el Hambre" y busca garantizar "el derecho a la alimentación de las familias más vulnerables del país".

El monto en la tarjeta es de 4 mil pesos para familias con un hijo de hasta seis años de edad o con discapacidad y para quienes perciben asignación por embarazo. El monto sube a 6 mil pesos en el caso de familias que tienen más de un hijo de hasta seis años de edad o con discapacidad.

Durante el mes, la vendedora anota en papelitos lo que llevan sus clientas y los guarda junto a las tarjetas de cada una de ellas. Cuando se les acredita el subsidio, ella les descuenta lo que llevaron y se las devuelve. De esa manera, sus clientas pueden pedir fiado y ella se asegura de cobrarlo.

La mujer contó que las últimas semanas tuvo más competencia por el aumento de vendedores informales de alimentos y productos de higiene y limpieza que se apostan en los espacios verdes del barrio, sobre todo los fines de semana. "Confiamos en que la situación va a mejorar", comentó esperanzada.

En el NOA, más fiado

Uno de cada cinco hogares en el NOA tuvo que recurrir a un préstamo o fiado para comprar alimentos. Este es un resultado de la segunda encuesta de percepción y actitudes de la población, llevada adelante por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hace tres semanas en todo el país.

Según el relevamiento, a nivel nacional, el 15 por ciento de los hogares tuvo que pedir un préstamo o fiado para comprar alimentos. Esta cifra aumenta al 25 por ciento en barrios populares y al 22 por ciento entre titulares de la asignación universal por hijo (AUH).

El NOA tiene el porcentaje más alto entre las regiones.

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