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“En el Materno Infantil realizamos de 8 a 10 interrupciones de embarazo por semana”

Sabado, 30 de octubre de 2021 01:58


Marianela Sierralta integra el servicio de Ginecología del Hospital Público Materno Infantil desde 2006 y es una de las cuatro médicas que practica abortos en el establecimiento sanitario salteño tras la aprobación de la ley 27.610 que establece la obligatoriedad de brindar cobertura integral y gratuita a mujeres que deciden interrumpir de forma voluntaria su embarazo hasta la semana 14 y por causales. 
La profesional dialogó con El Tribuno en el marco de la campaña #EstáBien lanzada por el colectivo Salvemos Miles de Vidas de la que forma parte y que busca reforzar la legitimidad de la aplicación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) desde la mirada de salud pública, y desde la evidencia médica que ofrece la experiencia directa. 

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Marianela Sierralta integra el servicio de Ginecología del Hospital Público Materno Infantil desde 2006 y es una de las cuatro médicas que practica abortos en el establecimiento sanitario salteño tras la aprobación de la ley 27.610 que establece la obligatoriedad de brindar cobertura integral y gratuita a mujeres que deciden interrumpir de forma voluntaria su embarazo hasta la semana 14 y por causales. 
La profesional dialogó con El Tribuno en el marco de la campaña #EstáBien lanzada por el colectivo Salvemos Miles de Vidas de la que forma parte y que busca reforzar la legitimidad de la aplicación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) desde la mirada de salud pública, y desde la evidencia médica que ofrece la experiencia directa. 

¿Cuál es la situación en Salta respecto a las prácticas de Interrupción Voluntaria del Embarazo según la ley? 

Actualmente estamos cumpliendo la ley en la medida que podemos ya que somos pocos profesionales los que lo hacemos. En este hospital, sólo somos cuatro y los de los centros de salud de primer nivel son un poco más, entre ellos hay más médicos de familia y pocos ginecólogos. Obviamente, no llegamos a cubrir la demanda ya que esto va en aumento, pero se va cumpliendo en la medida que se puede.

¿Cuántos abortos semanales se realizan en el Materno Infantil?

En el hospital estamos haciendo por semana de 8 a 10 interrupciones de embarazo de segundo trimestre, es decir, más de 12 semanas. No nos da la capacidad de recurso humano ni operativo tampoco. De las interrupciones de primer trimestre, que son tratamientos ambulatorios que las mujeres se hacen en sus domicilios, se encarga Primer Nivel de Atención. Nosotros recibimos a las que necesitan hospitalizarse. Hay dos consultorios de IVE- ILE por semana. En cada uno se atiende seis pacientes. El total por semana 12. Eso es atención por consultorio externo. En esa consulta se programa la internación para el procedimiento.

¿Es difícil conseguir un turno para una IVE?

Sí, es todo un tema porque las pacientes que solicitan interrupción tienen que llamar a la línea de salud sexual que es a nivel nacional 0800-222-3344. Ahí se da un número de secuencia que es enviada por e-mail a Salta. A nivel ministerial se atiende esa llamada del 0800 y de ahí la que es primer trimestre va al centro de salud, y si es segundo trimestre, viene a este hospital.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento siempre es con pastillas Misoprostol. Antes de las 12 semanas de embarazo la Organización Mundial de la Salud recomienda tratamiento ambulatorio, es decir, que la paciente lo puede hacer en su domicilio, con todas las indicaciones y cuidados, salvo que esa paciente tenga alguna morbilidad (enfermedad) que haga que no lo pueda hacer en su casa, entonces, es derivada al hospital. En el segundo trimestre, a partir de las 12 semanas, si o sí la paciente tiene que hacer el tratamiento internada, que es lo que hacemos actualmente en el hospital.

Llegan muchas chicas después de las 12 semanas... 

Sí muchas por esta barrera en el acceso que hay, entre el tiempo que llaman al 0800, entre que se atiende la secuencia y logran un turno, insisto somos pocas. Por ejemplo, la paciente que llama al 0800 el 1 de octubre está obteniendo un turno el 30, hasta eso ya pasó un mes de embarazo y se complica.

Y, en esos casos ¿qué se hace?, ¿si la paciente por esto de los turnos llega a la consulta médica excedida del tiempo legal que sucede?

Se la atiende cuando le toca el turno, a las más avanzadas tratamos de darle prioridad. Hay que tener en claro que la Interrupción Voluntaria del Embarazo es hasta la 14.6 semanas, cuando la paciente llega y dice ‘yo quiero interrumpir el embarazo’ no tiene que especificar causas. Igual si esa paciente pasó las 12 semanas tiene que internarse. A partir de la semana 15 es una Interrupción Legal del Embarazo (ILE), esto significa que nosotros como profesionales tenemos que especificar un causal y si encuadra dentro de los causales de la ley accede. Por ahí son mujeres que falló el tratamiento en el centro de salud a las 10 o 12 semanas y consiguen el turno y llegan acá a las 15 o 16 semanas. Están dentro del marco de la ley, se las atiende.

Y a raíz de la falta de profesionales que practiquen abortos y lo difícil que es conseguir un turno, ¿saben si siguen habiendo mujeres que terminan realizándose la práctica en la clandestinidad?

Sí, hemos visto menos cantidad pero hemos visto pacientes que todavía se atienden de forma clandestina. Que existen esos lugares sí, lo sabemos porque ellas nos cuentan que van a tal lado y le ponen la sonda, o que por ejemplo, acceden a una farmacia para comprar la misma pastilla, obviamente, cuando les fue mal en el tratamiento y llegan al hospital. Todavía existe eso, lo vemos.

De acuerdo a su experiencia, ¿ha vivido alguna situación particular en el hospital por ser médica que practica abortos? 

Es difícil por todo lo que representa esta temática sobre todo en el equipo de salud, pero desde que está la ley ha mejorado bastante, se ha tomado conciencia de que hay que respetar y no limitar, y no poner barreras en el acceso. Puedo contar más que nada situaciones de mujeres que solicitan y por ahí no son atendidas a tiempo o andan de un lado al otro, pero últimamente insisto hemos mejorado. La gente va entendiendo, va respetando, ya saben la vía de derivación, le explican a qué número llamar, en ese tema hemos mejorado un montón desde que está la ley.

Usted forma parte del colectivo Salvemos Miles de Vidas que lanzó la campaña “Está bien”, una campaña impulsada por profesionales de la salud para respaldar en el país la aplicación de la Ley IVE. En qué consiste la campaña y a quiénes está destinada...

La campaña surge en la provincia de Córdoba, donde me invitaron a participar, la idea es que podamos nosotros como profesionales mostrarle al equipo de salud sobre cómo es el cumplimiento de la ley, porque más allá de que está hay mucha falta de información, incluso entre nosotros mismos. La idea es que desde nuestro lugar podamos informar y ayudar a desestigmatizar porque muchos de nuestros colegas no se animan (a practicar IVE) más que nada por miedo al estigma, obviamente, también por una cuestión moral y religiosa, pero la idea es que el resto se anime y cumpla la ley.

Desde el colectivo de profesionales se plantea además un abuso de la objeción de conciencia...

Sí, la objeción de conciencia, y eso está escrito en la ley, es para la práctica concreta, para el que interviene directamente en la práctica del aborto. La objeción de conciencia no es para darle información a la paciente, no es para hacerle una consejería, informarle sus derechos, la objeción de conciencia no existe tampoco para un control posaborto. Si después de la práctica la paciente viene a un control el médico no puede objetar. Quizá por mala información hay un mal uso de la objeción de conciencia. Nosotros hemos visto objeción de conciencia ha poner una vía, a armar una historia clínica, entonces, el tema es quién puede objetar, a quién le corresponde objetar y cuáles son los alcances. Esto la nueva ley lo especifica claramente.

Antes de la ley, había quienes planteaban que el sistema de salud se iba a desbordar de mujeres solicitando un aborto. ¿Esto es un mito o una realidad?, ¿qué ocurrió tras la aprobación de la ley?

Sí hubo un aumento significativo de la demanda porque las mujeres con esto se animaron a consultar más. Lo hicieron más público, ya no andan a las escondidas, vienen a la consulta y te dicen ’no quiero el embarazo’. Antes esto estaba prohibido y daba mucho miedo. Si bien hubo un aumento tampoco es que hay un desborde, puede haber como una sensación de que hay más de la cuenta pero porque somos poco recurso humano. No tenemos una estructura de un servicio hospitalario entero para responder a esto. Somos pocos profesionales, y obviamente, se hace lo que se puede.

¿Tiene conocimiento de qué sucede en el sistema privado?

Del sistema privado nosotros recibimos muchas derivaciones de todas las obras sociales, de las cuales algunas están cumpliendo con la ley y otras no. Se que ninguna clínica realiza interrupciones de embarazo. Creemos que la objeción de conciencia no es institucional, pero bueno, ahí es donde falta regulación de la ley. No se realizan y todas terminan en el hospital, lo cual también incrementa la demanda.

En el interior provincial, ¿cuál es la situación?

En el interior hay muy pocos lugares donde se realizan interrupciones, lo que sí tenemos orden del hospital de no recibir las interrupciones de hospitales que tienen complejidad para hacerlo, sea Tartagal, Orán Güemes, Metán, Joaquín V. González. El resto todo se deriva al Materno Infantil. Hay lugares (aparte de los nombrados) que sí lo resuelven pero no todos. 
 

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