La primera década del siglo XXI fue signada por ataques terroristas que cambiaron al mundo. También por desastres naturales, derrumbes financieros y una severa recesión que transformó a la economía global. Fue el decenio del surgimiento de redes sociales como Facebook, del dominio de Google, de la revolución digital propagada a las masas y de la influencia del mundo del espectáculo sobre la cultura y la moda.
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La primera década del siglo XXI fue signada por ataques terroristas que cambiaron al mundo. También por desastres naturales, derrumbes financieros y una severa recesión que transformó a la economía global. Fue el decenio del surgimiento de redes sociales como Facebook, del dominio de Google, de la revolución digital propagada a las masas y de la influencia del mundo del espectáculo sobre la cultura y la moda.
En junio de 2000, Peter Houghton, un británico de 63 años, se convirtió en la primera persona en recibir un corazón artificial permanente.
En noviembre de ese año el astronauta estadounidense William Shepherd y los rusos Yuri Gidzenko y Serguei Krikalev escribieron en la Estación Espacial Internacional (ISS) el primer capítulo de la presencia humana permanente en el espacio.
El 1 de enero de 2002 el euro reemplazó a las monedas y billetes de 12 países del bloque europeo, como coronación de un histórico proceso de integración. Atrás quedaban divisiones culturales, sociales y económicas que estaban arraigadas en el viejo continente desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
El impacto del 11-S
Los atentados del 11 de septiembre del 2001, que mataron a 2.996 personas y causaron heridas a más de 6.000 con cuatro aviones de línea secuestrados y estrellados contra las Torres Gemelas (Nueva York), El Pentágono (Virginia) y en un campo de Pensilvania, desataron una declaración de guerra de los Estados Unidos contra grupos terroristas islámicos.
“Nuestra guerra contra el terrorismo comienza con Al Qaeda, pero no termina ahí”, remarcó el entonces presidente George W. Bush, nueve días después de los atentados del 11 de septiembre. Aquella advertencia fue el preanuncio de pavorosas ofensivas militares desatadas sobre Afganistán (2001) e Irak (2003), los derrocamientos de sus regímenes gobernantes, el ahorcamiento de Saddam Hussein (2006) y el inicio de un larga cacería que terminaría con Osama Bin Laden, el cerebro de los ataques del 11-S, asesinado por comandos estadounidenses en 2011.
El 26 de diciembre de 2004 el mundo se estremeció con un devastador tsunami que mató a cerca de 230.000 personas en la isla indonesia de Sumatra y en otros 11 países con áreas costeras sobre el océano Índico.
En el mediodía del martes 20 de enero de 2009 un abogado oriundo de Hawai, Barack Obama, se convirtió en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.
El 30 de diciembre de 2006, Saddam Hussein murió ahorcado luego de ser hallado culpable de cometer delitos contra la humanidad. El dictador tenía 69 años y había conducido a Irak con mano de hierro durante un cuarto de siglo. Se enfrentó al régimen iraní y a los Estados Unidos. “Alá es grande”, dijo antes de ser ejecutado.
El corralito, un campo en guerra y la década de Boca
En Argentina, el siglo XXI arrancó con el derrumbe de la convertibilidad, un insólito “corralito” bancario y una de las peores crisis económicas, sociales, políticas e institucionales de la historia del país.
A lo largo de la década de los años 2.000 resaltaron graves denuncias de corrupción, a la par de la reactivación de las causas de lesa humanidad, la reestatización de los fondos de jubilaciones y pensiones, la creación de la Asignación Universal por Hijo y la aprobación de la ley de matrimonio igualitario.
En diciembre de 2001, en un contexto de recesión económica, elevado déficit fiscal, asfixiante deuda externa y fuga de capitales, el sistema financiero colapsó e hizo que el gobierno ordenara restricciones al retiro de los depósitos.
El “corralito bancario” generó una revuelta popular con huelgas, cacerolazos y saqueos. Ante el caos, el presidente Fernando de la Rúa declaró estado de sitio, pero se vio obligado a renunciar el 21 de diciembre de 2001.
Ese fue el inicio de un período de inestabilidad política y económica de tal dimensión que el país llegó a tener cinco presidentes en 11 días y el peso se devaluó en un 40% en enero del 2002.
El 20 de diciembre de 2001, a las 19.37, el por entonces presidente argentino Fernando de la Rúa renunció y abandonó la Casa Rosada en helicóptero. Dejó un país sumido en una grave crisis política, económica y social.
El 27 de septiembre del 2000, a los 83 años, falleció uno de los músicos emblema de la provincia: Gustavo “el Cuchi” Leguizamón. Llevaba una semana internado y falleció por un paro cardio respiratorio.
El 25 de junio de 2009 la muerte de Michael Jackson conmocionó al mundo. El Rey del Pop tenía 50 años cuando falleció en su mansión de Los Angeles a causa de una intoxicación aguda con medicamentos.
El 11 de marzo de 2008, la resolución 125 con la que el Gobierno dispuso un nuevo esquema de retenciones móviles a la exportación de granos, puso al campo en pie de guerra. El conflicto agropecuario terminó cuatro meses después con la resolución 125 derogada con el voto desempate “No positivo” del vicepresidente Julio Cobos, en el Senado.
El 31 de marzo de 2009 el país despidió conmocionado a Raúl Alfonsín, el presidente con el que Argentina había vuelto a la democracia en 1983 y que sentó en el banquillo a los 15 jefes militares de la dictadura más sangrienta. Tenía 82 años y un cáncer pulmonar lo aquejaba desde 2007.
El 30 de diciembre de 2004 en República de Cromañón, una discoteca del barrio porteño de Once, una bengala desató un infierno durante un recital de la banda Callejeros. Hubo 194 muertos y más de 1.400 heridos por un incendio en el todo falló. Fue el concierto más trágico de la historia del rock y movió importantes cambios políticos y culturales en el país.
Grandes obras en Salta
En la provincia, en esos años se inauguraron importantes obras de infraestructura, como las vías rápidas y autopistas urbanas de la capital, las reformas del aeropuerto Martín Miguel de Güemes, el Centro de Convenciones y el estadio Padre Ernesto Martearena.
El decenio también marcó un punto de inflexión en el tratamiento de las denuncias de violencia de género con una masacre familiar que conmocionó a la sociedad salteña el 28 de agosto de 2004. Esa madrugada Rosana Alderete, de 36 años, y sus hijos Nahuel (6) y Noelia (9) fueron asesinados por Alberto Yapura, quien también acuchilló a Vanina (11). La mayor de los tres hermanos sobrevivió.
Alderete había denunciado cinco veces por golpes y amenazas a su marido, pero la orden judicial para que femicida abandonara el hogar llegó a la vivienda tres días después del espantoso desenlace.
El 28 de agosto de 2004 Rosana Alderete (36) y sus hijos Nahuel y Noelia (9) fueron asesinados por Alberto Yapura, quien también acuchilló a Vanina (11), que sobrevivió.
El 9 de febrero de 2009 un alud de agua, lodo y árboles irrumpió sobre la ciudad de Tartagal. El desastre dejó dos personas muertas y una decena de desaparecidos.
A partir de 2002 se reabrieron en Salta causas por crímenes del terrorismo de Estado, como la Masacre de Palomitas y la desaparición del exgobernador Miguel Ragone.
Boca y un decenio soñado
De la mano de Carlos Bianchi, el entrenador más exitoso en su historia, Boca abrió una década dorada. Ganó la Copa Libertadores en 2000, 2001 y 2003. También conquistó la Copa Intercontinental en 2000 (ante el Real Madrid con dos goles de Martín Palermo) y en 2003 (en una apasionante definición por penales con el Milan).
Además se quedó con los torneos locales Apertura de 2000 y 2003.
Tras el ciclo del “Virrey”, con otros entrenadores, el club xeneize logró su sexta Copa Libertadores en 2007, ganó la Copa Sudamericana en 2004 y 2005 y obtuvo la Recopa Sudamericana en 2005, 2006 y 2008, cerrando un decenio soñado.
La generación dorada
En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, la generación dorada del básquetbol argentino hizo historia tras derrotar en semifinales al “Dream Team” de Estados Unidos y vencer en la final a Italia.
Aquella medalla de oro, con sabor a hazaña, coronó un extraordinario ciclo conducido por Rubén Magnano con Emanuel “Manu” Ginóbili como emblema del equipo junto a jugadores como Luis Scola, Andrés Nocioni, Carlos Delfino, Fabricio Oberto, Alejandro Montecchia, Leonardo Gutiérrez y Rubén Wolkowyski.