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Cerdo, que te quiero cerdo

Lunes, 31 de agosto de 2020 01:53

El Gobierno de Salta puso en la mesa las mejores cartas que tiene la provincia para albergar –aunque sea- una de las megagranjas de producción de carne porcina que China negocia instalar en la Argentina. Producción de maíz, tierra disponible, proximidad con los puertos chilenos sobre el océano Pacífico, industria accesoria necesaria y la voluntad política e interés de algunos empresarios, son parte del paquete que el Ministerio de la Producción y Desarrollo Sustentable provincial presentó a la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería para que Salta entre en el grupo de provincias que pujan por lo mismo.

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El Gobierno de Salta puso en la mesa las mejores cartas que tiene la provincia para albergar –aunque sea- una de las megagranjas de producción de carne porcina que China negocia instalar en la Argentina. Producción de maíz, tierra disponible, proximidad con los puertos chilenos sobre el océano Pacífico, industria accesoria necesaria y la voluntad política e interés de algunos empresarios, son parte del paquete que el Ministerio de la Producción y Desarrollo Sustentable provincial presentó a la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería para que Salta entre en el grupo de provincias que pujan por lo mismo.

El proyecto viene cargado de inversión y críticas casi en la misma proporción, sin embargo, y aunque el Gobierno argentino aún no lo dice frontalmente, la firma de un memorándum de entendimiento con la República Popular China es una decisión prácticamente sin vuelta atrás. Ahora las negociaciones se centran en definir cómo se hará, quiénes y cuánto invertirán, cómo serán los protocolos de producción y cuidado del medio ambiente, y lo que más preocupa a las provincias, dónde se instalarán las granjas.

“Tenemos un enorme potencial en Salta, con activos puntuales muy importantes que nos posicionarían como alternativa de muchísimo interés para radicar algunas de estas granjas, de estos emprendimientos asociativos entre productores chinos y salteños”, evaluó el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín De los Ríos.

¿Cuáles son esos activos? El ministro los enumeró:

  •   Salta tiene materia prima, ya que produce alrededor de 8 millones de toneladas de maíz, que pueden utilizarse para generar 900.000 toneladas de carne de cerdo. Además, la condición impuesta por China es que la zona donde se vaya a radicar una granja disponga de al menos 17.000 hectáreas para el cultivo de maíz y soja. Salta tiene bajo cultivo de maíz al menos 280 mil hectáreas y unas 400 mil para la oleaginosa. 
  •    En la provincia existe una industria accesoria disponible: fábrica de balanceados y amplias posibilidades para la instalación de frigoríficos para faenar carne de exportación.
  •  La salida al océano Pacífico (a través de puerto Angamos, junto al de Mejillones en Chile), como un camino mucho más corto que la salida por Buenos Aires para transportar la producción hasta China. “Habría una logística de exportación de menos días de frío interesante para llegar a este gigante asiático por el Pacífico”, marcó el funcionario. De los Ríos también aseguró que esa logística “se puede eficientizar aún más, ya que estamos cerca de lograr el acuerdo para el centro multimodal de transferencia de carga en General Güemes, que tendría puerto seco, y se podría consolidar carga allí mismo, además de la pavimentación de la ruta nacional 51” que corre desde la ciudad de Salta hasta el Paso de Sico, en el límite con Chile.
  •     Empresarios locales interesados en participar del esquema de inversión.

Además, el Gobierno de la Provincia impulsa la incorporación de los pequeños productores de carne porcina locales, bajo un esquema que se definiría en consenso con los inversores asiáticos. “Es nuestra voluntad que pueda haber una interacción donde el establecimiento madre pueda sub-actuar con sus laboratorios, que se encuentre con el pequeño productor en alguna logística interconectada, que sea una misma cadena. Y así obtener la misma calidad de producto en una integración virtuosa que puede incluir a un productor de 5 mil o de 12 mil hembras y también a uno de 100 o 200”, ejemplificó el funcionario provincial.

“Insisto: tenemos toda la materia prima, tenemos la cadena de pequeños productores que podemos incorporarlos, tenemos condiciones sanitarias muy buenas, tenemos salida por el Pacífico y nosotros como Gobierno de Salta estamos ofreciendo nuestros activos para ser parte de estas potenciales inversiones”, reafirmó.


Según el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable aún faltan muchas definiciones. Por ejemplo, sobre la localización de la mega-granja existen varias posibilidades. Una podría ser la zona de General Güemes, favorecida por el cruce de rutas y, si se instala el puerto seco en el centro de transferencia de cargas, facilitaría los trámites de exportación. Sin embargo, también el departamento Anta y otras zonas salteñas productoras de granos resultarían interesantes por la proximidad de la materia prima fundamental: el alimento de los animales. 
“Hasta ahora hemos definido a la provincia de Salta como prioridad y finalidad para recibir esta inversión. Luego, con los actores que vayan a participar vamos a encontrar el mejor lugar para un establecimiento de este tipo en términos de logística, de producción de alimentos, de manejo de efluentes, de integración a la cadena productiva”, añadió.
Según las primeras estimaciones del ministerio, una granja de este tipo podría generar unos 9.500 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, en la provincia.

El proyecto millonario

El año pasado, a raíz de una un brote de peste africana (una enfermedad mortal para el animal, muy contagiosa y sin cura), el Gobierno de China debió sacrificar el 40 por ciento de su ganado porcino. La matanza de cerdos hizo que perdiera su stock de carne y se viera obligado a salir al mundo a buscar un lugar para producirla.
Ahí entró en escena la Argentina, donde, por efecto de las sucesivas devaluaciones de la moneda, a China le costará unos 70 centavos de dólar producir un kilo de carne porcina, mientras que en su propio suelo ese costo ronda los 2 dólares.

El proyecto, que el Gobierno nacional mantiene aún bajo varias llaves, incluye una inversión de 4.000 millones de dólares para la instalación de establecimientos de entre 10 mil y 12 mil hembras.  El gigante asiático necesita unas 900.000 toneladas de carne porcina para abastecer a sus consumidores y para llegar a ese volumen se levantarían unas 25 granjas con al menos 300.000 hembras en producción. Toda la producción, según el memorándum de entendimiento que negocian ambos países, irá a China.

Cada granja contará con planta de acopio y acondicionamiento, planta de prensado de soja, planta de balanceado, generación de biodiesel, frigorífico exportador, empaque en contenedores frigoríficos congelados, compostaje, peleteado, biodigestión con co-generación eléctrica y procesos sin laguna de efluentes. Casi casi un gran laboratorio porcino de ciclo completo.

Para radicar semejante infraestructura, la propuesta china es un esquema de inversión 70/30, es decir, 70 por ciento estará a cargo de inversores asiáticos y el resto a cargo de sus contrapartes argentinos. El agente financiero sería el banco chino ICBC.

Para muchos, esto transformará el panorama del sector porcino nacional. Y por ello hay quienes miran con recelo y objeciones al proyecto, con argumentos que van desde posibles riesgos ambientales (por los efluentes y emisión de gases de efecto invernadero), sanitarios (surgimiento de nuevas enfermedades, incluso transmisibles a los humanos) y de bienestar animal, hasta el riesgo del mercado local ante algún imprevisto en el acuerdo con China que haga que esa producción deba quedar en Argentina.

En diálogo con El Tribuno, De los Ríos fue insistente en marcar que el acuerdo que negocian ambas partes incluye “estrictas condiciones de manejo de efluentes, en el aspecto ambiental, la cuestión sanitaria y el bienestar animal”. Y que “se trata de un proyecto de producción para exportación”.

Sobre los pasos que siguen, De los Ríos explicó que en dos semanas mantendrá una nueva reunión con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Jorge Neme (mano derecha del canciller Felipe Solá), “para avanzar en varias cuestiones, pero sobre todo en lo que hace al financiamiento y los plazos”.
Son varias las provincias que están interesadas en la radicación de estas granjas y participan en los encuentros en la Cancillería. En ese grupo están Jujuy, Tucumán, Chaco, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca, y, claro, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, que según de fuentes cercanas al Palacio San Martín, son las que corren con más ventajas.

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