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Abusos en escuelas: invitan a los directivos a “salir” y mirar lo que pasa en los colegios

Una especialista consideró que es fundamental trabajar con la educación sexual integral, como un dispositivo en las instituciones, y brindar espacios de escucha y diálogo para los estudiantes. 
Domingo, 07 de noviembre de 2021 17:41

Tras las denuncias por acoso y abuso sexual en colegios secundarios de Salta, una especialista señaló la importancia de que los directivos salgan y miren lo que sucede en las instituciones educativas que tienen a su cargo.

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Tras las denuncias por acoso y abuso sexual en colegios secundarios de Salta, una especialista señaló la importancia de que los directivos salgan y miren lo que sucede en las instituciones educativas que tienen a su cargo.

Habló sobre la necesidad de trabajar la educación sexual integral (ESI) como un dispositivo en las escuelas y de habilitar espacios de escucha y diálogo para que los estudiantes tengan con quién hablar y ser escuchados.
La profesora en Ciencias de la Educación y especialista en Gestión Educativa, Verónica Aguirre, señaló que, ante una situación puntual de abuso, acoso o violencia, las instituciones tienen que revisar cómo venían trabajando. 

A partir de los casos que se conocieron los últimos días, observó que “las chicas contaban que tenían miedo” y lamentó que a veces “la escuela se convierte en un espacio minado”.
“Una chica (del colegio 11 de Septiembre) decía que desde 2018 sufría abuso de poder y acoso. ¿Cómo puede ser que haya sucedido esto y que los equipos directivos y los docentes no lo hayan registrado?”, se preguntó la experta.
Consideró que “esto pasa porque se deja de mirar”. “Hubo recurrentes abusos de poder y acoso y nadie lo vio...”, expresó.

La coordinadora pedagógica de un colegio privado señaló, en línea con lo que plantea el pedagogo Emilio Tenti Fanfani, que es clave que los equipos directivos tengan un diálogo continuo con los docentes para que sepan qué es lo que pasa”.
Advirtió que es necesario articular dentro del equipo, “para que el directivo salga en escena y mire qué es lo que pasa en la institución, cómo se manejan los estudiantes en el recreo y trabajar con el equipo docente”.

Aguirre comentó que a veces el directivo no sabe lo que sucede porque se trabaja de manera aislada en las instituciones: “El directivo debe acercarse y dialogar con los estudiantes. Ellos tienen que ver que alguien supervisa y confiar en que hay alguien que los cuida. La función del directivo es fundamental porque habilita estos caminos y acompaña”.

La experta reconoció que los directivos deben completar muchos trámites burocráticos que demandan desde la cartera educativa, pero señaló que es importante que haya un trabajo mancomunado y que estas tareas se realicen con ayuda de preceptores, secretarios, vicedirectores y coordinadores. “Es importante correr al directivo un poco de lo burocrático... Él tiene que acercarse a lo cotidiano de la escuela, hablar con los docentes y que los chicos sepan que alguien los cuida”.
Aguirre señaló que, ante la precarización de recursos, sobre todo, en las escuelas públicas, hay que potenciar los que existen: “En las instituciones hay directivos, docentes y estudiantes y es el trabajo del directivo potenciar las tres patas que se tienen”.

Verónica Aguirre. Foto: Archivo.


La ESI, “innegociable”

A raíz de los casos de abuso y acoso en los colegios, Aguirre observó que el trabajo de la ESI es “innegociable” y que es importante trabajarla, no como contenido dentro de un programa, sino como un dispositivo. Consideró que “el único camino es trabajar la ESI” y agregó que esta se tiene que poner “en función de los chicos”. 
“Hay que habilitar espacios en los que haya tutores o un equipo de coordinación. En algunas instituciones, hay profesionales de psicología y psicopedagogía. Necesitamos habilitar el trabajo de la ESI desde diferentes puntos. Se necesita un posicionamiento profundo, que atraviese nuestra práctica en el día a día”, señaló.
“Hoy, los chicos se animan a hablar porque tienen otras herramientas, se habilitan ellos mismos y perciben que lo pueden hacer”, expresó.
La experta comentó que la ESI debe llevar a las instituciones a revisar algunas cuestiones que están naturalizadas, como prácticas, actividades y vínculos. “Que los chicos puedan confiar en el docente y no, tenerle miedo”, ejemplificó.
Aguirre contempló que no todos los docentes pueden trabajar la ESI y que, por eso, el directivo tiene que generar un espacio con los recursos con los que cuenta. Contó que en algunas instituciones ponen a disposición tutores con los que los chicos pueden hablar cuando se sienten amenazados por alguna situación.

Mirar lo cotidiano

Aguirre se refirió al “Protocolo de intervención ante situaciones de maltrato infantil, abuso sexual y violencia de género”, aprobado por Resolución N° 546 del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Provincia, en 2019.
Explicó que esta no es solo una herramienta de actuación, sino que también “da pautas para registrar ciertas situaciones que pasan”, incluso fuera de la institución. 
“El protocolo se activa cuando el directivo lo decide y esto implica visibilizar lo que pasa en la situación, pero muchos no quieren hacerlo”, lamentó.
Expresó que, cuando se guarda el protocolo en un cajón, pasan cosas como las que se vieron los últimos días: “Es importante mirar lo que pasa en lo cotidiano y que los chicos se sientan con la confianza de advertir estas situaciones”.
Observó que muchos casos de abuso de poder son silenciados y callados por las mismas instituciones educativas, que las dejan pasar por alto.
“La escuela debe estar advertida y pensar que los niños pasan la mayor parte de su vida en la escuela. Hay que estar atentos: la escuela es un lugar donde los chicos están; los tenemos que mirar”, señaló.

Consejo de Convivencia
En relación con el caso de una alumna de 13 años que denunció un abuso sexual simple por parte de estudiantes de cursos superiores en el baño del colegio Scalabrini Ortiz, la especialista reflexionó: “¿Qué significa la escuela para estos chicos? La escuela se desdibuja, es tierra de nadie. Ni siquiera ella es capaz de poner límites, de hacer cumplir las normas. Los chicos pueden decidir querer abusar allí”.
Aguirre contempló que, en casos como este, hay un vacío por parte de los adultos responsables: “El adulto no registra y no cuida esta situación, cuando es clave que él sea el referente”.
La experta consideró que es fundamental que en la escuela haya un reglamento de convivencia que esté en funcionamiento: “Hay que volver a habilitar esos dispositivos y trabajarlos. Se puede generar un Consejo de Convivencia, en el que participen los chicos y escuchen lo que dice el adulto”.
 

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