¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Oro, dólares y bananas

Sabado, 05 de septiembre de 2020 00:00

A mediados de agosto los gendarmes detuvieron la marcha de un camión con semirremolque de bandera paraguaya que transportaba bananas, proveniente de Asunción y con destino Buenos Aires. Cerca de dos millones de pesos, más de un millón y medio de guaraníes, un lingote de oro y dólares fueron secuestrados. En el rubro frutihortícola es normal que un camión lleve mercadería y vuelva con valores. Por el cobro de la mercadería descargada, claro. Pero de ida con ambos, valores y mercadería no es normal, al menos en la magnitud del decomiso referido.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

A mediados de agosto los gendarmes detuvieron la marcha de un camión con semirremolque de bandera paraguaya que transportaba bananas, proveniente de Asunción y con destino Buenos Aires. Cerca de dos millones de pesos, más de un millón y medio de guaraníes, un lingote de oro y dólares fueron secuestrados. En el rubro frutihortícola es normal que un camión lleve mercadería y vuelva con valores. Por el cobro de la mercadería descargada, claro. Pero de ida con ambos, valores y mercadería no es normal, al menos en la magnitud del decomiso referido.

¿Qué está sucediendo? La importación de bananas, o de cualquier otra fruta u hortaliza, se paga en dólares oficiales y en algunos rubros, incluso con descuentos sobre la cotización del Banco Nación. El importador acuerda con el vendedor en el otro país que sobrefacture el producto, envase, flete etc, y posteriormente el sobrante de la facturación es remitido al comprador en Argentina por alguna vía sin registro, o depositado en una cuenta en el exterior. Esto se llama "Rulo". Esta última opción (banco) conlleva algunos riesgos, ya que se "blanquea" el monto depositado en el sistema financiero, hoy superauditado e interconectado.

Pero si se envía el "físico", en dólares, oro o cualquier moneda (menos pesos que no los quiere nadie), es más seguro. Hasta que aparecen los gendarmes, claro, y se pierde esa diferencia de facturación. La importación de bananas desplaza en los mercados internos a las que se producen en Salta, Jujuy y Formosa, con un precio de US$10 por caja, que valen U$6 en origen (por ejemplo en Paraguay). Y también se importa desde Brasil, Ecuador y del Chapare Boliviano. Los productores locales, sin apoyo financiero para realizar las inversiones necesarias, no pueden competir.

El "state of the art" exige hoy plantas meristemáticas, riego por goteo, cable carril y un empaque y envases acordes. Muy pocos productores pueden acceder a estas tecnologías.

Salta fue la mayor productora y hoy es superada por Formosa. De 7.000 hectáreas implantadas, hoy no llegamos a la mitad, y estamos más cerca de un tercio. Se perdieron hectáreas y puestos de trabajo permanentes, ya que la banana no tiene estacionalidad y se consume todo el año. La producción "afloja" en los meses fríos y se recupera cuando sube la temperatura, con "golpes" que atoran los mercados y desploman los precios. Cuando escasea, suben los precios y las importaciones se incrementan. Los productores del Norte Grande están en todos los velorios, pero en ninguna fiesta.

En el año 2000 se pudo detener la importación que se hacía desde Ecuador, vía puerto de Valparaíso en Chile, a través de Mendoza y desde allí a toda nuestra extensa geografía. La traba se sustentó en la existencia de plagas en Ecuador, que ponían en peligro la producción local. Una "barrera sanitaria" muy usada en otros países. Duró menos de dos meses, ya que los intermediarios mendocinos argumentaron la pérdida de 5.000 puestos de trabajo en los mercados y el Senasa dio marcha atrás con la medida. En un par de años los puestos de trabajo se perdieron igual, pero en las provincias productoras, las más pobres del país. Hoy no es posible abastecer un porcentaje muy importante del consumo argentino, pero con previsibilidad y apoyo es perfectamente factible. Menos dólares que salen para pagar importaciones, más trabajo en las zonas productoras, parecen una buena propuesta. Sería como tener un plan: abastecer el consumo con producción local. Gradualmente, no de un día para otro. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?

 

 

PUBLICIDAD