Juan Román Riquelme, ídolo xeneize por excelencia, gozaba de una buena racha ante River desde su regreso a Boca, pero en su rol de dirigente.
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Juan Román Riquelme, ídolo xeneize por excelencia, gozaba de una buena racha ante River desde su regreso a Boca, pero en su rol de dirigente.
La derrota por 2 a 1 en el Monumental significó su primera caída ante el eterno rival en su rol de dirigente luego de cuatro empates (tres en La Bombonera y el restante en La Plata), aunque festejó los triunfos por penales en la definiciones de la Copa de la Liga Profesional 2021 y los octavos de final de la Copa Argentina 2021.
Riquelme llegó al poder en Boca de la mano de Jorge Amor Ameal, actual presidente, y el primer Superclásico finalizó 2 a 2 por la Copa Diego Maradona 2020.
El siguiente terminó 1 a 1, con goles de Sebastián Villa (de penal) y Agustín Palavecino, por el interzonal de la Copa de la Liga Profesional 2021.
Los penales estuvieron del lado de Boca en el pasaje a semifinales de la Copa de la Liga Profesional 2021, el día que River jugó diezmado por el brote de coronavirus en el plantel y lo extendió en el empate sin goles por el pase a los cuartos de final de la Copa Argentina en el Ciudad La Plata Diego Armando Maradona.
Gallardo lució una corbata a lo Labruna
El entrenador de River se vistió para la ocasión para el Superclásico con una corbata que recordó a Ángel Labruna, prócer del club, y fue el más ovacionado por los hinchas en la vuelta del público a los estadios.
Gallardo recibió varias ovaciones a lo largo del Superclásico que River ganó 2 a 1 con una clase de fútbol. En el anuncio de la formación, luego del segundo gol de Julián Álvarez y en el final.
"¡Gallardo es de River y de River no se va!", entonaron los hinchas para que el Monumental sea una caldera. Los rumores sobre una posible salida en diciembre activó la alarma. El clásico "¡Muñeco! ¡Muñeco!" se escuchó en reiteradas ocasiones.
Un dato llamativo de Gallardo, quien se unió al festejo de los jugadores en el final muy emocionado, fue la corbata que utilizó, similar a la Labruna durante la década del setenta. El "Muñeco" volvió a recibir el cariño de un público que se rompió las manos para aplaudirlo luego de una actuación soberbia de su equipo en el Superclásico.