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El primer diccionario wichi-castellano está disponible en internet

La obra colectiva tomó 10 años de trabajo y cubrió las variedades dialectales del Pilcomayo y del Bermejo. Laboraron hablantes nativos de ambas lenguas
Jueves, 07 de octubre de 2021 08:59

Desde hace tiempo era una idea que daba vueltas en las comunidades, una necesidad para quienes viven en contextos de plurilingüismo y un deseo para muchos referentes indígenas. Todo esto se hizo realidad en Diwica, el primer diccionario wichi-castellano, disponible en internet: https://diccionariowichi.com.ar/.

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Desde hace tiempo era una idea que daba vueltas en las comunidades, una necesidad para quienes viven en contextos de plurilingüismo y un deseo para muchos referentes indígenas. Todo esto se hizo realidad en Diwica, el primer diccionario wichi-castellano, disponible en internet: https://diccionariowichi.com.ar/.

La obra colectiva tomó 10 años de trabajo y cubrió las dos variedades dialectales de la lengua wichi: el pilcomayeño y el bermejeño. 

Si bien hay algunos diccionarios impresos e iniciativas para enseñar wichi por internet, este es el primer diccionario que se realiza sobre una base científica, con criterios lexicográficos, que está disponible en línea y es de autoría colectiva.

El trabajo se realizó en el marco de proyectos de investigación, coordinados por Verónica Nercesian, doctora en Letras con orientación en Lingüística por la UBA e investigadora del Conicet.

En la elaboración del diccionario participó un grupo de personas muy grande. Hubo un cuerpo de traductores/autores, que son hablantes nativos de wichi de las provincias de Chaco, Formosa y Salta, algunos de los cuales ya habían empezado a hacer listas de palabras traducidas que fueron incluidas en este diccionario. Un equipo técnico de nueve personas estuvo a cargo de revisarlas, organizar la información sobre las variedades, identificar a cuál correspondía cada término y pensar qué información gramatical se incorporaría para cada uno. Luego, un programador convirtió la base de datos léxica digitalizada al formato web. “El trabajo colectivo fue un gran desafío”, aseguró Verónica.

La investigadora observó que era clave para los wichis de las tres provincias conocer las distintas formas en que se usa una palabra, ya que “hay mucha comunicación entre ellos”. Sin embargo, consideró que este diccionario es útil también para otras personas, que son hablantes nativas de castellano: “Los maestros que enseñan en escuelas con modalidad intercultural bilingüe reciben alumnos que hablan otra lengua y tienen que comunicarse con ellos y enseñarles sin herramientas ni capacitación específica sobre su lengua nativa”. 

Valoró que esta obra sirve para otras instituciones públicas que atienden a integrantes de las comunidades wichis. Señaló que los empleados o funcionarios públicos, en general, no son hablantes nativos del wichi ni de otras lenguas indígenas: “Estas herramientas pueden facilitar el trabajo y crear otro vínculo entre las instituciones y los ciudadanos”.

Diwica presenta la correspondencia del wichi al castellano y viceversa. Señala la clase de palabra, el ámbito académico al que corresponde, la información dialectal y otra que tiene que ver con el origen, en el caso de los términos que son préstamos del castellano. Sus autores incluyeron notas gramaticales de ambas lenguas para que el usuario tenga un conocimiento general aproximado de ellas y entienda la información de cada entrada léxica.

20 años con el wichi

Verónica comenzó a trabajar con la lengua wichi en 2001. Mientras estudiaba la carrera de Letras en la UBA, conoció a la profesora Lucía Golluscio, quien dirigía un proyecto de investigación sobre lenguas indígenas. Ella le propuso trabajar como asistente de investigación con Alejandra Vidal, otra lingüista que estaba radicada en Las Lomitas, en Formosa, y que integraba el mismo equipo.

Cuando terminó la carrera de grado Verónica se fue a vivir a Las Lomitas y obtuvo una beca doctoral de Conicet en la Universidad Nacional de Formosa (UNaF). Su tesis se centró en la gramática de la lengua wichi en la variedad del Bermejo, que se habla en Chaco y Formosa. 
En 2013 amplió la investigación a las variedades dialectales y recorrió otras comunidades en Chaco, Bolivia y Salta. Estuvo en La Junta y Alto La Sierra, en Tartagal, y trabajó con gente de Carboncito y de Morillo o Juan Solá. Ahora se aboca a la variación dialectal y a la historia de la lengua wichi.

El trabajo del diccionario se desarrolló desde el Instituto de Investigaciones sobre Lenguaje, Sociedad y Territorio, de la UNaF, y desde el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Doctor Amado Alonso”, de la UBA, con el auspicio del área de investigación del Laboratorio de Documentación e Investigación en Lingüística y Antropología del Conicet. 

La obra fue financiada por el Conicet y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la lnnovación.

Una obra dinámica

Cuando empezó el proyecto, hace más de 10 años, la idea era hacer el diccionario en papel. Sin embargo, con el paso del tiempo los dispositivos digitales, como los smartphones, comenzaron a estar cada vez más presentes entre los jóvenes y las familias wichis. “Con el Conectar Igualdad veíamos nenes en el Chaco salteño caminando con la computadora”, contó Verónica.

Poco a poco se amplió el acceso a la conexión a internet y, si bien hay zonas donde no es del todo buena, la experta comentó que “no se compara con lo que pasaba tiempo atrás”.

Esto los llevó a decidirse por un formato digital, que les ofrecía muchas más ventajas: el diccionario podría ser de acceso libre y gratuito para cualquier persona con acceso a internet y dinámico, con la posibilidad de ser modificado y actualizado de manera permanente, incluyendo aportes de los usuarios. El hecho de ser una base lexicográfica digital serviría para ser empleado en otros desarrollos tecnológicos.

“Era todo positivo, salvo el hecho de que no en todas las zonas había buena conexión”, comentó Verónica, y adelantó que van a armarlo como una lista para que se pueda descargar e imprimir. Laboran en una aplicación descargable que se puede usar sin estar todo el tiempo conectado y evalúan sumar el audio como recurso. 

“Esperamos darle continuidad más allá de quienes lo hemos creado y que se mantenga en el tiempo, incluso sumando nuevos autores”, planteó.

Riesgo de retracción

Según la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas 2004-2005 del Indec, hay casi 28 mil hablantes nativos de wichi de más de 5 años entre Formosa, Chaco y Salta, aunque se supone que son más. En Bolivia también se habla wichi y en el departamento Tarija son unos 4 mil. “En total, en el pueblo wichi serían unos 32 mil hablantes, aunque podrían ser bastantes más”, dijo Verónica.

La investigadora contó que el wichi es una lengua que tiene una vitalidad alta, ya que se transmite de generación en generación y se habla en los ámbitos íntimos y en los públicos, como en las escuelas y en las redes sociales. Sin embargo, dijo que hay zonas en las que ya no se habla tanto, como en Embarcación y Rivadavia, donde prima el castellano.

La experta planteó que está latente el peligro de que la lengua se retraiga y que, por eso, es importante fortalecer la enseñanza bilingüe e incorporar las lenguas indígenas en la planificación de políticas públicas para que se las use “como lenguas de comunicación y no solo como objetos de enseñanza”.

Argentina, un país plurilingüe

La investigadora observó que la Argentina sigue atada a una idea de país monolingüe y comentó que sería interesante que cualquier política pública se piense desde una pluralidad lingüística y también cultural: “Cuando el país comienza a concebirse como plurilingüe, la lengua indígena ya no es un tema de otro, sino que es propio: ‘Las lenguas que se hablan donde yo vivo’”.

Consideró que esta transformación en curso va a llevar tiempo para que se consolide y que el diccionario es un aporte en este sentido: “Es una herramienta de comunicación, un instrumento para la enseñanza, y tiene un valor simbólico muy potente”.

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