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En su día, los lustrabotas de la plaza 9 de Julio pidieron ayuda económica

Piden una pensión al Gobierno. “Queremos devolver las cuatro horas de trabajo. Es importante que los compañeros reciban educación o se formen en algún oficio”, dijo Humberto Morales, un referente. 
Jueves, 30 de diciembre de 2021 01:04

Los lustrabotas de la plaza 9 de Julio sufren muchas necesidades, por lo que piden ayuda a la sociedad para poder afrontar estos tiempos difíciles por la crisis económica y sanitaria. 

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Los lustrabotas de la plaza 9 de Julio sufren muchas necesidades, por lo que piden ayuda a la sociedad para poder afrontar estos tiempos difíciles por la crisis económica y sanitaria. 

Ayer, 29 de diciembre, se celebró el día de los trabajadores de la tinta y el cepillo. 
Juan Humberto Morales tiene 50 años, es lustrabotas desde los 10 años y vive en el barrio 20 de Junio. Cuenta que salió a las calles hace 40 años a lustrar botas y zapatos por necesidad, no porque sus padres lo hayan mandado.

“Cada año festejamos nuestro día y siempre le pedimos colaboración a la sociedad y al Estado, ya que hay muchos compañeros con pocos recursos. Necesitamos que se solidaricen con ellos”, expresó Morales.

Antes de que se desatara la pandemia de la COVID-19 había unos 140 lustrabotas en la ciudad. Hoy quedan solamente 30. 
Indicó que la cantidad disminuyó no solo por el coronavirus, sino que algunos lo toman como un oficio y otros durante un determinado tiempo para poder recibirse de una profesión y dejar de lustrar. “Hay muchos profesionales que antes eran lustrabotas”, dijo. 

Piden una pensión

Anticipó que en enero de 2022 solicitarán al Gobierno provincial que invierta en los trabajadores. “Si no trabajamos, no comemos. Hoy en día se requieren por lo menos 70 mil pesos para vivir. Tenemos que mandar a nuestros hijos a la escuela, comprarles calzado, ropa. Ser lustra es la única entrada de dinero para algunas familias. Necesitamos alguna pensión. Queremos devolver las cuatro horas de trabajo. Además es importante que los compañeros reciban educación o se formen en algún oficio”, precisó Morales. 
Sostuvo que hay personas que cobran pensiones del Estado “y no devuelven las horas que deberían. Nosotros no pedimos nada gratis. Queremos trabajar”, dijo el referente de los lustra, quien tiene cuatro hijos: dos varones de 25 y 24 y dos gemelas de 13 años. El mayor es maestro mayor de obras y el menor de los varones está por ingresar a la escuela de Policía. 

Un lustra por confitería

Temprano, cuando los clientes concurren a las confiterías cercanas a la plaza 9 de Julio, los mozos ya saben qué pedido tomarles y cada uno tiene su lustrabotas predilecto.

“Sería importante que cada confitería tenga su propio lustrabotas para que no andemos deambulando en la plaza”, señaló. 
Una lustrada de bota o zapato cuesta entre 250 y 300 pesos. El precio depende de los insumos. Se emplean pomadas líquidas, en pasta y crema arola, entre otros. Una pomada líquida de calidad está entre 400 y 1.300 pesos, la que viene en pasta cuesta 250 pesos. 
“Antes cobrábamos la lustrada igual que un café, pero ahora no se puede hacer eso. No nos alcanzaría ni para comer. Hoy la plata nuestra está devaluada y un lustra para mantener su familia tiene que hacer 2.500 pesos diarios. Algunos llegan, pero otros no”, dijo.

En un día bueno, un trabajador puede llevar a cabo 20 lustrada, en cambio, en uno malo entre unas 5 y 8. 
Otra problemática que afecta a los lustrabotas es la falta de vivienda. “Estamos en situación crítica respecto a lo habitacional. Algunos no tenemos casa”, dijo. 

Testimonios

Carlos Simón, de 41 años, es otro de los lustrabotas de la plaza 9 de Julio. Lo es desde que tenía 9. “Ojalá que algún día podamos vivir más tranquilos. Somos buena gente, humilde y trabajadora”, manifestó. 

Aldo Benjamín Durán, conocido como “Gallego”, tiene 63 años y hace 33 que se desempeña como lustra. “En nuestro día queremos ver si los clientes, la sociedad nos pueden brindar una pequeña colaboración, propinas, lo que sea, todo es bienvenido. Hay compañeros que tienen hijos y necesitan ropa, zapatillas. La están pasando mal”, sostuvo. 

Quienes deseen colaborar con los trabajadores pueden acercarse durante la mañana a la esquina de España y Mitre, donde los encontrarán. 
Los lustrabotas se mostraron agradecidos con el senador nacional Juan Carlos Romero. “Durante su gobierno fuimos muy bien cuidados, por lo que siempre estaremos agradecidos”, expresó Humberto Morales. También agradeció al dueño del hotel Colonial, José Luis Escoda, al dueño de Teuco, Jorge Morales, a la coordinadora regional de relaciones institucionales del Banco Macro, Soledad García Russo, al consultor previsional en seguridad social, Guillermo Segón, y al gobernador Gustavo Sáenz, quien les envió bolsones. 
 

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