No es ninguna novedad de que en los tiempos que vivimos el fútbol femenino a nivel provincial ha experimentado un salto cualitativo y cuantitativo en cuanto a su impulso, desarrollo y crecimiento, que llegó hace una década con el reconocimiento en su momento de estamentos como la Liga Salteña de Fútbol, o la conformación de entidades paralelas para darle mayor envión a un fenómeno en expansión.
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No es ninguna novedad de que en los tiempos que vivimos el fútbol femenino a nivel provincial ha experimentado un salto cualitativo y cuantitativo en cuanto a su impulso, desarrollo y crecimiento, que llegó hace una década con el reconocimiento en su momento de estamentos como la Liga Salteña de Fútbol, o la conformación de entidades paralelas para darle mayor envión a un fenómeno en expansión.
Sin embargo, también es cierto que hay un ancho universo de jugadoras que hoy se observan por afuera del plano competitivo y federativo, al margen de la órbita de las asociaciones, quienes se mueren por jugar y contar con un ámbito que apoye el desenvolvimiento de aquella pasión, muchas veces contenida, por la pelota.
Y ante tanta demanda insatisfecha, Leonel Soriano y Raúl Nieva, dos pujantes jóvenes salteños oriundos de Campo Quijano, cranearon hace dos años la necesidad de forjar el primer Torneo de Fútbol Femenino Departamental de Salta, apuntados pura y exclusivamente para ellas: estudiantes, profesionales, trabajadoras, amas de casa, aquellas que no tienen en un club la oportunidad de despuntar lo que tanto las moviliza. Con esfuerzo, a pulmón, entre tantas puertas que se abrieron y se cerraron, Leonel y Raúl le dieron vida a este necesario encuentro en marzo de 2019 con éxito singular en el Valle de Lerma y alrededores, con la promesa de repetir la velada al año siguiente.
Sin embargo, la inesperada llegada de la pandemia cambió todos los planes y la reversión del torneo quedó a mitad de camino, cuando sus organizadores ya tenían compromisos asumidos con las delegaciones.
Finalmente, tras más de dos años de espera, angustia contenida y deseos enclaustrados, a raíz de la tregua que le está dando el coronavirus a la humanidad, la cita de las fanáticas tendrá su segunda edición los próximos 19, 20 y 21 de noviembre. El campeonato, que volverá para absorber a la gran masa de futbolistas amateurs que están excluidas del sistema competitivo federativo, se disputará en Campo Quijano y tendrá como escenarios los estadios de Social Boroquímica y Unión Huaytiquina.
A un mes de su puntapié inicial, ya hay 20 equipos inscriptos de los Valles y alrededores, de localidades como Los Andes, La Poma, Seclantás, Rosario de Lerma, Cerrillos y La Merced, entre otros, pero también de la Capital salteña y hasta de la provincia de Jujuy.
Para afrontar la onerosa erogación de la puesta en marcha del torneo, Leonel y Raúl contaron con el apoyo de empresas mineras y de gobiernos municipales de la región, además de la emisora radial donde estos inquietos jóvenes le dan rienda suelta a la pasión por el periodismo y el deporte.