“La peluquería está conectada directamente con el arte, necesitás diseñar un corte, en un lapso breve, recurriendo al talento, capacitación y sobrada imaginación”, fueron las primeras palabras de Juan Peñalva, la tercera voz del consagrado conjunto folclórico Canto 4.
Reinventarse es la palabra de moda que llegó con la pandemia del coronavirus. Viene siendo duro el revés para la actividad del arte y la cultura, simplemente porque fue lo primero en cerrar las persianas. En la actualidad se viene reactivando con un estricto protocolo, aunque en la temporada de verano no habrá festivales folclóricos en todo el territorio nacional.
Algunos ya lo llaman el “hombre tijera”, también “manos mágicas”, lo cierto es que el “Gringo” Peñalva no es ningún improvisado y en esta profesión de peluquero, encontró la ayuda económica para paliar los “negros nubarrones”.
Juan, Rodrigo, Iván y Facundo componen la exitosa agrupación de Canto 4, que alcanzó las premiaciones más importantes en el Festival Mayor de Folclore de Cosquín, y el Festival Nacional de Doma y Folclore de Jesús María, ambas convocatorias en la provincia de Córdoba.
No resultó nada fácil para un grupo folclórico con amplio reconocimiento nacional afrontar la extensa cuarentena.
“El último show lo brindamos en la localidad de La Caldera, durante el Festival de la Chicha, a principios del mes de marzo. Fue un éxito, quedó gente sin poder ingresar al predio. Teníamos una agitada agenda para abril, mayo, junio y julio, pero todo quedó en la nada, inlcusive en algunos casos nos habían adelantado el 50 por ciento del cachet. Tuvimos que arreglar con los organizadores. Jamás imaginamos que se dilataría tanto tiempo. De todos modos, se mantiene la incertidumbre en cuanto al futuro de nuestra actividad.
Y se encendieron las redes sociales...
No hacer nada es mucho peor, llegó la hora de generar contenido en las redes sociales. Desde hace algunos años, los artistas utilizamos este método, pero solo para mantener contacto con la gente, y llegar a lugares impensados, sin lograr un rédito económico. Youtube y Spotify son las redes más conocidas, y te brindan la posibilidad de monetizar las reproducciones de los videos, es escaso el ingreso, pero ayuda. Se puso de moda grabar desde casa, nos empapó para amigarnos con la tecnología.
¿Cómo son los recitales vía streaming?
Se empezó a copiar de otros países, sobre todo de Europa. Principalmente se necesita un sitio web y una capacitación acorde a las circunstancias. Un show requiere de: escenario, locación, luces, sonido, sistema cerrado de cámaras, y la gente de plataforma de internet (que se encarga de transmitir el espectáculo). Nada es gratis. Canto 4 cuenta con equipo de 20 personas, además, una persona compra una entrada para un streaming y lo ve acompañado de su familia y amigos. Es difícil generar dinero. Disfrutamos bastante de las actuaciones virtuales, hubo mucha energía.
¿Qué pasó luego?
Llegó el momento de plantearse que hacer para sobrevivir. Por ejemplo Facundo es actor de doblaje, habla en neutro. Participó de algunas películas como extra; también trabajó en publicidades y voz en off. Mis restantes compañeros brindan clases de canto y guitarra por internet.
Tu pasión por la peluquería se transformó en un escape laboral...
Mi mamá Norma “Gringa” Isella (hermana de César) es peluquera. Cuando era niño me queda horas al lado de ella, observando su trabajo. En ese momento me preguntaba como hacía para cortar el pelo sin soltar la tijera ni el peine, que lógicamente es una regla básica de esta profesión. Con los años ya me animé a meter mano. Cuando me radiqué con el grupo en Buenos Aires me compré todos los elementos profesionales de peluquería, y eché a volar mi hobby. Con lo que aprendí de mi madre, sumado a los videos que veía, empecé a trabajar gratis, en los momentos libres, en las cabezas de mis amigos: Mis compañeros del conjunto fueron mis primeros modelos. Comencé a tomar cursos de perfeccionamiento y mis clientes se aumetaron notoriamente, pero siempre sin cobrar ni un centavo. Cuando yo tenía que cortarme el pelo concurría a distintos locales, me encantaba observar y soñar con un gran salón de mi propiedad. Desde hace años me convertí en el peluquero oficial de amigos y familiares. Desde que se inició la cuarentena le puse un número a mi trabajo, me duele pero debo recomponer mi situación, al “chanchito” lo rompimos hace rato.
¿Sentís que esta profesión no pasa simplemente por un corte de pelo?
Totalmente, el peluquero colabora en la autoestima del cliente, conozco muchas historias de personas que tuvieron un giro inesperado en su vida luego de concurrir a un salón. También se crea una complicidad, que lleva al lugar a transformarse en un confesionario. Uno se vuelve consejero y asesor.
¿Tiene rédito económico la peluquería?
Si, solo que la moda cambia de manera permanente, y uno debe perfeccionarse a diario. Son muchos detalles a seguir, como: parada, empuñadura de tijera, manejo del peine, técnica tijera sobre peine, planificación de corte, el uso de navaja, uso correcto de los instrumentos, entre otras cosas. Yo soy muy inquieto, en este tiempo también aprendí a coser. Estoy trabajando en el staff de peluqueros de Carlos Guzmán y Liliana Acuña.
¿Tuviste una mala experiencia?
En mis primeros cortes, con la máquina lo lastimé en la cabeza a Iván Vera.
¿Cómo ves el futuro?
Me apasiona la peluquería, pero mi prioridad siempre será Canto 4, amo la música. Si, sentencio que no descansaré hasta tener mi propio salón. Dejaré alguien de confianza cuando tenga que encarar alguna gira.
¿Tenés contención?
Impresionante, mi novia de fierro: Eugenia; unos viejos fenomenales: Norma y Juan; con hermanos compinches: José, Cristian y Gabriela.
¿También disfrutás de un programa de televisión?
Con Gaby Morales y Benjamín Batista estamos conduciendo “De noche live”, que por Canal 9 Multivisión, los jueves de 21 a 23 (sábado repetición, de 20 a 22). Fue increíble como se enganchó la gente, explotaban las redes sociales en cada programa.
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“La peluquería está conectada directamente con el arte, necesitás diseñar un corte, en un lapso breve, recurriendo al talento, capacitación y sobrada imaginación”, fueron las primeras palabras de Juan Peñalva, la tercera voz del consagrado conjunto folclórico Canto 4.
Reinventarse es la palabra de moda que llegó con la pandemia del coronavirus. Viene siendo duro el revés para la actividad del arte y la cultura, simplemente porque fue lo primero en cerrar las persianas. En la actualidad se viene reactivando con un estricto protocolo, aunque en la temporada de verano no habrá festivales folclóricos en todo el territorio nacional.
Algunos ya lo llaman el “hombre tijera”, también “manos mágicas”, lo cierto es que el “Gringo” Peñalva no es ningún improvisado y en esta profesión de peluquero, encontró la ayuda económica para paliar los “negros nubarrones”.
Juan, Rodrigo, Iván y Facundo componen la exitosa agrupación de Canto 4, que alcanzó las premiaciones más importantes en el Festival Mayor de Folclore de Cosquín, y el Festival Nacional de Doma y Folclore de Jesús María, ambas convocatorias en la provincia de Córdoba.
No resultó nada fácil para un grupo folclórico con amplio reconocimiento nacional afrontar la extensa cuarentena.
“El último show lo brindamos en la localidad de La Caldera, durante el Festival de la Chicha, a principios del mes de marzo. Fue un éxito, quedó gente sin poder ingresar al predio. Teníamos una agitada agenda para abril, mayo, junio y julio, pero todo quedó en la nada, inlcusive en algunos casos nos habían adelantado el 50 por ciento del cachet. Tuvimos que arreglar con los organizadores. Jamás imaginamos que se dilataría tanto tiempo. De todos modos, se mantiene la incertidumbre en cuanto al futuro de nuestra actividad.
Y se encendieron las redes sociales...
No hacer nada es mucho peor, llegó la hora de generar contenido en las redes sociales. Desde hace algunos años, los artistas utilizamos este método, pero solo para mantener contacto con la gente, y llegar a lugares impensados, sin lograr un rédito económico. Youtube y Spotify son las redes más conocidas, y te brindan la posibilidad de monetizar las reproducciones de los videos, es escaso el ingreso, pero ayuda. Se puso de moda grabar desde casa, nos empapó para amigarnos con la tecnología.
¿Cómo son los recitales vía streaming?
Se empezó a copiar de otros países, sobre todo de Europa. Principalmente se necesita un sitio web y una capacitación acorde a las circunstancias. Un show requiere de: escenario, locación, luces, sonido, sistema cerrado de cámaras, y la gente de plataforma de internet (que se encarga de transmitir el espectáculo). Nada es gratis. Canto 4 cuenta con equipo de 20 personas, además, una persona compra una entrada para un streaming y lo ve acompañado de su familia y amigos. Es difícil generar dinero. Disfrutamos bastante de las actuaciones virtuales, hubo mucha energía.
¿Qué pasó luego?
Llegó el momento de plantearse que hacer para sobrevivir. Por ejemplo Facundo es actor de doblaje, habla en neutro. Participó de algunas películas como extra; también trabajó en publicidades y voz en off. Mis restantes compañeros brindan clases de canto y guitarra por internet.
Tu pasión por la peluquería se transformó en un escape laboral...
Mi mamá Norma “Gringa” Isella (hermana de César) es peluquera. Cuando era niño me queda horas al lado de ella, observando su trabajo. En ese momento me preguntaba como hacía para cortar el pelo sin soltar la tijera ni el peine, que lógicamente es una regla básica de esta profesión. Con los años ya me animé a meter mano. Cuando me radiqué con el grupo en Buenos Aires me compré todos los elementos profesionales de peluquería, y eché a volar mi hobby. Con lo que aprendí de mi madre, sumado a los videos que veía, empecé a trabajar gratis, en los momentos libres, en las cabezas de mis amigos: Mis compañeros del conjunto fueron mis primeros modelos. Comencé a tomar cursos de perfeccionamiento y mis clientes se aumetaron notoriamente, pero siempre sin cobrar ni un centavo. Cuando yo tenía que cortarme el pelo concurría a distintos locales, me encantaba observar y soñar con un gran salón de mi propiedad. Desde hace años me convertí en el peluquero oficial de amigos y familiares. Desde que se inició la cuarentena le puse un número a mi trabajo, me duele pero debo recomponer mi situación, al “chanchito” lo rompimos hace rato.
¿Sentís que esta profesión no pasa simplemente por un corte de pelo?
Totalmente, el peluquero colabora en la autoestima del cliente, conozco muchas historias de personas que tuvieron un giro inesperado en su vida luego de concurrir a un salón. También se crea una complicidad, que lleva al lugar a transformarse en un confesionario. Uno se vuelve consejero y asesor.
¿Tiene rédito económico la peluquería?
Si, solo que la moda cambia de manera permanente, y uno debe perfeccionarse a diario. Son muchos detalles a seguir, como: parada, empuñadura de tijera, manejo del peine, técnica tijera sobre peine, planificación de corte, el uso de navaja, uso correcto de los instrumentos, entre otras cosas. Yo soy muy inquieto, en este tiempo también aprendí a coser. Estoy trabajando en el staff de peluqueros de Carlos Guzmán y Liliana Acuña.
¿Tuviste una mala experiencia?
En mis primeros cortes, con la máquina lo lastimé en la cabeza a Iván Vera.
¿Cómo ves el futuro?
Me apasiona la peluquería, pero mi prioridad siempre será Canto 4, amo la música. Si, sentencio que no descansaré hasta tener mi propio salón. Dejaré alguien de confianza cuando tenga que encarar alguna gira.
¿Tenés contención?
Impresionante, mi novia de fierro: Eugenia; unos viejos fenomenales: Norma y Juan; con hermanos compinches: José, Cristian y Gabriela.
¿También disfrutás de un programa de televisión?
Con Gaby Morales y Benjamín Batista estamos conduciendo “De noche live”, que por Canal 9 Multivisión, los jueves de 21 a 23 (sábado repetición, de 20 a 22). Fue increíble como se enganchó la gente, explotaban las redes sociales en cada programa.